Cayuela apaga el fuego en Lisboa

Camino de la jubilación, el bombero Juan Cayuela (Cartagena, 59 años) acaba de apagar el último fuego que le quedaba pendiente. Lo ha hecho en Lisboa, donde después de muchos años sin lograrlo acaba de conseguir dos medallas de oro (individual y dobles) en los Juegos Mundiales de Bomberos, concretamente en la disciplina del tenis de mesa. Las citas en Rimini y Rotterdam, los dos próximos meses, marcarán ahora la recta final de un hombre polifacético, siempre vinculado al deporte y a la paz que encuentra en los montes de Cartagena.

Porque Cayuela es hombre para todo. Fue exfutbolista en sus años «mozos», primero en el Naval y también en el Torrevieja. Y hasta en el Efesé de Aranguren, en Segunda, en la década de los 80. Era el portero suplente y le tocó actuar en alguna ocasión, como una tarde ante Las Palmas de Roque Olsen y otra frente al Castilla de Pardeza, Xavi Juliá y Pepe Mel. «Fue una etapa muy enriquecedora», que le llevó a colgar las botas a los 36 años y, desde entonces, a ejercer las profesiones de policía y bombero en su ciudad natal. Bombero y atleta veterano, en todos estos años ha despertado su interés por publicar diferentes libros de autoayuda. El octavo, 'Siete secretos para construir parejas extraordinarias', lo presenta el día 14 en Míster Witt Café (Tolosa Latour, 4).

Tampoco descuida su faceta como bailador de salsa y ritmos latinos, próximamente en Los Alcázares, que le ayuda «a calmar la mente y eliminar toda la basura que llevamos dentro». Vinculado en labores sociales, ha viajado por más de 75 países, algunos por placer y otros para colaborar con Bomberos en Acción, prestando medicinas y comida a los más necesitados. Ahora anda inmerso en un proyecto en Senegal, construyendo gallineros y otras infraestructuras necesarias.

La espina clavada la tenía con el deporte, donde siempre ha estado vinculado de una u otra manera. Durante seis meses fue el coach de ese FC Cartagena que estuvo al borde del descenso a Tercera, en 2015. Compañero y amigo del entonces entrenador, Palomeque, subió los ánimos a una plantilla anímicamente tocada. «Aquellos fueron momentos duros, de presión mental y psicológica, porque la plantilla llevaba muchos meses sin cobrar e intentamos, con la ayuda también de la familia, transformar esos pensamientos. El equipo se salvó y aquel momento fue muy enriquecedor», recuerda.

Hace solo unos días regresó de Lisboa, donde acaba de ganar dos medallas en unos campeonatos mundiales que congregan a bomberos de todo el mundo. Cayuela ya acudió a otras ediciones (Liverpool y Valencia, entre otras) sin conseguir llevarse el oro individual. Lo consiguió en Portugal, en tenis de mesa, que practica desde principios del siglo XXI. «Nunca había sido capaz de conseguir el oro, aunque para mí el resultado es lo de menos. Este deporte me entusiasma, activa el cerebro, lo estimula y ayuda a prevenir enfermedades». El «orgullo» de Lisboa ya lo llevará siempre. Quedan Rimini y Rotterdam para soñar.

• Temas
• Cartagena FC
• Premios