Secciones
Servicios
Destacamos
El Real Madrid sigue un paso por delante del resto. Empezó la competición en septiembre con una marcha más, repitiendo la plantilla con que fue campeón de Europa el año pasado y con la vuelta de Campazzo, se mostró superior a todos en la primera ... mitad de temporada y, cuando parecía que mostraba algún pequeño síntoma de debilidad en las semanas previas a la Copa, los de Chus Mateo volvieron a demostrar categoría.
En la reedición de la final de la Copa de Granada 2022, el Real Madrid se volvió a hacer con una Copa que levanta al cielo por vigesimonovena vez, evitando que el Barça, con 27, le dé caza en el 'ranking' del torneo. Un trofeo, este, que los blancos llevaban sin levantar cuatro años, desde que lo hicieran en 2020 también en Málaga, y habiendo sido en este 2024 el UCAM el equipo al que más le costó superar (84-79), en un partido de cuartos de final que fue el de marcador más igualado de los siete de estos cuatros días de intenso baloncesto y comunidad entre aficiones en un torneo de ambiente único.
Y, de nuevo, Campazzo fue el mejor jugador del mejor equipo de Europa en estos momentos. El argentino ha vuelto este año al Madrid como si nunca se hubiese ido, y, a efectos de palmarés, así sigue siendo. Se marchó siendo campeón y MVP de Supercopa y Copa, y lo ha sido de nuevo. Lo fue en Murcia en septiembre y lo ha sido en Málaga en febrero. El tiempo pasa y el argentino mantiene su dominio, habiendo sido el mejor hombre de Chus Mateo a lo largo del torneo y máximo anotador de la final con 18 puntos.
Los únicos momentos en que el marcador estuvo despegado fueron al principio y el final. El Madrid empezó teniendo mucho más claro cómo quería hacer suyo el partido, aprovechando lo sugestionado que parecía el Barça atacar, sin saber cómo tomar la iniciativa (9-2, minuto 4) y con Grimau rehusando pedir tiempo muerto, fiel a su filosofía de dar confianza a los jugadores y encontrando la respuesta de Satoransky y Parker hasta que la entrada de Laprovittola en pista daba a los catalanes su primer y más largo liderazgo del partido tras un parcial de 0-10 (19-24, minuto 12).
Real Madrid:
Campazzo (18), Musa (15), Deck (13), Yabusele (15) y Tavares (4) -quinteto titular-, Causeur, Fernández (0), Abalde, Hezonja (12), Rodríguez (0), Poirier (17) y Llull (2).
96
-
85
Barça:
Satoransky (15), Kalinic (3), Parker (19), Da Silva (0) y Vesely (14) -quinteto titular-, Brizuela (8), Hernangómez (8), Laprovittola (6), Abrines (2), Nnaji, Jokubaitis (7) y Parra (3).
Parciales: 19-19, 24-26 (43-45), 23-18 (66-63) y 30-22 (96-85).
Árbitros: Antonio Conde, Rafael Serrano y Arnau Padrós.
Incidencias: Palacio de Deportes José María Martín Carpena de Málaga, 10.900 espectadores. Final de la Copa del Rey.
En un momento del partido en que había espacio al talento individual, Mateo tardó en dar entrada a pista a ese asesino de verso libre que es Mario Hezonja, pero el croata, canterano azulgrana, anotaba doce puntos seguidos para poner casi por sí solo de nuevo al Madrid por delante (36-34, minuto 18), mientras el Barça perdía toda claridad de ideas, agotando posesiones de 24 segundos.
En un final de primera parte marcado por las protestas de Grimau en, a su juicio, el diferente criterio a la hora de sancionar contactos cerca del aro, canastas al límite del tiempo primero de Poirier y luego de Kalinic añadían narrativa de clásico a una final de gran acierto (43-45, descanso).
La reanudación del partido estuvo marcada por la insistencia del Barça en castigar, muy especialmente con Vesely, a un renqueante Tavares aún lejos de su mejor forma física. Convertido el encuentro en uno de alternativas en que los de Grimau iban sintiéndose cada vez más cómodos, el Real Madrid buscó llevar el partido al barro a partir del carácter de su dupla argentina, Campazzo-Deck, encontrando un factor determinante en Vincent Poirier.
El pívot fue el jugador más valorado de la final con 32 créditos gracias a 17 puntos sin fallo y 8 rebotes, siendo 6 de ellos en ataque y de una importancia fundamental por el momento en que se dieron, como los que encadena entre final de tercer cuarto y comienzo de último que separan en ya dos posesiones un partido llevaba moviéndose muchos minutos en el filo de la navaja (68-63) hasta que tres triples seguidos, dos de Yabusele y uno de Deck, empezaban a anular el margen de error azulgrana (77-68, minuto 33).
La insistencia de un Jabari Parker de dulce y que parece querer gritarle al mundo que está de vuelta después de unos años de graves lesiones capeaba el temporal blanco, pero el huracán en que había convertido el partido Campazzo era demasiado para un Barça muy falto de oficio, y en donde de nuevo quedó en evidencia un Willy Hernangómez que no está siendo el villano que se esperaba y que tuvo el pero +/- de la final, -15.
Muy superado por Poirier en los últimos minutos, dos palmeos ofensivos seguidos del francés a menos de tres minutos del final recuperaron la máxima ventaja e hicieron la cuesta demasiado empinada para el Barça, que claudicaba para divertimento de un Madrid que siempre quiso más en un Carpena ya blanco como el merengue y en el se alcanzaron los dos dígitos de diferencia por primera vez ya cuando restaban menos de tres minutos para el final.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.