Peregrinos de Champions

Luego resultó que la final fue Borussia-Bayern, «el Borussia nos metió 4 y el Bayern 7 al Barça, pero con los billetes de avión ya sacados decidimos ir igualmente. Fue un acierto histórico», cuenta Pablo Morán.

Pese a su condición de seguidores del Real Madrid, tras esta primera experiencia vivida en Londres, decidieron repetir a ciegas; es decir sin saber qué equipos pelearían por el título. «Nos lo pasamos tan bien en Londres viviendo el ambiente futbolero en aquella primera final que nos juramentados acudir a todas, independientemente de los equipos que llegasen. Somos unos fetichistas y estudiosos de la Champions», dice Pablo, quien añade que «nuestra fe ha dado frutos, casi siempre llega el Real Madrid. Compramos los billetes de avión cerca de un año antes y reservamos el hotel todavía con mayor antelación».

Desde la final de 2013 en Londres, estos hinchas del Real Madrid han estado en Lisboa (2014), Berlín (2015), Milán (2016), Cardiff (2017), Kiev (2018), Madrid (2019), no pudieron viajar a Lisboa en 2020 porque no se podía salir de España por la pandemia, pero en 2021 sí estuvieron en Oporto, como también en París (2022), Estambul (2023) y el pasado 1 de junio en Londres.

Han celebrado seis títulos de su Real Madrid (2014, 2016, 2017, 2018, 2022 y 2024 ) y, aunque tener entradas del partido no es condición indispensable para viajar a la sede de la final, han visto dos en directo, y en las dos disfrutaron con el triunfo del equipo blanco. Estuvieron en la grada del Estadio Olímpico de Kiev (Real Madrid, 3- Liverpool, 1) y hace un mes en el estadio londinense de Wembley (Real Madrid, 2-Dortmund, 0).

«Las entradas de la final de Kiev las conseguimos de la forma más inesperada. Nos la regalaron unos aficionados en la puerta del estadio. La conexión aérea con Kiev era muy complicada y muchos madridistas de pro no pudieron viajar. Nosotros sí porque teníamos el vuelo sacado un año antes. En los aledaños del campo, unos aficionados, que hoy son amigos, se enternecieron escuchando nuestra historia. Resulta que unos familiares suyos que no pudieron viajar les dieron las entradas con la encomienda de que se las regalasen a quien las mereciesen: con el amor al Real no se hacen negocios», recuerda orgulloso Pablo, quien añade que las de Wembley se las consiguió una amiga.

Estos once viajes han dado para mucho. Pablo y Manuel han vivido momentos muy buenos y otros no tan satisfactorios. «Cada uno es especial. Lisboa tuvo la magia de lo novedoso y la victoria agónica [el Madrid ganó 4-1 al Atlético de Madrid en un partido que se decidió en la prórroga; el gol del empate lo marcó Sergio Ramos en el minuto 93]. Y es una ciudad fascinante desde todos los puntos de vista. Guardamos también buenos recuerdos de Cardiff y Kiev, por lo exótico de las sedes. Las ciudades se volcaron completamente con la Champions y había muchísima seguridad, fiesta, diversión, pancartas, banderas etc. Los anfitriones estaban entusiasmados de albergar la final».

Por contra, en Milán (2016) tuvieron que sortear algún obstáculo. «Nos cancelaron los tres hoteles que teníamos, alegando averías, pero en realidad fue para alquilar las habitaciones muchísimo más caras. Nos dejaron en la calle. Fue una odisea. Y luego la ciudad no estaba preparada. No se podía ver el partido en ningún bar, nos trataron fatal. Pudimos capear el temporal porque hablamos italiano».

Pero, ¿por qué son tan aficionados al Real Madrid estos dos murcianos? «Ambos somos aficionados al fútbol como deporte y al Real Madrid por la familia. En el caso de Manolo por su padre y en mi caso por mi tío José Manuel. Ambos recordamos haber visto con ellos cómo el Madrid de Mijatovic ganaba la séptima».

Estos dos fieles seguidores del Real Madrid ya tienen preparado su viaje para la final de 2025, que se disputará en Munich. «Por supuesto. Tenemos el hotel reservado. El vuelto todavía no se ha puesto a la venta. Familia, amigos, jefes y compañeros de trabajo, todos saben que ese fin de semana es para la Champions».