Lo primero que hizo Josan González cuando regresó a Murcia después de años fuera, fue citar a algunos de sus amigos murcianos para tomar una cerveza, una costumbre que para el nuevo entrenador de ElPozo es sagrada. El lugar elegido para arrancar esta nueva etapa ... en una ciudad a la que se hizo desde el primer día fue el Parlamento Andaluz. Más céntrico imposible. Y es que todos en su entorno aseguran que este cordobés de Puente Genil, de 44 años, es leal a los que le quieren y le añoraban.
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La nueva cabeza visible de un equipo que quiere recuperar la hegemonía en la Región, y también volver a ser uno de los tres grandes del país, tiene claro que no hay nada mejor para estrechar lazos que una buena comida o cena y, sobre todo, una buena sobremesa, quizás el entorno ideal para resolver cualquier tipo de problema. Eso sí, es como si este andaluz sencillo y noble no se hubiera ido nunca de Murcia, ya que desde febrero de 2020 ha vuelto a la Región todos los años para estar con su familia y amigos, que lo consideran una persona volcada con los suyos, sobre todo en los malos momentos.
Eso sí, el nuevo técnico charcutero, que también es conocido como el 'Porrón' por los más íntimos, no es de restaurantes caros ni de postureo. Le van más los bares de barrio donde tapear que los de la Guía Michelín. Como El Chispo, donde se reunía con su núcleo cercano antes de volver a Córdoba, o El Gómez, situado debajo de su antigua casa en La Flota. O El Pillo, donde siempre le gustó saborear un buen arroz. Que su madre regente un bar en Puente Genil quizás tenga mucho que ver en su familiaridad con ellos.
Precisamente en La Flota busca casa junto a Alejandra, la murciana de Alquerías que le acompaña desde que ambos se conocieron trabajando en ElPozo y con la se casó antes de viajar a Tailandia, su último destino antes de la nueva llamada de los Fuertes, y donde el cordobés ha dicho que quiere volver en el futuro para seguir enseñando.
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Si hay una cualidad que define a este estudioso del fútbol sala es su carácter conciliador, la capacidad que tiene de poner de acuerdo a diferentes personas y hacerlos que remen todos en una misma dirección. Tras llegar a ElPozo de la mano de Miguel Sánchez en 2013, se cameló a Duda a las primeras de cambio, ayudado en gran parte por sus conocimientos informáticos, algo que para el técnico brasileño fue un gran activo. Después, con el paso de los años, el cordobés y el de Florianópolis, del que dicen ha sido la persona de la que más ha aprendido, se hicieron uña y carne. Josan Fernández, con sus propios criterios, se convirtió en un escudero fiel que no se perdía ni una de las barbacoas que el actual técnico del Jimbee organizaba en su casa de Beniaján, sea cual fuera el grupo de invitados.
Su capacidad para unir también quedó patente cuando se convirtió en un apoyo fundamental para Diego Giustozzi, algo que no es habitual en el deporte profesional, en el que las envidias son el pan nuestro de cada día. Quizás no contar con enemigos dentro del club y con un consenso total hacia su figura le valga para sacar adelante a ElPozo.
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Dicen sus amigos que es muy difícil encontrar a Josan González haciendo otra cosa que no sea entrenar a su equipo de fútbol sala, viendo entrenamientos de las bases o editando jugadas para preparar mejor los partidos. En Córdoba, alguna vez, se acercaba al Nuevo Arcángel a disfrutar del equipo califa en Segunda y apenas veía encuentros de fútbol por televisión, a no ser que fueran del Barcelona de Messi, quizás su ídolo por parecer más un jugar de fútbol sala que del fútbol grande.
Su madre, su hermano y sus tres sobrinos son intocables para el entrenador encargado de enderezar el rumbo de un gigante dormido, que no fue futbolista notorio y que desde bien joven cogió la pizarra para entrenar a chicos y chicas jóvenes. Igual de intocable que el Volkswagen Passat que tiene desde que llegó a Murcia. «Va muy bien, para qué lo voy a cambiar», suele decir. En su coche suele sonar música del sur, aflamencada, como la de Los Rebujitos, uno de sus grupos favoritos. Y tirando del título de una de las canciones de este combo gaditano, a Josan González le gustaría que esta nueva etapa de su vida tuviera un 'bonito final'. O mejor, que nunca llegara su final.
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Para Josan González, además de los aspectos más tácticos, lo mental es trascendental en el buen funcionamiento de un grupo de deportistas de élite. O lo que es lo mismo: ya sabe que el primer paso que debe dar en ElPozo es desbloquear a un vestuario en el que falta más comunicación interna.
No es un novato porque además de dirigir al filial charcutero y al Córdoba, incluso tuvo que hacer de Duda en algunos partidos en los que el brasileño estuvo sancionado. Al cordobés le gusta decir las cosas a la cara, que no haya secretos y arreglar todo a base del diálogo y la comprensión. No lo va a tener fácil en un equipo cargado de internacionales y con varios campeones del mundo, pero la gente del fútbol sala sabe que si hay alguien preparado para conseguirlo, es él.
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