Si las paredes hablan, los palacios barrocos como el de Versalles con sus doraduras, bóvedas pintadas y trampantojos envuelven para la danza tanto los recuerdos ... de Luis XIV como los de la reina María Antonieta y su trágico final. Para la literatura, teatro, cine..., la archiduquesa austríaca ha sido fuente de inspiración. Y en danza contemporánea, el excelente lenguaje neoclásico de Thierry Mandalain da como fruto una obra elegante, exquisita y de gran aceptación en el panorama escénico actual.

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A esto se le suma el lujo de contar con nuestra gran Orquesta Sinfónica Región de Murcia bajo la dirección de la admirada Virginia Martínez, agradeciendo desde estas líneas el esfuerzo personal que supuso para todos la dura situación del querido compañero Carlos, al que enviamos nuestro cariño y recuerdo por su 'Super Pablo'. Así, hemos tenido la ocasión de volver a ver el Ballet de Biarritz, que ya nos sorprendiera con 'Cascanueces' (2008) y 'La Bella y la Bestia' (2018).

Malandain ha ideado una coreografía que reúne las características de ballet de acción, ballet pantomima modernizado en el siglo XVIII por Jean Jorge Noverre, maestro de danza de María Antonieta, que otorga un carácter espontáneo a los movimientos pasando de la retórica de las pasiones a las expresiones del sentimiento.

La música de Gluck y las hermosas sinfonías de Haydn, profesor de música de María Antonieta en Viena, han sido, como en este caso, un material idóneo para la coreografía, ya que dibujan la virtuosidad de los pasos sobre los arabescos sonoros de los instrumentistas solistas. 'Le Matin', la mañana. 'Le Midi', el mediodía. 'Le Soir', la tarde. Tres momentos de día. Tres momentos de la vida en catorce movimientos. Guiño al ballet teatral barroco, mito de Perseo y Medusa. Espada. Cabezas cortadas. Recuerdos a las ninfas modernistas de los Ballets Russes. La maternidad presente en un muñeco, marioneta muy acertada. Los bailarines dominan la formación clásica expresada en la contemporánea, pies descalzos o zapatilla media punta.

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Guillotina

Los grupos corales utilizan el canon y la escenografía juega con el vestuario modernizado, polisón y colores según los personajes. Los marcos de espejos envuelven el espacio. Los telones, paisajes inspirados en los tonos pastel de Fragonard, se rompen en negro premonitorio a los gritos de la revolución. El trágico final de la guillotina, bajando telón, muy bien resuelto como toda la obra.

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