Celebrando un triunfo con el Real Murcia, esta temporada. NACHO GARCÍA / AGM
Fútbol

Antonio López: «Este Murcia puede mirar para arriba»

Grana, albinegro y blanquiazul ·

Un lunes iba a firmar un contrato de cuatro temporadas con el equipo de Primera. El sábado, 48 horas antes, se destrozó la rodilla

Lunes, 29 de junio 2020, 10:35

El camino se le puso muy empinado a Antonio López (Puerto Lumbreras, 30 años) cuando una grave lesión en los ligamentos de su rodilla izquierda ... le impidieron dar el salto a la primera plantilla del Levante. Había debutado con Luis García, ante el Xerez, en una eliminatoria de Copa del Rey del conjunto 'granota'. Un lunes iba a firmar un contrato de cuatro temporadas con el equipo de Primera. El sábado, 48 horas antes, se destrozó la rodilla. Fue la primera vez. Habría una segunda, en una carrera marcada por las lesiones.

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«Salí de casa con 14 años. Estuve siete temporadas en el Valencia y dos en el Levante, muy cerca de conseguir mi sueño. Con 23 años me tuve que volver y empezar de cero. De hecho, [José Miguel] Campos ni siquiera me conocía. Y tuve que pasar una prueba para firmar por La Hoya Lorca. Volví muy desilusionado por los chascos que me llevé en Valencia, pero afortunadamente en Lorca recuperé la ilusión», cuenta el central de Puerto Lumbreras, quien acaba de renovar su contrato con el Real Murcia. «Con Adrián [Hernández] me entiendo muy bien. Ha hecho un trabajo increíble con todos nosotros. Estoy contento», dice.

Cuatro temporadas estuvo en Lorca, las dos últimas del proyecto de La Hoya Lorca y las dos primeras del Lorca FC, las de Xu Genbao. «El club sufrió una transformación más que evidente a partir del tercer año. No obstante, las cosas se descontrolaron en la temporada en Segunda. El tercer año, cuando subimos, en el vestuario fuimos capaces de olvidar todo lo de fuera. Nos tomábamos un poco a risa todo el circo que había montado alrededor del equipo», recuerda Antonio López.

El ascenso

Así, «si vivíamos una semana de esas en las que nos cerraban las puertas de un campo de entrenamiento o teníamos que ducharnos con agua fría o había alguna declaración salida de tono, nos mirábamos todos dentro y decíamos: 'este domingo ganamos 3-0'. Y llegaba el domingo y ganábamos 3-0. En ese vestuario había jugadores contrastados, muy profesionales y con mucho bagaje. Por eso aquello salió bien, a pesar del baile de entrenadores y de todo el ruido que existía alrededor del Lorca», señala.

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Lo que no había conseguido en Valencia se le presentó en Lorca: era la hora de debutar en el fútbol profesional. Y de nuevo la desgracia se cebó con él. «Hubo muchos cambios en la plantilla y era difícil quedarse. Sin embargo, yo me quedé y Curro Torres confiaba en mí. Iba a ser titular y una semana antes de empezar la Liga me rompí», relata. Otra vez, al quirófano. Y otros siete meses de baja. Otro sueño roto.

«Dentro de lo malo, al menos pude jugar los últimos [siete] partidos en Segunda, ya con Fabri. Estábamos descendidos, pero dimos la cara y recuerdo que le ganamos al Granda, al Nástic y al Numancia», destaca. Su buen nivel tras la lesión le sirvió para que el Cartagena lo fichara, al poco de desvincularse del Lorca.

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Sin 'feeling' con Munúa

«Llegué al Cartagena para ser importante, antes de que se firmara a [Gustavo] Munúa. Él no contó conmigo y cuando me puso tuve problemas de índole muscular, que me sacaban del 'once'. También me afectó el partido ante el Melilla, en el que me expulsaron. Munúa no variaba el equipo y creo que fue un problema que nos lastró en esa fase de seis partidos que nos costaron el primer puesto. La idea del míster no variaba y al final eso hace que el que no juega no apriete lo suficiente en los entrenamientos. Lo mejor que me llevé de Cartagena es la remontada contra el Castilla, con un ambiente increíble, de los mejores que he visto en mi carrera», confiesa.

Esta campaña en el Real Murcia ha recuperado sensaciones olvidadas. «Llegué con la etiqueta de jugador propenso a lesionarse y lo he jugado casi todo (21 partidos y más de 1.700 minutos). He vuelto a ser yo. El balance es bueno, en lo personal y en lo colectivo. Creo que hubiéramos dado mucha guerra en el tramo final de la competición y tenemos que estar esperanzados de cara a la temporada que viene. Este Murcia, con un presupuesto bajo, ha demostrado que puede mirar para arriba y competir de tú a tú con los mejores», resume un Antonio López que ha hecho dos grandes amigos en el fútbol, Gonzalo Poley y Santi Jara. Y destaca a dos técnicos, Campos y Adrián.

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