El capitán Andrés Carrasco, alma del Lorca Deportiva, renueva una temporada más
Pedro Re
Viernes, 6 de junio 2025, 00:48
En una época marcada por la volatilidad, por las promesas efímeras y los romances de verano entre futbolistas y escudos, la continuidad de Andrés Carrasco en el Lorca es mucho más que una renovación de contrato: es la reafirmación de un vínculo emocional, de una identidad compartida entre jugador, club y afición. No es solo un capitán que se queda. Es el corazón de un proyecto que sigue latiendo.
La noticia ha ilusionado a los aficionados blanquiazules. Y no es para menos: Carrasco es uno de esos jugadores que no necesitan levantar la voz para que todo el mundo los escuche. Su presencia basta. En el campo, en la caseta y en la grada. Es el jugador que da la cara cuando las cosas se tuercen y que deja que otros levanten la copa cuando toca celebrar.
Renovarlo no era solo una cuestión de lógica deportiva, porque pocos interpretan el juego como él, con esa mezcla de temple y sangre caliente, sino también de coherencia emocional. Andrés Carrasco representa ese intangible que tanto cuesta definir en los libros de táctica: el alma del equipo. Sus botas llevan la memoria de muchas batallas, algunas épicas, otras dolorosas, todas necesarias. Y en todas estuvo él.
Desde su llegada, Andrés Carrasco ha sido el faro en los partidos de niebla, el primer abrazo en las victorias y el último en salir del vestuario tras una derrota. Su brazalete, más que un trozo de tela se ha convertido en una declaración de principios. La temporada 2025/2026 no será fácil. Ninguna lo es en Segunda Federación, donde los campos son trampas y el ascenso se vende caro, carísimo. Pero con Carrasco en la plantilla, el Lorca Deportiva sabe que tiene más que un capitán: tiene un guía, un termómetro emocional, un ejemplo.
Que continúe en el equipo no es solo una buena noticia. Es una brújula que sigue marcando el norte en un proyecto, la que busca consolidarse, crecer y, por qué no, soñar. Porque para soñar hace falta talento, pero también raíces. Y Andrés Carrasco ha demostrado que su lealtad al escudo es innegociable.
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