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Vista aérea tomada con dron de uno de los asentamientos en los invernaderos de Níjar, donde Fundación Cepaim presta ayuda en el área socio-sanitaria. Eduardo Balanza
Vidas en el invernadero o la fragilidad de habitar

Vidas en el invernadero o la fragilidad de habitar

Fundación Cepaim mostrará el trabajo de Eduardo Balanza sobre la extrema necesidad de miles de personas en asentamientos chabolistas de Níjar (Almería)

Domingo, 1 de marzo 2020

La vulnerabilidad como una oportunidad de cambio y de poder, la vulnerabilidad de enamorarnos y de sentirnos desnudos, la vulnerabilidad de habitar espacios identitarios que no son los normativos o que son desconocidos para nosotros... Abordar la vulnerabilidad desde distintos aspectos es el propósito de la Fundación Cepaim –tiene 37 centros de atención directa en toda España en áreas como desarrollo rural, inserción laboral, formación y empleo, vivienda y exclusión residencial, igualdad, desarrollo comunitario y protección internacional y ayuda humanitaria– para la tercera edición del congreso internacional de Artes y Diversidad (5, 6 y 7 de noviembre en Auditorio Víctor Villegas, Centro Párraga, TCM, Fail Estudio y Cuartel de Artillería), que llevará por lema 'Vulnerabilidad y desidentificación'. El filósofo Paul B. Preciado, referente en estudios de género y autor de 'Un apartamento en Urano' (Anagrama, 2019) y 'Manifiesto contrasexual' (2000), impregna la temática tras su intervención en la segunda edición, en la que se debatió sobre flujo migratorio, tránsito identitario, límites fronterizos e incipientes violencias.

El arte es un instrumento para la transformación social. De eso está convencido el comité organizador. La exposición 'La fragilidad de habitar', de Eduardo Balanza, será uno de los hitos del congreso, un trabajo audiovisual que retrata la realidad de los asentamientos de Níjar (Almería), donde la Fundación Cepaim tiene geolocalizados hasta un centenar de poblados chabolistas e infraviviendas, junto a los invernaderos, en los que viven más de 3.000 personas migrantes en condiciones extremas de necesidad. Hay hombres, mujeres y menores de edad habitando esta suerte de ciudades provisionales sin servicios. La pieza de arte de Balanza, que habla de arquitectura, habitabilidad y exclusión residencial, se ha mostrado una única vez en el Centro Negra de Blanca. «Es una radiografía fantástica de personas que están conviviendo en los invernaderos en Cabo de Gata. En San José estás tomándote una cerveza por 4 euros, y al otro lado de la montaña te encuentras esto. No tienen ni luz ni agua; como un campo de refugiados, pero de trabajadores. Y esto no se sabe, porque dicen que perjudica al turismo», dice Nicolás. Un trabajo audiovisual realizado con drones, en el que se huye del melodrama para mostrar de forma aséptica un panorama precario que estalla al ojo.

Una de las chabolas construidas junto a los cultivos donde viven hombres, mujeres y menores. Eduardo Balanza

La identidad estática a la que nos agarramos, cuenta el gestor cultural y comisario artístico Juan Nicolás, co-director de este foro junto a Susan Ríos, está generando muchos conflictos, «ya sea la identidad territorial, como conocemos; ya sea la identidad de género, o una identidad cultural, o cualquiera. Sin embargo, Paul B. Preciado hace una apuesta por esa identidad líquida, que no es estática sino dinámica, y, como él dice: no soy hombre, no soy mujer, no soy homosexual, no soy transexual. Soy todas esas cosas, las veces que me apetece y cuando me apetece serlo. Ese proceso de desidentificación que él nos propone nos ha parecido interesante a todo el comité organizador, y este año queremos reflexionar sobre eso en la Región». El congreso, organizado por Fundación Cepaim en colaboración con la Asociación Ayeklauwn y la Universidad de Murcia a través de la Plataforma de Acción Social, con apoyo de las tres administraciones (Gobierno de España, Comunidad Autónoma y Ayuntamiento de Murcia) y Radio 3, mira este 2020 a América Latina, a diferencia de las dos anteriores ediciones, en que el foco se puso sobre África y Europa. «Latinoamérica está ardiendo, ¡mira Chile cómo está!», se pasma Nicolás, «y hay una efervescencia de movimientos feministas y de movimientos LGTBI queer muy interesantes». Colombia, México, Chile, Paraguay y Argentina van a ser países invitados.

