Mohamed Katir celebra la plata en los 5.000, este martes en el Olympiastadion de Múnich. reuters
Atletismo

Mohamed Katir logra una plata que sabe a oro

Solo el noruego Jakob Ingebrigtsen supera al muleño en una memorable pelea por el título en un 5.000 de elevadísimo nivel

Martes, 16 de agosto 2022

«La medalla de Eugene es solo el comienzo», avisó hace menos de un mes Mohamed Katir (Mula, 24 años). Al atleta muleño algunos le venían acusando desde hace tiempo de que solo estaba preocupado por las marcas, por la fama y por el dinero. Lo decían, sobre todo, porque el pasado año, en el breve lapso de 33 días, batió tres récords nacionales en una temporada al aire irrepetible: 3:28.76 en 1.500 (borrando de las listas a Fermín Cacho), 7:27.64 en 3.000 (a Isaac Viciosa) y 12:50.79 en 5.000 (a Alemayehu Bezabeh). Se quejaban de que en los grandes campeonatos no era el mismo que en los mítines, como si no le motivaran tanto las medallas. Como si su octava posición en Tokio, en su debut en unos Juegos, no tuviera ningún mérito.

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Es mentira eso de que a Katir solo le motivan los récords, como tantas otras cosas que se dicen sobre él. Como eso de que su padre llegó a España en patera. No fue así. Salió de Alcazarquivir, cerca de Larache, con los papeles en regla y un contrato de trabajo en Huesca. Hasta allí se fue, viajando por carretera, el padre de Katir. Luego se instaló con toda su familia en Mula y allí, reclutado por Cristóbal Carlos Ramírez, presidente del club MulaSport, empezó a forjarse como atleta. Durante mucho tiempo peleó para representar a España, pero la nacionalidad nunca llegaba. Él sí quería medallas, pero no podía colgárselas porque no tenía ficha federativa.

La pesadilla acabó y en este 2022 se está desquitando. Fue bronce en 1.500 en el Mundial de Eugene (Estados Unidos), en una distancia que la Federación no le ha permitido correr en este Europeo en una incomprensible decisión que alguien tendría que intentar aclarar. Y este martes en Múnich consiguió una histórica plata europea en 5.000, en una final memorable, en la que el pupilo de Gabi Lorente fue el único corredor que plantó cara de verdad al noruego Jakob Ingebrigtsen (Sandnes, 21 años), la superestrella del atletismo mundial.

Bella lucha

Con una marca de 13:22.98, la mejor de un español en la historia de los Europeos, Katir no se arrugó en ningún momento y siguió siempre la estela de un Ingebrigtsen que solo pudo deshacerse del muleño en una impresionante arrancada en la recta final. Todos los demás competidores fueron cayendo como fruta madura ante el ritmo impuesto por el noruego en el último kilómetro. Todos, menos Katir. Ganó Ingebrigtsen (13:21.13). El italiano Yemaneberhan Crippa, bronce con 13:24.83, nunca estuvo en la pelea por una medalla de oro con la que por momentos soñó Katir.

Una caída del francés Hugo Fray a falta de cuatro vueltas desestabilizó la carrera. Se tocó con Katir, a quien después acusó de haberle tirado. Los jueces no lo vieron así y la plata del muleño no peligra. El italiano Crippa aprovechó esos instantes de confusión para ponerse a tirar, secundado entonces por Katir y Adel Mechaal. Ese movimiento no gustó a Ingebrigsten, que saltó a la calle dos para ponerse primero y enfilar los últimos ochocientos metros en cabeza.

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La confianza y las buenas piernas de Katir hicieron exprimirse al máximo a Ingebrigsten en la última vuelta, aunque el cambio de marcha que imprimió el noruego en la última curva fue imposible de seguir para el corredor de Mula, que llegó a meta tan exhausto como feliz por lograr una plata que le sabe a oro.

Hasta la última vuelta lo intentó Adel Mechaal, desfondado después hasta caer a la decimocuarta plaza, incluso por detrás del tercero de los españoles, Abdessamad Oukhelfen. La gloria fue para Katir, el mejor atleta español del momento. Ya nadie puede discutir esto.

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