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El atleta muleño Mohamed Katir asumió la sanción de dos años impuesta este viernes por la Unidad de Integridad del Atletismo (AIU), que le deja sin la posibilidad de disputar los Juegos Olímpicos de París, en los que era firme candidato a medalla, ya que ... la inhabilitación abarca desde el 7 de febrero de este año hasta el 6 de febrero de 2026. En un comunicado, Katir asegura que tras analizar «fríamente los largos procesos» de los recursos que podría presentar, cuya resolución podría llevar a «esperas demasiado prolongadas», se ve abocado a «asumir la sanción que propone la AIU y así poder empezar a cumplirla cuanto antes». El mediofondista español considera esta opción como la manera de poder regresar a la competición «lo más pronto posible».
Pese a no presentar ningún recurso ante su sanción por saltarse tres controles antidopaje, Katir asegura que «no se trata de un asunto que guarde relación con haber utilizado sustancias o métodos prohibidos ni el haber eludido ningún control antidopaje». Según quiere puntualizar el propio atleta, el expediente es por «la incorrecta actualización de los datos de mi localización», y alega en su favor que después de estos fallos se sometió a varios tests antidopaje fuera de competición que dieron «un resultado negativo siempre». Pero, con independencia de lo que él considera «despistes», el atleta murciano hace constar que todos su logros deportivos hasta hoy «han sido realizados sin recurrir en ningún momento a ningún tipo de dopaje».
Los problemas surgieron, según su versión, por su «desconocimiento» del funcionamiento del sistema ADAMS. Se trata de un programa informático en el que todos los deportistas del mundo introducen su ubicación para posibles controles antidopaje. En él se anticipan trimestralmente todos sus movimientos y se programan las horas disponibles para someterse a los controles antidopaje; también se incluyen las sustancias prohibidas que los deportistas estén consumiendo por indicación médica. Así, Katir explica que los fallos surgieron en la actualización de ese informe trimestral que había presentado inicialmente, que achaca por ser «una persona muy despistada», y que esos errores acaban por convertirse en «una falta de diligencia». Unos despistes que va a pagar «a un altísimo precio».
El atleta desgrana algunos de los problemas que tuvo para utilizar este sistema. Asegura que en una de las actualizaciones que realizó para subir sus datos de localización «la plataforma no funcionó correctamente», y que en ese caso se limitó a mandar un correo al gestor para hacerle saber dónde se encontraría en fechas posteriores. «Sin embargo, por desconocimiento y pensando que ADAMS y AIU eran lo mismo, no informé de ello a AIU, algo que posteriormente he podido conocer que resultaba obligatorio».
Otro de los casos que explica el atleta de Mula es una visita de los agentes antidopaje en su domicilio, cuando en ese momento se encontraba entrenando cerca de ese lugar, pero no dándole tiempo «materialmente a llegar al lugar que figuraba en mis datos de localización en el periodo de 60 minutos de esa concreta fecha».
Mohamed Katir finaliza afirmando que regresará a la competición tras cumplir su sanción «para seguir demostrando mi nivel deportivo», aunque asegura que será «absolutamente cuidadoso» en la actualización de su localización para los exámenes antidopaje.
Las tres faltas que han llevado a Mohamed Katir a ser sancionado durante dos años se produjeron entre el 28 de febrero y el 10 de octubre de 2023. Según publica Relevo, en la primera ocasión el agente antidopaje acude a su domicilio en Mula, lugar donde había registrado que estaría en el sistema ADAMS, pero recibe la explicación de que se encuentra en Lisboa, a donde había volado para ver a su prometida, que le había pedido verse inmediatamente ese mismo día.
El atleta aportó como prueba la compra del billete de avión; sin embargo, el justificante había sido adquirido dos días antes del control, no el mismo día como alegaba Katir.
La segunda prueba a la que el muleño no se somete ocurrió el 3 de abril de 2023. De nuevo, un agente de control se persona en su domicilio pero su padre le explica que está entrenando en Francia. Aquí ocurre el problema de actualización al que se remite Katir en su comunicado, que envió a una dirección del gestor pero no a la Unidad de Integridad del Atletismo. Pese a este correo, Katir trató de actualizar ese mismo día su ubicación en el sistema, aunque según la UIA lo hizo después de que su padre le abriera la puerta a los agentes.
La última ocasión fue el 10 de octubre. Una vez más fue el padre de Katir quien abrió la puerta a los controladores, a quienes explicó que se encontraba en una pista de atletismo a 30 minutos de su vivienda, pero que no consiguió que el corredor descolgara el teléfono y volviera a tiempo para el test antidopaje. El atleta mandó una captura de pantalla con la ubicación del sistema ADAMS, pero la UIA alega que se había cambiado la hora después de la visita de los 'antidoping'.
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