La moneda al aire por fin sale cara para un Hozono Jairis que vuelve a ser quinto

Parecía como si el Jairis estuviera gafado en los finales apretados. Los cara o cruz estaban saliendo cruz bastantes más veces que cara para un equipo al que, además, se le estaba resistiendo competir contra los equipos de más abajo de la clasificación. La semana pasada perdió en estas circunstancias ante el Ardoi y ya lo hizo en la primera vuelta ante el Ensino. Y de nuevo las gallegas lo rozaron ante un equipo alcantarillero ya considerado como uno de esos equipos de arriba.

Pero a las de Bernat Canut les venía costando la regularidad. Llámense expectativas, decepciones de mitad de temporada o inesperadas salidas de jugadoras importantes como Chelsea Nelson. Ante ello, Billie Massey se ha multiplicado para las alcantarilleras. Ayer, la pívot belga fue exprimida hasta los 36 minutos en pista, tiempo en el que fue dueña del rebote (13 capturas) y firmó otro doble-doble, pues se fue a los 12 puntos. Y, además, fue protagonista de la jugada del partido, pues su tapón al último tiro lucense fue el que dio la victoria al Hozono Jairis y el quinto puesto tras las derrotas de los rivales directos.

En un partido con final de infarto y que siempre transcurrió igualado, importante era la aportación del banquillo. Y, con un comienzo con el viento más a favor del Ensino, que Ginzo apareciera con el punto de mira afinado, Grande aumentara el ritmo del partido y Holesinska empezara de manera satisfactoria su relación el tiro desde la larga distancia, fundamental era para llevarse el primer cuarto (18-14).

Pero la defensa zonal del equipo gallego no hacía estar cómodo al Hozono Jairis, pese a algún triple de López-Sénéchal. La realidad era que el ritmo cogido ahora decrecía y, con la confianza de vuelta, las de Pernas veían el aro más grande (33-38, descanso).

El partido cogería en su reanudación sus tintes más dramáticos, con el Jairis aún desconectado pese al paso por vestuarios y la timonel Ayuso no en su mejor día. De 11 se llegarían ir las lucenses de la mano de Fequiere y Giomi, provocando unos sudores fríos para los que el acierto en el tiro libre y una mayor intensidad defensiva servían como paño hasta dos triples seguidos de López-Sénéchal y Eldebrink (56-58, final del tercer cuarto).

En un final en que cada acierto y error contaba el doble, de nuevo la aparición de Ginzo era más que oportuna, pero se seguía sufriendo en la contención de Soriano. Una por otra, el partido llegaría al bocinazo final sin deshacerse la igualdad, momento en que Massey se erigió como nombre propio de la victoria.

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