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Arturo Ruiz Blázquez es pianista titular en la Orquesta Sinfónica de la Región y docente en el conservatorio municipal de Molina de Segura. ÁNGELA ORTIZ
Una vida pulsada en el teclado de la emoción
La semana de Arturo Ruiz Blázquez

Una vida pulsada en el teclado de la emoción

Ingeniero de los días y las horas, compagina su titularidad como pianista en la Sinfónica de la Región con la docencia en el conservatorio de Molina y la inminente creación de una asociación cultural y social junto a David Martínez

Domingo, 24 de marzo 2024, 01:00

El empeño de su madre por comprar un piano para sus hijos, los discos del chileno Claudio Arrau y del polaco Arthur Rubinstein que atesoraba su padre y una precoz habilidad sazonada de cabezonería, que le empujaba a tocar y a tocar en soledad hasta ... sonar como aquellos vinilos, crearon una sinfonía de circunstancias felices en su niñez. Alejadas de sus labios palabras como talento o prodigio, a sus casi 43 años se define como padre, pianista y docente, en una suerte de ingeniería temporal que le impulsa a ganar horas al reloj. Tras un campamento en Segovia, donde conoció al maestro Paolo Bordoni, sus padres creyeron que estaba loco: con 14 años aseguró que quería estudiar piano en Milán, sueño que cumplió con 18 años y que le valió sus estudios de Grado Superior y el Diploma Tradizionale que así lo acreditaba en 2002. Antes ya había ganado el segundo premio en el Concurso de Jóvenes Intérpretes 'Ruperto Chapí' de Villena (1997) y el galardón especial 'Andrea Bocchi' del conservatorio Giuseppe Verdi de Milán (2000). Mirando siempre hacia delante y con el deporte y su familia como santo y seña para franquear barreras, superó un periodo de casi ocho años en los que un problema en las manos le impidió tocar. La docencia le salvó de ese abismo y le mostró una forma alternativa de encontrar felicidad, inicialmente en Educación Secundaria y desde 2006 en el conservatorio Maestro Jaime López de Molina de Segura. Superado el escollo, en marzo de 2017 obtuvo el título de Máster en Interpretación Solista en el Centro Superior Katarina Gurska de Madrid, en la clase de Alexander Kandelaki. Apasionado de la montaña y la cocina, arte que compara con la música, reclama mayor reconocimiento en la Región para la labor de los conservatorios municipales y considera que la ciudad de Murcia tiene demanda suficiente para albergar un segundo centro profesional. Explorando y descubriendo -para compartir con sus hijos- las herramientas de inteligencia emocional aprendidas con los años, asegura cargado de ilusión y más solemnidad de la imaginada que de mayor, sin duda, quiere ser pianista. Siempre con inquietudes, se halla inmerso en la constitución de una asociación cultural, de marcado carácter social, junto al violinista David Martínez.

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