Un Real Murcia más bregador que jugón

Esta vez, el técnico regresó a su formato de ataque habitual, con un extremo como Loren Burón y Juan Carlos Real en la mediapunta. Un equipo más ortodoxo, más parecido a lo que ha sido durante la temporada. Pedro Benito sí se mantuvo en la banda derecha, una zona en la que se ha adaptado bien.

El estado del terreno de juego del estadio Alfredo Di Stéfano no fue el mejor tal y como estaba previsto. El césped, como ya se vio en el partido de esta semana entre el Real Madrid y el Arsenal de la Champions femenina, se mostró castigado por la lluvia que también estuvo presente anoche. A pesar de ese condicionante, el Castilla sí intentó hilvanar más sus jugadas, con sus habituales tres centrales teniendo superioridad en la salida de balón y siendo muy combinativo. Y cuando progresaba buscaba el centro al área con Gonzalo merodeando.

Pero el Murcia defendió bien todos esos centros con Saveljich y Alberto González al frente. La paciencia del Castilla para encontrar el jueco se enfrentaba a la concentración que los granas tenían que tener defendiéndose replegados. Con solo un susto espantado por Gazzaniga, se sentían seguros a la espera de alguna ocasión.

Dos fueron las oportunidades que llegaron en la primera parte por parte de los granas, ambas de Loren Burón. El de Puente Genil, sin embargo, no supo dirigir sus dos remates, uno de cabeza que salió centrado y otro en un remate que no cogió la rosca suficiente. Fueron puntuales. En el lado bueno, el Murcia había podido adelantarse con la sensación de no necesitar mucho para ello.

Desde un punto de vista negativo, se quedó bastante corto en casi todo el partido para tener más dominio o peligro. Eso lo sufrió Raúl Alcaina, el caso más representativo. El '9' ayer del equipo grana tuvo que jugar un papel incómodo anoche, antes tres centrales y sin un buen balón para buscar el gol frente a la portería del Castilla. De hecho, en alguna ocasión buscó el chut sin una opción clara.

El dominio del Castilla fue a más en la segunda parte. El Murcia se defendió pasando más apuros en esa fase del choque y viéndose en más situaciones al límite. A eso se sumaban las propias condiciones meteorológicas, en un partido cada vez más desagradable y agotador. La fatiga acumulada era clave.

También era un factor fundamental ir repartiendo los esfuerzos. Fue lo que pasó en el mediocampo, por ejemplo. Boateng solo estuvo una hora escasa sobre el campo, sustituido por un Moha que reapareció tras más de dos meses fuera por lesión y todo sin haber podido contar con Isi Gómez por sus problemas en el sóleo.

El Murcia parecía tan apurado atrás y con tan poca respuesta en ataque durante varios minutos del partido que parecía que ese 0-0 era el máximo premio que podría llevarse ayer. Curiosamente, los últimos minutos reabrieron la opción de la victoria. Fue cuando, incluyendo los cambios visitantes, el partido se puso mucho más incómodo, con la lluvia y el barro.

En un contexto donde ya era mucho más importante bregar que tocar, el talento del Castilla ya no pudo prevalecer tanto y el Murcia parecía sentirse más fuerte en ese escenario. De hecho, Saveljich, al palo en un córner, y Davo, uno de los revulsivos que cabeceó delante del portero, pudieron marcar. Fue el momento para ganar.