El Jimbee se queda fuera de 'su' Copa

La Copa del Rey se ha empeñado en ser una competición de amargos recuerdos para el equipo de fútbol sala cartagenero. En 2022 los meloneros se llevaron un jarro de agua fría cuando el Jaén los apeó de la final four en la tanda de penaltis de un partido especial porque significó el regreso al Pabellón Central, la antigua y añorada Bombonera; en 2024 fue el Betis el que desde la lotería de los penaltis evitó que el Jimbee levantara el título en la gran final; y anoche, el Peñíscola el que privó a Mellado, Pablo Ramírez y compañía de ganarse el derecho a pelear por el trofeo en una final a cuatro que se jugará en Cartagena sin el equipo anfitrión.

Nada hacía presagiar un desenlace como el de anoche para el Jimbee. Sobre todo por dos motivos. El primero porque los cartageneros nunca antes habían caído derrotados por el Peñíscola en las dos antecedentes más cercanos en el tiempo, ambos de la liga regular: en el mismo escenario copero con 2-4 y el pasado sábado en la avenida del Cantón con 4-4. Además, los de Duda afrontaban estos cuartos de final cargados de moral, con todos disponibles y sabiéndose expertos en fases eliminatorias, con 13 de las últimas 15 fases superadas.

Sin embargo, estos cuartos de final de la Copa del Rey se suman a las derrotas en los cuartos de final de la Copa de España de 2024 y a la final del torneo del K.O ante el Betis de ese mismo año. Y prácticamente sin 'peros' ni excusas porque el anfitrión no tuvo opciones de contener las oleadas del Peñíscola. Este equipo no es la revelación de la temporada por casualidad y aplicó un alto ritmo ofensivo muy difícil de contener; capitaneado por Paniagua, su zurda y sus individualidades, como la que acabó en el 2-2 previo recorte a Gon Castejón.

A todo ello se sumó una versión desequilibrada del Jimbee. El equipo no estuvo bien ni en defensa ni en ataque. En su particular muro de contención se vieron fugas de agua: Mouhoudine estuvo cerca de ver la tarjeta roja; Tomaz erró en pérdidas de balón impropias; Waltinho falló en la marca de una jugada de estrategia que terminó en el 3-2 de Sancho; y para más inri Chemi, el salvavidas de cada semana, cometió un error puntual cuando un disparo aparentemente sencillo de Elías se le coló por debajo de las piernas.

En ataque el Jimbee no corrió mayor fortuna. Solo Gabriel Motta abrió el camino hacia la final four momentáneamente, con el 0-2 en solo dos minutos que parecía poner la noche de cara. El Peñíscola empujó, empató pronto al aprovechar la falta de contundencia defensiva (hubo hasta cuatro remates en la jugada el 2-2) y la diferencia al descanso pudo ser superior al 3-2 porque Chemi salvó los muebles en un mano a mano.

Solo el italobrasileño arrojó luz a nivel ofensivo porque Darío Gil golpeó a la cruceta y Gon Castejón al palo. La segunda parte fue remar a contracorriente desde el principio y hasta el final, sin éxito. El Jimbee lo intentó de todas las maneras y cuando no faltaba puntería emergía la figura del incontestable portero Gustavo Pérez, autor de una gran número de paradas.

El Jimbee, vigente triple campeón de España y equipo de moda en el fútbol sala nacional, se lleva así la primera decepción de la temporada. De aquí a junio tendrá la oportunidad de pelear por tres títulos más: la Copa de España, la Liga y la Champions.