El pasado mes de mayo se rompió un maleficio. El Real Murcia puso fin a una racha de once años sin celebrar una alegría, un ... ascenso de categoría. Hay que remontarse a 2011 para recordar la última alegría pimentonera. Un equipo que, tras el 2-0 en Nueva Condomina, hizo bueno el 1-0 en contra y celebró, en el Anxo Carro, el ascenso a Segunda División. La última vez que el Murcia llegaba al fútbol profesional. Un equipo que hizo vestuario y que contaba en el banquillo con Iñaki Alonso (Durango, 1968). Él llegó a un Murcia triste, defenestrado tras el episodio deportivo que, quizá, más dolor ha causado en la afición pimentonera. Montilivi, Girona. Último minuto de partido, un penalti más que discutible. Un balón que se le escurre entre los brazos a Alberto Cifuentes. Un descenso cruel, muy cruel. Alonso dotó al equipo de una identidad. Ahora, tras su experiencia en Costa Rica, la primera fuera de Europa, Iñaki Alonso está de nuevo en España viendo mucho fútbol en pretemporada.
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-¿Cómo se presenta la temporada para usted?
-He tenido llamadas de Primera Federación, de un descendido de Segunda, pero no se concretó. Luego he tenido ofertas en Chipre, pero decidimos no irnos por la familia. Me toca ver mucha Primera Federación y ver proyectos que puedan salir aquí o en el extranjero.
-Viene de entrenar en Costa Rica. ¿Qué tal la experiencia?
-Es un fútbol de talento, se juega en la calle y en lo táctico les cuesta un poco más. Son muy competitivos, y en Centroamérica se vive muchísimo el fútbol y es muy pasional. Tuve la suerte en el Torneo de Apertura de llegar a la final, y vivir esa experiencia con el estadio lleno, muchos aficionados en la puerta del hotel… Fue increíble. Es lo más parecido a lo que he vivido en Murcia, en cuanto a pasión de la gente.
-¿Alguna anécdota reseñable?
-El impacto de lo que dices es altísimo. Los memes en redes sociales están a la orden del día. Es brutal. El año pasado Costa Rica fue calificado como el segundo país más alegre del mundo. Lo compararía de algún modo con el Cádiz y la ciudad gaditana, con esa parte irónica y graciosa. Eso sí, es un país de contrastes entre riqueza y pobreza.
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-Croacia, Costa Rica… ¿es el momento de trabajar en España?
-He estado cuatro años en el Alavés, uno de ellos en un club convenido del Alavés en Croacia. Al salir de País Vasco he ido a Costa Rica, y uno lo que nota es que cada vez está mejor preparado para un banquillo y un proyecto exigente. Eso no es fácil. Me hace ilusión entrenar en España, pero no descarto salir de nuevo fuera.
-La antigua Segunda B ahora se divide en dos categorías… ¿qué opina del cambio?
-A mí me gusta. Si nos centramos en la Primera Federación, la categoría ha dado un salto. Tiene que ser una liga profesional a nivel de contratos y televisión… Si valoras los equipos que juegan en ella son muchos de capital de provincia, equipos importantes, y con un fútbol más cercano al fútbol profesional que a lo que era la Segunda B. Ves que todos los equipos tienen algo, tratan de dominar las áreas, donde el gol es más vital que nunca… Ha incrementado mucho el nivel. Si antes era difícil salir del pozo, ahora lo es más.
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Su etapa en el Murcia «Cuando llegué el club parecía un solar y tuvimos la suerte de vivir un año mágico y subir»
Su paso por Lorca «Hubo un choque cultural con los dueños y a Xu Genbao le faltó paciencia»
-Tuvo dos etapas en la Región de Murcia… ¿Qué le aportó su experiencia en el Lorca FC?
-Los recuerdos son buenos por la idea del proyecto, con un equipo del cual el 80% de los jugadores los recomendé a Paco Zaragoza. Falló por el choque de culturas con los dueños. Ellos tenían una idea y nosotros otra. Luego los resultados no se dieron y decidieron finalizar tanto conmigo con toda la estructura deportiva. Fue una pena porque el proyecto acabó en Segunda, y de ahí para abajo. Lorca tuvo una oportunidad grandísima para asentarse en el fútbol profesional.
-¿Cómo fue el trato con Xu Genbao?
-Sinceramente fue un trato muy bueno. Él venía a todos los entrenamientos, un día me llamó y me dijo que le gustaba cómo trabajábamos, que no haría falta estar tan encima del día a día del club. Creo que fue un error porque lo descuidó de cierta manera. Al final no tuvo paciencia con el proyecto y acabó saliendo mal.
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-¿Cómo recuerda su etapa pimentonera?
-Las dos temporadas en el Real Murcia fueron maravillosas. Fue un momento de mucha exigencia y presión. Recuerdo llegar en julio, el club tenía problemas y necesitaba ascender. Coincidí con gente que ama el club, tanto en el cuerpo técnico como en el día a día. Tuvimos la suerte de hacer un gran equipo. Fue un año mágico, con una comunión brutal con la grada. Cuando llegué el club parecía un solar, después del penalti fatídico y el descenso en Girona. El Real Murcia tiene una afición tremenda. El murcianismo siempre es capaz de reinventarse y reilusionarse. Ver a la gente en Lugo disfrutar del ascenso nos ponía la carne de gallina.
-Tuvo a Fernando, Kike y Aquino, entre otros.
-A Kike le tengo mucho cariño, a Dani no le voy a descubrir y a Fernando nadie le ha regalado nada.
-¿Ha podido seguir al Real Murcia desde la distancia?
-El ascenso en Alicante fue un momento precioso y emotivo. Me emocioné porque he vivido esa situación. Sé lo que significa. Desde que empieza el partido notas las sensaciones, ves el ambiente en la grada, y sabes que todo va a salir bien. En la confección de la plantilla tanto Manolo Molina como Mario Simón hicieron un gran trabajo.
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-¿Cómo ve al equipo esta temporada?
-Lo más importante es que los jugadores más diferenciales se han quedado. A Pedro León le guardo mucho cariño. Celebrando el ascenso de Lugo, al volver a Murcia, estuvo con nosotros junto a Nicolás Almagro y Pepín Liria. Son murcianistas de corazón. En el caso de Pedro le da valor que quiera venir al equipo de su tierra. Con la llegada de Miku, el Murcia se asegura goles. Es un jugador acostumbrado a la presión. Yo creo que el equipo tiene mimbres para luchar por objetivos importantes.
-¿Qué le queda por hacer en su carrera deportiva?
-Tengo cuatro fases de ascenso, dos ascensos a Segunda, dos ligas de Segunda… y en España no me ha servido para consolidarme en el fútbol profesional. Sigo con la misma ilusión. Tengo ganas de coger un proyecto ambicioso, luchar por ascender y ganarme mi hueco. Si no es en España, será fuera.
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