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Cristina Gómez durante un partido reciente. En la imagen pequeña, en la silla de ruedas que usó durante casi 60 días tras operarse.
Cristina Gómez también reina después de un calvario
Squash

Cristina Gómez también reina después de un calvario

La jugadora de San Pedro del Pinatar sueña con ir a Los Ángeles 2028 tras su séptimo título nacional y dejar atrás 17 largos meses de inactividad

Olga Lorente

Lunes, 24 de febrero 2025, 00:25

Tiene que ser complicado enamorarse y engancharse del squash, un deporte que solo practican 2.071 personas en España, según los datos facilitados por el Consejo Superior de Deportes, correspondientes al último año. Es una disciplina de raqueta poco conocida que se practica en pista cubierta rectangular, delimitada por cuatro paredes. Cada juego se disputa a once puntos y el partido se lo lleva el mejor en cinco sets. El objetivo es golpear la pelota de goma contra la pared frontal intentando que bote dos veces antes de que pueda darle el rival. Al tratarse de un deporte tan minoritario en nuestro país dificulta la posibilidad de crear referentes, buscar rivales con los que entrenar y contra los que competir e incluso encontrar entrenadores para prepararse. Quizá la situación cambie en cuatro años porque el squash será disciplina olímpica en los Juegos de Los Ángeles 2028, pero para verlo toca esperar.

Cristina Gómez (San Pedro del Pinatar, 26 años) lleva desde los nueve años practicando squash y desde los 18 dedicándose a ello profesionalmente. La Región de Murcia cuenta en la actualidad con 67 licencias en esta disciplina, que compiten en las 30 pistas preparadas para ello en once municipios de la Comunidad. Hace unos días, la pinatarense se proclamó en Barcelona campeona de España, por séptima vez, en un partido de infarto contra Marta Domínguez.

Tuvo que tirar de épica ya que comenzó perdiendo los dos primeros juegos. Fue un triunfo muy especial desde el punto de vista anímico y emocional, ya que recuperaba el trono nacional tras 17 meses de baja por romperse la rodilla. «Esto me va a ayudar a tener motivación y confianza después de una lesión tan grave. En este año y medio que he estado fuera, todas mis rivales han subido de nivel y me generó dudas de ver si yo estaría en el mismo escalón que antes de romperme», confiesa a LA VERDAD.

«Cuando me lesioné, parecía que me había retirado a ojos del mundo del squash. Hasta yo dudé de si volvería a hacer vida normal», confiesa

Este campeonato permite a la pinatarense escalar posiciones en el ranking mundial hasta colocarse en el puesto número 109 (su mejor posición fue la 48). Al tratarse de un deporte tan minoritario, los resultados deportivos son el sustento económico de los jugadores. Las becas que perciben (de la Comunidad Autónoma, Ayuntamiento, CSD o Federación Española) deben ir de la mano de títulos, si no desaparecen. Y para ganarlos, deben estar presentes en muchos torneos, que se organizan y costean ellos mismos. Un año con malos resultados o como en el caso de Cristina Gómez, parada por lesión, repercute en sus ingresos.

«Recompensa mínima»

«El squash es un deporte de alto rendimiento, pero el beneficio o la recompensa es mínima. Es muy difícil vivir de esto, casi todos priorizamos nuestro amor por competir y nuestro orgullo a otras cuestiones. A final de año tú nunca sabes cuánto dinero vas a recibir porque si no obtienes resultados, te quedas sin beca. Es cierto que los premios en metálico tras títulos han subido, hemos pasado de los 400 euros a los 1.000, aproximadamente», cuenta Gómez tras su séptimo título nacional absoluto.

Ganar después de 17 meses de incertidumbre laboral le ha sabido a gloria. Para entender y valorar el presente, hay que remontarse a finales de 2022, cuando el cuerpo comenzó a avisar a Cristina Gómez de que algo no le funcionaba bien. Al principio, acostumbrada a llevar su físico al extremo –como la mayoría de los deportistas–, no le dio importancia y relacionó sus molestias con la acumulación de entrenamientos. Tuvo un pinzamiento de nervio en la espalda que la obligó a retirarse de varios torneos, pero se solucionó rápido.

A comienzos de 2023, en el Campeonato de España, tuvo una caída en la final en la que se fracturó la mano con la que agarra la raqueta. Al estar en caliente, no le impidió ganar el título, pero después le apartó de las pistas durante varios meses. Volvió a competir en abril, en el Europeo por equipos (logrando el mejor resultado de la historia para España, quintas), y al día siguiente de terminarlo cogió un avión rumbo a Chicago para disputar el Mundial. Solo pudo jugar un partido. En uno de los entrenamientos posteriores notó un movimiento extraño de su rodilla, que derivó en una inflamación. «Ahí sabía que algo se había roto, me molestaba incluso al caminar. Fui al hospital directamente cuando aterricé en España y tras una resonancia me confirmaron que tenía rotura de cartílago, que era muy grave y que tenía que operarme de urgencia. Tuvieron que hacerme dos intervenciones en Madrid y estuve casi sesenta días sin poder apoyar la pierna en el suelo. A los seis meses tuve que volver a aprender a caminar y en abril de 2024, a volver a correr», recuerda la jugadora de San Pedro del Pinatar.

Muchas dudas

Como es lógico, en ese momento se le vino el mundo abajo. Estaba en el mejor momento de su carrera deportiva –tanto a nivel nacional como con la selección española– cuando le comunicaron que iba a estar mínimo un año entero sin competir. «Cuando yo me lesioné, parecía que me había retirado a ojos del mundo del squash. Los médicos me aseguraron que podría volver a jugar, pero yo dudaba incluso de si volvería a hacer vida normal. Aproveché el tiempo para acabar mis estudios universitarios de Trabajo Social e investigué sobre dónde enfocar mi futuro fuera del deporte. Me replanteé si volver a jugar o si lo daba por finalizado», reconoce Cristina Gómez.

Lo hizo. Quería una reválida con ese deporte que le había enganchado cuando era una niña mientras entrenaba a judo en su localidad natal. Ganar este Campeonato de España le ha dado la moral necesaria para querer continuar, pero con calma. «Mi objetivo principal es enfocarme en la rodilla porque todavía no está al 100%, se me sigue inflamando. De aquí a julio quiero seguir fortaleciéndola y a partir de ahí ya volveré a la competición. En el largo plazo, intentaré recuperar mi mejor puesto en el ranking mundial (48) porque eso seguramente me dé el billete para ir a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028», sentencia. Queda mucho, pero ella ya está enfocada en su sueño olímpico. Es la mejor jugadora de squash de España.

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