Rossy de Palma, María Galindo, Lukas Avendaño y Fernando Iglesias Mas completan la sección de arte; Chus Gutiérrez coordinará el laboratorio artístico de cine

Es una oportunidad de abordar, desde la Región de Murcia, la diversidad desde la práctica artística y el pensamiento crítico contemporáneo. «Yo llevo toda mi vida trabajando políticas de género», incide Nicolás, reconocido este año con el Premio 8 de Marzo [promovido por la Consejería de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias y Política Social] al fomento de la igualdad. «En un principio el comité pensó hacer un congreso de arte y acción social, pero en cuanto introdujimos la diversidad nos dimos cuenta de que esto ya se había instaurado para siempre, porque hay mucho trabajo por hacer.

Otra de las chabolas levantadas en uno de los asentamientos en los invernaderos de Níjar. Eduardo Balanza

El tercer sexo

En esta ocasión, Nicolás desvela algunas de las novedades de la sección de arte de la próxima edición, que se celebrará en noviembre. Paul B. Preciado estará como comisario de la 'performance' que hará la boliviana María Galindo, cofundadora del movimiento 'Mujeres Creando' y autora del libro 'No hay libertad política si no hay libertad sexual', «una mujer anarco-feminista, súper potente», promete Nicolás; José Antonio Sánchez, filósofo y catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Castilla-La Mancha, director del Máster de Artes Escénicas de la Universidad de Madrid, presentará al artista Lukas Avendaño (México), antropólogo, escritor y 'performer muxe' [término zapoteco referido al tercer sexo], que realizará en Murcia una 'performance'. La intervención de Avendaño será posible gracias a una colaboración con el Museo Universitario del Chopo de Ciudad de México. Rafael Doctor presentará la exposición del fotógrafo Fernando Iglesias Mas, que hará un proyecto relacionado con la vida nocturna de Murcia. «Buena parte de las intervenciones conllevan estancias en Murcia previas al congreso, la obra saldrá de aquí, de la interrelación con la gente de Murcia», promete Nicolás. Daniel Barceló (Fail Studio) y María Elena Valcárcel Cruz, coordinadores del comité curatorial que gestiona espacios y producción artística, supervisarán las exposiciones estrella: 'La fragilidad de habitar', en Loft113, de Balanza, y 'La fragilidad de emigrar', de Rossy de Palma (Pabellón 2 del Cuartel de Artillería), artista comprometida con las causas que defiende Cepaim para crear un modelo de sociedad inclusiva e intercultural.

Becas y mecenazgo

El comité organizador contará de nuevo con Chus Gutiérrez para coordinar un laboratorio de creación audiovisual; habrá una sección de emprendimiento cultural vinculado a la acción social, con la concesión de tres becas, mediante mecenazgo, para la generación de empresas que trabajen desde las artes y la cultura; la sección de diversidad funcional crecerá en la programación, y habrá una sección educativa, con una muestra de teatro de personas con discapacidad para colegios e institutos; y la periodista de RNE Rosa Pérez, especialista en música, presentará la clausura y los premios.

Juan Nicolás, en el centro La Estación de Beniaján. Nacho García / AGM

«Este congreso es el proyecto de mi vida»

«Es posible reunir rentabilidad social y rentabilidad financiera en una empresa, es un aspecto importante que yo he podido comprobar desde aquí», afirma Juan Nicolás (Cartagena, 1977), jefe de Servicio CREES (Cultura Responsable-Economía Social) y miembro del Gabinete de Dirección de la Fundación Cepaim. Nicolás, exdirector del Centro Párraga (2007-2011), asegura a LA VERDAD que el congreso de Artes y Diversidad es «el proyecto de mi vida» y en sus dos primeras ediciones ha demostrado que hay «un antes y un después» en la Región de Murcia en la gestión de la diversidad, una forma de trabajar que ha inspirado a otros para incorporarlo incluso a los currículums académicos en las clases. De eso es de lo que más orgulloso se siente.

«Lo más importante es que las cosas sucedan, y que dejen algo, que tengan capacidad de cambio y de transformación, que haya un impacto real y que podamos medirlo en la sociedad». En la primera edición, quince personas desarrollaron residencias sobre identidad, género y violencias, con José Antonio Sánchez, propiciando «un espacio de libertad que no habían tenido antes, y ya solo por eso el congreso cumplió sus objetivos porque facilitó espacios de libertad donde compartir otras perspectivas y experiencias». Este congreso, incide Nicolás, «no es para nada dogmático ni estamos adoctrinando, porque procuramos poner encima de la mesa a personas que no piensan lo mismo. Por ejemplo, el año pasado Paul Preciado hablaba sobre Amelia Valcárcel, una de las grandes feministas, a la que se está acusando, no sé si bien o mal, de actitudes transfóbicas».

Nicolás, que este año ha merecido el Premio 8 de Marzo, piensa que «en el ADN de los murcianos no está instalada ninguna ideología excluyente» y defiende la Región «como espacio de libertad, y eso ha sido así siempre». Combinar praxis y teoría es «la clave del éxito rotundo» del congreso: generar foros de reflexión y pensamiento, y materializarlos en la práctica artística.

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