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Un equipo de autor. Jesús Zapata, técnico delAtlético Santa Cruz, da indicaciones a sus pupilosantes de la sesión de este jueves. JAVIER CARRIÓN / AGM
Un lustro de fútbol nómada para soñar con la Tercera RFEF

Un lustro de fútbol nómada para soñar con la Tercera RFEF

Atlético Santa Cruz. El equipo murciano lidera la Preferente en su quinto año de vida con un proyecto ambicioso que se atreve a mirar al ascenso directo

Antonio Zomeño

Domingo, 2 de marzo 2025, 07:46

Hace cuatro décadas, el deporte rey se vio desterrado de Santa Cruz. La pedanía de apenas 2.500 habitantes, emplazada en el corazón de la Huerta de Murcia, borró el fútbol de su paisaje compuesto por terrenos arados en caballones y bancales de limoneros; pero cinco años han bastado para devolver la ilusión. El Atlético Santa Cruz, fundado en el verano de 2020, es el flamante líder de la Preferente murciana.

En tan solo un lustro de vida, el cuadro rojinegro ha pasado de debutar en Segunda Autonómica a mirar por el retrovisor a históricos del fútbol regional como el Olímpico de Totana o el Mazarrón, únicos dos equipos que le aguantan el pulso. Tras dos ascensos en sus dos primeras campañas, el Atlético Santa Cruz encaró su primer curso en Preferente como un club modesto, sin recursos, donde la permanencia se antojaba como un reto mayúsculo. «Cuando me llamó el Santa Cruz, salvar la categoría era un milagro», explica Jesús Zapata, director deportivo y entrenador del primer equipo desde aquella 2022-23 donde consiguió la permanencia con un plantilla armada «con palicos y cañas». Desde entonces, el proyecto no ha parado de crecer.

La pasada campaña, el cuadro rojinegro quedó a tan solo un puesto de disputar el 'playoff' para subir a Tercera. Esta temporada, el proceso sigue dando sus frutos y, tras 23 jornadas, ya han igualado los 53 puntos conseguidos en todo el curso anterior. «La clave ha sido mantener la base del año pasado, pero también hemos podido cambiar el estilo de juego y traer gente más apta para hacer un fútbol combinativo. Esto es posible, en gran parte, gracias al campo», confiesa Jesús Zapata desde la grada del Municipal de Llano de Brujas, estadio donde el Santa Cruz actúa como local. Y es que, en sus cinco años de vida, todavía no ha jugado un solo partido 'en casa'.

Un club sin hogar

Un bancal de limoneros y un terreno vallado con casetas para palomos escoltan el campo de fútbol de Santa Cruz; o las ruinas de lo que otrora fue. Cuatro muros conformados por bloques de hormigón desnudo confluyen en una puerta sin puerta; grafitis sobre robín presididos por montañas de escombros y basura decoran los aledaños. En su interior, cuatro décadas de abandono han erosionado cualquier vestigio de práctica deportiva: el campo es un solar salteado de matorrales que carece de vestuarios, porterías o luz.

El fútbol se marchó del pueblo hace cuarenta años, desde que un altercado cuya magnitud todavía perdura en la memoria colectiva de la pedanía acabó con algunos jugadores de aquel Atlético Santa Cruz en el calabozo y el campo clausurado por la Guardia Civil. Treinta y cinco años más tarde, César Segura reutilizó los colores, escudo y denominación de aquel equipo al que iba a ver de pequeño con su padre para fundar el actual club de la pedanía.

«Al no haber campo ni equipo, en el pueblo no había nadie que echara la cosa para adelante», explica César Segura, presidente y fundador del club. «Nuestro objetivo siempre ha sido traer un campo de fútbol a Santa Cruz. A raíz de tener un equipo, podemos hacer más fuerza entre todos para que esto suceda», asegura. Aunque la Concejalía de Deportes ya ha tramitado una memoria para la puesta en valor de las instalaciones, y el presidente del club asegura que «el proyecto irá para adelante», el presupuesto para la construcción de un campo de fútbol en la localidad oscila en el millón de euros y, desde el club, lo toman como un plan a medio plazo.

Desde esta campaña, el Atlético Santa Cruz disputa sus partidos como local en Llano de Brujas, pueblo vecino que cuenta con uno de los campos más grandes de toda la Región. Las dimensiones del verde que comparten con el Plus Ultra, opuestas al estrecho campo de Los Ramos donde el equipo residía, han permitido a los de Jesús Zapata desplegar un juego propositivo y atrevido más cerca de su incipiente afición.

«Además de la cercanía y la comodidad para nuestra gente, el cambio de campo nos ha permitido pasar de un estilo muy directo a tener mucho más protagonismo con el balón. Nos gusta llevar la iniciativa, pero una de nuestras mayores fortalezas es saber competir», explica el técnico de 33 años.

Esa veteranía necesaria para todo aspirante al ascenso la aportan nombres como el portero Vivancos; Carlos Casanovas 'Pitu', uno de los mejores pivotes de la categoría, o Richard, con una dilatada experiencia en 2ªB. Aunque los dos máximos artilleros son de los más jóvenes de la plantilla: Mario Mingueza, con doce dianas, y Gabri Cánovas, que acumula once.

Un proyecto en evolución

El breve recorrido del club o la ausencia de un campo 'propio' no han impedido al Santa Cruz instaurarse como uno de los proyectos deportivos más atractivos de todo el municipio de Murcia. Y es que el sueño que César Segura comenzó en julio de 2020 se ha materializado, en menos de un lustro, en mucho más que el líder de la Preferente murciana.

Auspiciados económicamente por el patrocinio del Grupo Lucas, empresa hortofrutícola de El Raal, y comandados por Jesús Zapata en la dirección y coordinación deportiva, el Atlético Santa Cruz cuenta desde esta temporada con ocho equipos. Además del líder de Preferente y su filial de Segunda Autonómica, el club tiene un tercer equipo sénior que compite en la Liga Súper F8 para personas con discapacidad intelectual, donde participan desde hace dos años de la mano de la asociación Assido.

El pasado verano, el Atlético Santa Cruz también inauguró su escuela de fútbol, que comprende a cinco equipos desde chupetas hasta juveniles con una de las cuotas más económicas de todo el fútbol regional. Pero el proyecto no para: de cara a la próxima temporada, el club confía en duplicar su número de equipos en competición. Entre ellos, está previsto que el fútbol femenino comience a rodar con un equipo cadete y otro sénior.

El Atlético Santa Cruz ha dejado de ser ese desconocido de la huerta de Murcia para revelarse como uno de los clubes de moda en el fútbol regional. Un proyecto nómada, sin campo, pero que no olvida a sus bases y compite con la ambición de quien, cinco años después de su fundación, tiene la osadía de llamar a las puertas de la Tercera Federación.

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