José David Larrosa celebrando un gol en el Cartagonova contra el Villajoyosa, en 2003. J. M. RODRÍGUEZ / AGM
Fútbol

Larrosa: «Tengo siete operaciones y tres ascensos»

Grana, albinegro y blanquiazul ·

FRANCISCO J. MOYA

Lunes, 1 de junio 2020, 01:56

AJosé David Larrosa (Murcia, 46 años) todo el mundo le llama Larri. Hoy trabaja en la secretaría técnica del UCAM CF junto a Pedro Reverte, con quien compartió vestuario en el Lorca hace un cuarto de siglo. También es el encargado de confeccionar las plantillas del filial y el primer juvenil universitario. A este murciano nacido en el barrio de La Fama y formado como jugador en el desaparecido Chupol le viene como anillo al dedo aquello de lo difícil que es ser profeta en tu tierra. Brilló en Pontevedra, Zamora, Melilla y Almería, donde fue pieza clave en el histórico ascenso a Segunda de 2002, con Juan Casuco en el banquillo. Sin embargo, pocos saben que llegó a debutar con el primer equipo del Real Murcia en el Benito Villamarín en 1994, que sorprendió a todos en Lorca marcando 9 goles actuando como pivote defensivo en la temporada del ascenso (en los despachos) a Segunda B de los lorquinos en 1995 y que fue un jugador con peso en el vestuario en el primer Cartagena de Paco Gómez, en el curso 2003-04.

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«Mi vida ha sido el fútbol y he ido siempre de un lado para otro, currando y luchando muy lejos de Murcia. De hecho, cuando salí del Almería tuve una gran oferta del Cádiz, pero preferí ir al Cartagena por estar cerca de casa», confiesa. Ya tenía 30 años y nunca más se marchó. Horadada, Eldense, Sangonera y Beniel fueron sus equipos en la parte final de una carrera que alargó hasta los 36 años. Un auténtico milagro si tenemos en cuenta que pasó hasta siete veces por el quirófano.

José David Larrosa con la camiseta del Real Murcia, en 1994. LV

«Tengo 7 operaciones y 3 ascensos. Me operaron tres veces de la rodilla, dos de la derecha y una de la izquierda. También del abductor, del brazo, de la mano y de la séptima ya ni me acuerdo [se ríe]. La lesión más dolorosa fue la fractura de cúbito y radio que sufrí en Zafra, jugando con el Almería. Estaba en uno de mis mejores momentos, además. Tuve fuerza de voluntad y siempre me repuse y volví a mi nivel. Jugué de medio defensivo hasta los 28 años, cuando Casuco me recolocó de central», dice.

Destacaba en el cadete del Chupol y con 16 años lo fichó el Real Murcia para su equipo juvenil. «Fue un sueño. Me crié en La Fama, a cinco minutos de La Condomina. Llegué al primer equipo en un mal momento, ya que empezaba la crisis que llevó al club a Tercera. Esa temporada bajamos a Segunda B. Debuté en Sevilla contra el Betis, con un ambientazo de escándalo. Recuerdo que Ángel Cuéllar hizo un golazo y se vino a celebrarlo con sus compañeros que calentaban en la banda. Yo estaba al lado y daban ganas de abrazarlo también. Debuté con José Víctor pero en verano decidí marcharme. El Lorca apostó muy fuerte y en el Murcia no me querían», cuenta Larrosa.

Amago de retirada

Acertó de pleno firmando por el club lorquino, ya que subió a Segunda B y completó dos temporadas fantásticas. «En Lorca me hice futbolista. Y aunque bajamos a Tercera, yo fui a Segunda porque me fichó el Toledo. De hecho, al poco de llegar me hizo una oferta el Sporting de Gijón, pero el Toledo pedía mucho dinero por mí y no se hizo la operación. Y poco después me lesioné de gravedad y paré muchos meses».

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«Yo le digo ahora a los niños que tengo en la cantera del UCAM que lo importante no es llegar, sino mantenerse. Y que si te caes tienes que volver a pelear para llegar arriba. Esa fue una constante en mi carrera. Porque yo cometí un error de juventud. Con solo 25 años y tras quedarnos campeones de Segunda B con el Melilla, con López Caro de entrenador, me retiré del fútbol. Me sentía vacío, sin ganas de estar fuera de casa. Y lo dejé. Habíamos perdido el ascenso contra el Elche por un gol con la mano de Claudio Barragán. Tenía muy buenas ofertas pero no escuché ninguna», explica.

José David Larrosa antes de un partido con el Lorca, en 1995. LV

Tras unos meses parado en casa, Antonio Pedreño le llamó para ir al Horadada, en Tercera, «y allí recuperé el gusanillo por el fútbol». Zamora, Écija, Almería y Cartagena fueron sus siguientes destinos. «Aprendí mucho de Machuca, el mejor entrenador que he tenido junto a Tomé y Casuco. Paco Gómez, aunque era muy pasional y cometía errores, salvó al Cartagena. Ese año todo salió mal y el ambiente en el Cartagonova era muy frío», admite. En Elda y Sangonera, donde disfrutó del histórico ascenso de 2008 en Toledo, triunfó siendo un veterano. Duro en el campo y noble fuera de él, Larrosa hizo «muchísimos amigos» en el fútbol. Juanmi, Manu, Olivares y Andrés Duro, los mejores.

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