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Promesa. Ariana Geerlings, entrenando el pasado jueves en las instalaciones del Murcia Club de Tenis. Ros Caval / AGM
Tenis

Ariana, del pozo a la ilusión por hacerse un hueco en el circuito

17 años. La jugadora afincada en Murcia olvida las lesiones y una complicada estancia en la Academia de Rafa Nadal y mira al futuro con optimismo tras ser campeona de Europa júnior

Lunes, 31 de julio 2023, 00:14

Para Ariana Geerlings, granadina de 17 años afincada en Murcia desde que tenía 12, escoger el que supuestamente era el camino más corto para llegar a la élite del tenis no fue suficiente. Destacaba mucho compitiendo para el equipo del Murcia Club de Tenis y con 15 años recibió una oferta para irse a la Academia de Rafa Nadal y perfeccionar su juego. No lo dudó. Ni ella ni sus padres, el holandés Arjan Geerlings y la murciana Alicia Martínez. Ariana viene de una familia que siempre ha estado muy vinculada al deporte de la raqueta. Jugó su padre. Jugó su madre. También su abuelo. Y su hermano, Sergio, tres años mayor que ella y quien finalmente se decidió por el ciclismo y hoy es una promesa. Forma parte del Valverde Team-Ricardo Fuentes.

«La experiencia en la Academia de Rafa Nadal ha sido muy complicada. Todo se me vino abajo cuando me lesioné [en enero de 2021 se rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda] y estuve un año entero sin entrenar ni competir. Me pilló lejos de casa, siendo muy pequeña y viviendo una rutina que no era a la que estaba acostumbrada. En Murcia todo era ideal. Tenía todo planificado. Iba al colegio, comía en casa de mi abuela, entrenaba en mi club... En Manacor era totalmente diferente y siento que me costó mucho adaptarme», cuenta Ariana Geerlings, quien hace unos días se proclamó campeona de Europa júnior y ahora afronta su salto al circuito «con mucho optimismo».

Porque lo peor ha pasado ya. «Es cierto que en enero de este año empecé a tener problemas en la otra rodilla. Me diagnosticaron una tendinopatía y apenas he competido en 2023. Pero en las últimas semanas me he ido encontrando mejor y en el Europeo he sacado un buen tenis», se anima una joven tenista nacida en Granada y cuya familia materna es completamente murciana. «Por el trabajo de mi padre [químico que trabaja en una multinacional], nos hemos tenido que mover bastante. Nací en Granada y allí empecé a jugar [en el Club de Campo de Purchil]. Cuando yo tenía 9 años nos fuimos a Córdoba y seguí jugando. Y ya con 12, al venirnos a Murcia, me apunté al Murcia Club de Tenis, que actualmente sigue siendo mi club», explica Ariana.

Desde los 4 años

«Mi primera raqueta la cogí con 4 años, mi padre me tiraba bolas. Él y mi hermano jugaban y yo los acompañaba al club de tenis a verlos entrenar y los acompañaba a los torneos. Me picó el gusanillo, probé y me gustó. Me apunté a la escuela y con siete años me lancé a competir. Toda mi infancia me la he pasado jugando al tenis», afirma Ariana.

En septiembre empezará a pelear en pequeños torneos, con el objetivo de ir escalando posiciones en el ranking de la WTA

«Gracias al tenis conozco Portugal, Francia, Italia, Córcega, Rumania, Chequia, Bulgaria, Suecia, Alemania, Dinamarca, Suiza... He visto muchos países, aunque también he sufrido durante el año que estuve lesionada, viendo que todo el mundo seguía avanzando y y no podía hacer nada», admite la granadina, cuyo revés paralelo es uno de los mejores del país en jugadoras menores de 18 años.

Conchita, Suárez y Sorribes

En el Europeo disputado la semana pasada en la localidad suiza de Klosters, Geerlings pasó por encima de la mayoría de sus rivales y se convirtió en la cuarta tenista española que alza el título continental juvenil después de Conchita Martínez (1988), Carla Suárez (2006) y Sara Sorribes (2014), esta última venciendo en la final a Paula Badosa. Palabras mayores. Todas esas tenistas llegaron a la élite tras destacar en categoría júnior. Y ella sueña con seguir sus pasos y hacerse un hueco en el circuito WTA.

Salto de categoría

Ariana sabe que está en un momento decisivo de su carrera como tenista. Acaba su etapa como júnior y en septiembre empezará a jugar torneos de categoría sénior, con el objetivo de «ir sumando puntos de la WTA» y «poco a poco ir subiendo en el ránking». Ahora ocupa el puesto 956. Antes de eso, en agosto va a participar en el Europeo júnior por equipos, que se celebra en Italia y en el que buscará una medalla para cerrar de la mejor manera su etapa como juvenil.

Graduada ya en la Academia de Rafa Nadal, Ariana se queda ya en Murcia y en septiembre comenzará con sus estudios del Grado de Ciencia y Tecnología de los Alimentos en la UCAM. Le dedica dos horas al día al entrenamiento en pista y otras dos al trabajo fuera de pista. Acude cada día a las instalaciones de Innova Murcia para tratarse con el fisio y hacer labores específicas de fortalecimiento físico. «Tengo que potenciar mucho la musculatura de las piernas y coger volumen en los isquios para proteger las rodillas y que el cuerpo se vaya a costumbrando a mayores cargas», cuenta la joven jugadora del Murcia Club de Tenis.

Sueña con ser profesional y jugar los grandes torneos, por supuesto. «Ahora mismo, con poder llegar a un cuadro final de Roland Garros o Wimbledon ya me daría por contenta, claro. Lo he pasado mal estos años y sé que todo cuesta mucho en el deporte. De hecho, hay una cosa curiosa: me he venido de Manacor justo cuando mejor estaba. Los últimos seis meses allí han sido los mejores. Mis padres alquilaron una casa en el pueblo de Manacor en enero y salí de la academia para irme a vivir con ellos. Mejoró bastante la cosa desde ese momento y creo que me ha servido mucho para reencontrarme conmigo y con mi mejor tenis», reconoce Ariana.

Con Juancho Marín

Pero esa etapa está cerrada. Y ahora vuelve a sus orígenes en el Murcia Club de Tenis, donde volverá a ser entrenada por Juancho Marín y Manolo Semitiel. Ariana tiene el trastero lleno de copas y trofeos. Ha ganado mucho hasta este momento, destacando su título de campeona de España infantil. Pero sabe que la cuesta se empina y tiene que apretar. Conoce a Carlos Alcaraz «de vista». Lo califica de «genio» y «referente para todos».

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