En acción. Álvaro Alonso y Rebeca Mahoney doblan una secuencia. Javier Carrión / AGM

Voces «neutralizadas» para hacer doblajes: «El acento murciano no es impedimento»

Una escuela forma a actores que han participado en producciones de plataformas como Netflix, HBO y Movistar+

Lunes, 24 de febrero 2025, 12:04

Murcia ha conseguido hacerse un hueco en el mapa de la industria del doblaje con una escuela ubicada en el centro de la capital que ... sirve de trampolín para profesionales y aficionados. «Yo pensaba que lo hacía muy bien, pero me di cuenta de que la técnica es muy importante; no basta con imitar voces ni aprenderte diálogos», destaca Álvaro Alonso, un diseñador 3D de 38 años del barrio de Vistalegre que llegó al estudio de Doblaje Intensivo hace cinco años motivado por una inquietud que tenía desde que era un crío.

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Una formación que empezó «por probar» y que le ha brindado la oportunidad de trabajar para producciones de plataformas como Netflix, HBO (ahora denominada Max) y Movistar Plus+. Su voz forma parte de la series 'Chicago Fire' y 'Vinland Saga' (manga), los dibujos animados 'Angry Birds Toons', el 'docu-reality' de pasteleros 'Nailed It' y el videojuego 'Cars Master'. «A mi madre le cuesta identificarme cuando me escucha; al ponerte en situación, proyectas de forma diferente a cuando hablas», explica sobre sus pinitos en un mundo al que, según indica, «es bastante complicado acceder».

«Si tienes la suerte de caer en una serie que se repone, te pagan por los derechos del uso de la voz cada vez que se emite», detalla sobre un sector cuyo grueso se mueve en estudios de grabación de Madrid y Barcelona. «Cuando te llaman para trabajar, suele ser de un día para otro y vas a ciegas porque nunca sabes qué te pedirán exactamente», comenta sobre la dinámica de las sesiones de grabación a las que le han convocado desde hace tres años. A lo que Álvaro añade que «no puedes ensayar porque no te pasan los diálogos; cuidan mucho la privacidad para evitar que haya filtraciones antes del estren o».

Proyección silábica

Octavio Azorín dirige desde 2018 –junto a Luis Sánchez y con el apoyo de la reconocida actriz de doblaje Ana Isabel Hernando– esta escuela donde los alumnos aprenden técnicas de proyección silábica, que consiste en «emitir con la misma fuerza, intensidad y volumen cada una de las partes de una palabra». Para ello, los alumnos practican apoyándose en el marcaje manual de cada una de las sílabas juntando los dedos pulgar e índice.

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Formación práctica. Octavio Azorín, codirector de la escuela, durante una clase en su estudio del centro de Murcia. Javier Carrión / AGM

Sobre la singularidad ligada a la forma de hablar de los ciudadanos de la Región, Azorín asegura que «el acento murciano no es impedimento para dedicarse al doblaje; basta con neutralizarlo con una buena dicción y no comerse ninguna letra, como solemos hacer aquí cuando hablamos de forma relajada», sostiene sobre la idiosincrasia lingüística asociada al territorio. En esta línea, el codirector de esta escuela de locución y doblaje donde no hay exámenes y se aprende practicando resalta que «no significa que los alumnos tengan que renunciar a su identidad, sino que adapten su voz a las necesidades del personaje y del mercado».

«A mi madre le cuesta identificarme cuando me escucha; al ponerte en situación, proyectas de forma diferente»

La experiencia con el doblaje de Rebeca Mahoney es otro caso de éxito 'made in Murcia'. Estudió Arte Dramático en Madrid e hizo su debut en el doblaje en 'El Ministerio del Tiempo', una serie de Televisión Española donde esta vecina de Beniaján de 33 años descubrió «un mundo nuevo» que le ha conquistado. «Es un arte y el talento juega un papel muy importante».

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Afición que es terapia

Maica Plana y Ascensión Zaragoza, las más veteranas del grupo que cada jueves por la mañana asiste a una de estas sesiones de doblaje, también han encontrado una motivación en el estudio de grabación. «Es muy divertido y te engancha», coinciden estas dos mujeres de la pedanía murciana de Santo Ángel y de Alcantarilla, respectivamente, que no tienen previsto dedicarse profesionalmente al doblaje, pero se lanzarían sin pensarlo si les sale alguna oportunidad.

Aprenden técnicas de proyección silábica para «emitir con la misma fuerza, intensidad y volumen» las palabras

En el caso de la oriolana Gema Ferrández, explica que encontró en el doblaje una vía de escape tras sufrir la pérdida de su madre. «Siempre he sido muy tímida, pero decidí vencer mis miedos y he encontrado una afición que me sirve de terapia». Un chute de energía positiva que hace que cada semana espere impaciente que llegue el día de volver a clase. «Es muy adictivo».

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