Un mal inicio de la segunda parte pone cuesta arriba el ascenso directo del Cebé

El partido tuvo sus momentos. Y el inicial fue un fiel reflejo de los cuarenta minutos restantes. En los primeros parpadeos, el de un Cebé seco, sin acierto y negado con el aro; y el de un Zamora que por momentos fue contenido pero que a base de estampidas pronto gritó «¡presente!» y enfrió el caldeado ambiente (1-9). El mejor equipo de la LEB Plata dejó claro que este título no le viene de casualidad ni tampoco por fruto del azar. Los de Saulo Hernández dejaron claro a todo el mundo que la increíble atmósfera creada en las gradas del Palacio de los Deportes no iba a ser una losa ni un motivo de nervios.

Dos triples de Gerard Blat y otro de Beraza despertaron a los locales; hasta tal punto que cinco puntos seguidos de Alejandro Jordá, rabioso y agitando el puño, permitieron recortar distancias, soñar por momentos e incluso dejar en dos la diferencia en el marcador (32-34). El Zamora pasó sus peores ratos pero logró ir al descanso con una renta de cinco (32-37) gracias, sobre todo, a los dos grandes monstruos de la noche: el americano Buckingham y al lituano Paukste.

El americano fue un dolor de muelas sin solución, arrollador e imparable con nada menos que 28 puntos. Rara vez se le pudo contener, siempre fiel a su cita con la canasta y al rescate de los suyos cuando el Cebé intento subirse a la chepa. La torre lituana de 2,24 metros de altura también contribuyó a la causa con 14. A Paukste por momentos se le mantuvo a ralla, con pasajes de mayor agresividad en los que este gigante no estuvo fino. Pese a todo, son dos tipos absolutamente diferenciales en la categoría como así lo confirmaron en el momento esperado: el de la eliminatoria por el ascenso directo a LEB Oro. En alguna ocasión hasta este lituano, sin rival en la pintura, le cerró la puerta en la cara a Garuba con un tapón que levantó a los suyos del banquillo.

El partido se le escapó al Cebé en un horrible inicio de la segunda parte. Los de Jordi Juste firmaron un demoledor parcial de 2-18 que puso al Zamora con una diferencia máxima en el marcador de dieciocho puntos (34-52). Con oficio y algo más de acierto se llegó al último asalto en busca de acortar lo máximo posible (43-56).

No bajaron los brazos los locales, empujados por una marea de aficionados que se puso en pie en los peores momentos. Gerard Blat reapareció y volvió a conectarse en la anotación con dos triples que poco a poco recortaron el marcador. De dieciocho se pasó a trece, luego a ocho y finalmente la renta para el Zamora quedó en nueve tras un último cuarto algo más disputado, de remangue defensivo y favorable al Cebé. Este último arreón, al menos, pone la eliminatoria cuesta arriba pero no completamente imposible.

Los pupilos de Jordi Juste pagaron caro la falta de acierto en tiros libres, pues solo se anotaron 3 de 8, ni la mitad; y especialmente en los lanzamientos de tres, con 9 de 34 y gracias a que Blat enderezó dos de sus cuatro en los últimos minutos. El capitán Johan Kody tuvo una jornada negra en ese sentido, al no meter en ninguno de sus cinco intentos.

El equipo pecó de esas carencias y en general esta temporada tal vez de un pívot más agresivo, más dominador y más diferencial. No funcionó la apuesta por Onyi Eyisi, con la puerta de salida abierta en Navidad; y tiene pinta de que tampoco la de Aboubacar, que tiene un papel testimonial. El sábado 20 a las 19.00 horas tocará tirar de épica para sorprender al Zamora como nunca nadie ha conseguido; o continuar con vida en el 'playoff' e ir por el camino largo que también conduce a LEB Oro.