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Francisco Javier, Cecilia, Cristina, Rosa y Fuensanta Torrano Sigler, junto a su madre, Rosa Sigler Alegría, nieta de José Alegría, académico de número de la Real Academia Alfonso X el Sabio. Kiko Asunción/ AGM
El vivo recuerdo del ilustre José Alegría

El vivo recuerdo del ilustre José Alegría

Rosa Sigler Alegría, que cumple mañana cien años, evoca la figura de su abuelo, el ingeniero, poeta y académico célebre por su empeño en la reconstrucción del Santuario de la Fuensanta

Nerea Adly García

Lunes, 17 de febrero 2025, 01:06

Hace 77 años que uno de los murcianos más orgullosos de su dedicación y entrega a la Huerta ya no está con nosotros. El ilustre José Alegría (Torreagüera, 1870-1948) dejó un legado digno de recuerdo. Fue maestro de obras, ingeniero y escritor. Impulsó una de nuestras fiestas más populares, el Bando de la Huerta, del que fue incluso organizador al comienzo de los años 30. Uno de sus trabajos más recordados fue la reconstrucción del santuario de la patrona de la ciudad, la Virgen de la Fuensanta, del que fue ferviente promotor. Hoy, José Alegría sigue vivo en el recuerdo de sus descendientes, su nieta, casi centenaria, Rosa Sigler Alegría, y sus bisnietos.

A pesar de que ninguno de sus bisnietos lo llegó a conocer, a excepción de la mayor de los hermanos, Rosa Torrano Sigler, aunque con apenas 10 meses de edad, esta familia le guarda un gran cariño y respeto. «Mi bisabuelo –explica Francisco Javier, el menor de los hermanos Torrano Sigler– fue un murciano ilustre, muy apegado a la huerta. Era ingeniero, estuvo trabajando en lo que es ahora la Confederación Hidrográfica del Segura, fue capataz cuando se hizo el embalse Alfonso XIII, que regula el río Quípar, entre Cieza y Calasparra». Por lo que más se le conoce es por la restauración de los accesos a la Fuensanta: «Entonces estaba el santuario, pero no las cuestas por donde hoy discurre la romería, la fuente, el vía crucis... todo eso fue obra suya», señala Francisco Javier. Es más, cuando pararon las obras del Santuario, José Alegría puso «dinero de su bolsillo» para que las reanudaran. «La verdad es que quedó prácticamente arruinado. De hecho, en conmemoración por lo que hizo, en la Fuensanta hay una placa», recuerda Francisco Javier. No obstante, su hermana, Rosa Torrano, aclara que dicha placa «ya no está». «La robaron, espero que pongan otra nueva, ya que es un hombre digno de recuerdo», se lamenta.

En la cúpula de Pedro Flores

En la cúpula del santuario, de media naranja, pintada por Pedro Flores, «mi bisabuelo también está reflejado», descubre con cariño Francisco Javier. Su madre sí que recuerda con claridad al insigne murciano. Rosa Sigler Alegría (Murcia, 1925), que cumplirá 100 años este martes, ha heredado la buena genética. Su madre, Aurelia, llegó a los 102 años y su bisabuela, Josefa, mujer de José Alegría, a los 96. Tres generaciones de mujeres de hierro.

El ingeniero José Alegría con su hija Josefina y su mujer, Josefa. | José Alegría. LV
Imagen secundaria 1 - El ingeniero José Alegría con su hija Josefina y su mujer, Josefa. | José Alegría.
Imagen secundaria 2 - El ingeniero José Alegría con su hija Josefina y su mujer, Josefa. | José Alegría.

Rosa Sigler es madre de seis hijos, abuela de once nietos y bisabuela de doce bisnietos. Y amante de la música. Tanto que llegó a actuar en sus tiempos mozos en el Teatro Romea con la Sección Femenina. De hecho, «cuando éramos pequeños se grababa y nos daba las cintas a nosotros», recuerda su hija Rosa. Aún mantiene a su abuelo en el recuerdo, y, de hecho, cuando Sandra, la mujer que lleva dos años y medio atendiéndola, le cita su nombre, siempre contesta: «Era un sol. Mi abuelo, José Alegría, era buenísimo».

La casa de San Félix

Cuando doña Rosa se cansaba del alboroto de sus seis hijos los mandaba a un casa de Huerta ubicada en la calle San Félix. En esa casa José Alegría conservaba un pequeño museo de todo tipo de objetos murcianos. «Todo eso se donó y tiene que estar en el Museo de la Huerta de Alcantarilla. Otro de sus legados fue su enorme biblioteca, repleta de volúmenes históricos, que fue el inicio de lo que es ahora el Archivo Municipal. Fue un hombre que se entregó a los murcianos», admira Francisco Javier Torrano. José Alegría también tuvo relación con el escritor Vicente Medina. «Uno de los pocos ejemplares originales de 'Aires Murcianos' se lo dedicó a él. La obra está recubierta con piel de cordero, es una pieza muy selecta. Conocía a mucha gente, como el pintor murciano José María Almela Costa, el cual le dedicó muchos cuadros a mi bisabuelo. Todo lo que sembró por Murcia también lo recogió. Y ese es el origen de mi madre».

Fue amigo del poeta Vicente Medina y del pintor Almela Costa; donó su biblioteca al Archivo Municipal de Murcia

José Alegría escribió poesía, cuentos típicos, fue uno de los precursores del panocho, y uno de los que potenció en sus inicios el Bando de la Huerta. Se dedicó en cuerpo y alma a Murcia y sus costumbres. Por ello, «muchas calles tienen hoy el nombre de él. Hay una avenida en Zarandona y una calle en Murcia. Quien tiene constancia de la historia de Murcia, tiene a José Alegría en gran estima y valor», afirma su bisnieto.

José Alegría fue, asimismo, académico de número de la Real Academia Alfonso X el Sabio de Murcia y corresponsal de la Real Academia de Historia de Madrid, además de presidente del patronato del Museo Provincial de Bellas Artes, como recuerda Mariano de la Cruz Pelegrín en el libro 'José Alegría Nicolás. Insigne murciano' (2013).

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