No podemos negar que llevamos una temporada en la que algunos espectáculos de danza son vivo reflejo de un determinado estado de ánimo nada alentador. ... Fobias, miedos, situaciones relacionadas con la soledad, el vacío, nos llegan en formatos coreográficos diferentes, sorprendiendo por la variedad de los montajes de los que el movimiento contemporáneo se lleva la guinda.

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Como ejemplo tenemos 'Kenophobia', pieza de la compañía vasca Osa&Mújika, una surrealista combinación de danza y escenografía en la que el miedo al vacío emocional da motivo para un argumento desarrollado en un llamativo montaje. Tres personajes nos arrastran en diferentes escenas a sus propios miedos, afrontando cada uno como puede ese vacío que invade a determinadas personas al quedarse solo. La formación técnica del bailarín Jaiotz Osa es una garantía para el nivel de los movimientos. Danza muy física con convulsiones intencionadas. Ohiana Varela y Raymond Naval mantienen una buena complicidad. Es difícil la combinación de cada parte de la coreografía.

  • KENOPHOBIA

Escenas diferentes que no parecen guardar relación unas con otras. Por otra parte, el surrealismo puro y duro está presente en fragmentos sin danza como el de palomitas de maíz, mejor dicho, de éxtasis, con la pastilla como adorno del carrito del que sale un oso de peluche. Cada cual que lo interprete como quiera. No falta tampoco la denuncia de determinados desprecios por condiciones físicas o rasgos. Todo ello conduce a los propios miedos de personas inseguras. La calidad de la obra es una buena combinación de dos mundos creativos, sumando danza/ escenografía al vestuario. Sin embargo, como viene ocurriendo en estos argumentos tan especiales, el punto de vista del creador es difícil de encajar si no tienes información previa, como ocurre, por poner un ejemplo, con el cambio de vestuario final en bañadores azules. En 'Kenophobia' lo único que tienes que hacer es dejarte llevar por la dinámica y energía contemporánea con una interpretación escénica que va más allá de pasos. Y a pesar del mensaje de miedos compartidos el resultado anímico es positivo, lo que siempre se agradece.

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