Germán Sáenz: «No me hubiese ido nunca del Murcia, era muy feliz»

–¿Cómo se encuentra?

–Muy bien mental y físicamente. Con un chute de energía despúes de haber hecho un buen partido contra el Hércules.

–Llega usted en un gran momento al Enrique Roca.

–Sí. Ya estábamos antes y ahora encima salió el resultado. Teníamos sensaciones muy buenas pero no terminábamos de encontrarnos. Por muy bien que trabajes a veces el fútbol te favorece y otras no. Pero este domingo pasado nos salió todo.

–¿Qué ha cambiado en usted desde que se marchó de la Región?

–Es una cuestión de madurez. Ahora leo el juego de forma diferente y tengo un punto más de tranquilidad a la hora de tomar decisiones. Eso hace que tenga más calidad y no solo piense en el físico. Ahora pienso más y mejor.

–¿Qué recuerda especialmente de su etapa en el Real Murcia?

–Solo cosas buenas. Fueron los momentos más felices de mi carrera. Hubo cosas malas pero las tengo aparcadas.

–Hizo un gran año junto a Aira.

–Sí. Ese año salió todo. Esos son los que se recuerdan. Fue todo fluido y de color rosa. Nos costó al inicio pero fue maravilloso en todos los sentidos. Las temporadas se hacen largas y aquella plantilla era corta. Siempre pensé que iba a acabar la campaña de forma perfecta, pero al final no pudo ser.

–Su felicidad en el Real Murcia acabó cuando llegó la lesión.

–Iba para arriba como un tiro y la lesión fue un parón en seco. Suceden diferentes cosas en el Murcia que te tambalean, pero poco a poco nos hemos ido adaptando.

–¿Qué cosas?

–No me hubiese ido nunca del Murcia. Era muy feliz allí y me sentí querido. Se dio el cambio de directiva y se lio todo. Encima salí al Cartagena y fue muy polémico. Pero lo hice pensando en la familia, me avisan el último día de mercado y la mejor opción era esa. Para mí también fue duro, pero quise evitar la mudanza de mi familia y no había otra. En Cartagena el trato hacia mi persona fue también maravilloso.

–¿Cómo fue su etapa en el Efesé?

–Intensa. Fue un cambio duro y drástico. Venía de no jugar tanto y me estaba recuperando de la lesión. Allí hubo mucha presión. No salieron las cosas.

–¿Fue duro salir del Murcia en dirección a Cartagena?

–Llegó gente al Real Murcia que en principio iba a contar cien por cien conmigo. El último día sobró un jugador y me lo comunicaron. Fue un palo gordo. Estaba muy jodido y con una familia detrás. Me vi viajando al norte, teniendo que hacer una mudanza y cambiando a la niña del colegio. Cuando aparece el Cartagena, supe que iba a recibir palos pero tenía que pensar en la familia.

–¿Tiene alguna espina clavada con el club grana? ¿Su salida?

–Cien por cien. La primera fue no conseguir el ascenso y la segunda, la salida, que fue dolorosa. Desde que firmé allí he seguido al Murcia muy de cerca. No sé de quién fue la decisión, pero me hizo daño y me salpicó negativamente. Fue lo que más me dolió, salir y hacerlo así.

–¿Qué diferencias hay entre el Cartagena y el Murcia?

–Son clubes grandes. Por su manera de hacer las cosas, el Cartagena ha sido capaz de salir del pozo. Pero el cariño que le tengo al Murcia se lo tengo a pocos sitios y a pocos equipos.

–¿Cómo ve al Real Murcia desde fuera?

–Desde que me fui ha cambiado mucho. Ha hecho buenos equipos y buenas temporadas pero siempre hay algo, no sé el qué, que no termina de dar el paso. El Murcia no es equipo de Segunda B, ya que para mí esto sigue siendo la Segunda B.

–¿Cómo le va ahora en Alzira?

–Con dos niñas criándose y una vida familiar. Tomé la decisión de estar en casa y firmé aquí el año pasado. Me costó tener minutos. Hice un buen 'playoff' y conseguimos subir. Somos un equipo humilde que va a dar que hablar. Hay gente honrada que tiene hambre y con calidad para sorprender.