El diestro Paco Ureña lidia un toro en el festejo de la Feria Taurina del Pilar celebrada este viernes, en Zaragoza. EFE/ Javier Cebollada

Ureña, ovacionado en Zaragoza

Francisco Ojados

Sábado, 12 de octubre 2024, 00:07

Comenzó la corrida con el público mostrando su enfado con la empresa. Todos esperaban la sustitución de Borja Jiménez por Daniel Luque, gran triunfador la tarde anterior, en la que cortó 4 orejas. Sin embargo, la empresa no dio a conocer el sustituto hasta la ... misma mañana de la corrida, entrando finalmente El Fandi en el cartel.

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Fue el granadino el encargado de abrir plaza. Saludó al primero de la tarde con dos largas cambiadas y lances echando la pierna atrás, rematando con la media de rodillas. Tras el puyazo realizó un quite por chicuelinas y a la salida de la segunda vara entró al quite Ureña, por delantales, rematados con una media que resultó elegante. Colocó banderillas El Fandi, con su habitual destreza, encontrando toro en el centro del anillo en los dos primeros embroques y firmando un buen par al violín de dentro afuera.

Octavo festejo de abono de la Feria del Pilar

  • Plaza de toros de Zaragoza Tres cuartos de entrada.

  • El Fandi, división de opiniones en su lote.

  • Paco Ureña, ovación con saludos tras petición y silencio.

  • David Galván, una oreja con petición de otra y vuelta al ruedo tras petición.

Brindó su faena al público, desde los medios, y allí citó de lejos al toro de El Pilar con las dos rodillas en tierra. El toro fue pronto y galopó con alegría en esa primera tanda genuflexo, lo que hizo al público verlo mejor de lo que fue, porque fue complicándose al desarrollar sentido, especialmente por el pitón izquierdo. Tampoco fue El Fandi de su mejor época. Faena de muchos pases sin eco. Mató de estacada y parte del público mostró su desacuerdo con pitos para el torero, mientras que aplaudieron el arrastre del toro.

Animoso estuvo con la capa en el saludo al cuarto que salió con pies y que a punto estuvo de arroyar a Fandi en un quite por navarras. Volvió a colocar banderillas, con el toro galopando. Tuvo emoción en la muleta el de El Pilar, nada fácil por reponer las embestidas. No lo estaba pasando bien el granadino, que en una tarde a la contra tuvo que tomar la espada de verdad al lastimarse el astado su extremidad delantera izquierda.

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Salió el segundo apoyando mal una de las manos. Lo fue haciendo Paco Ureña con el capote y entró al quite David Galván, con unas chicuelinas de mucho empaque

Brindó la muerte del colorado Ureña al público. Le faltó recorrido y entrega al de El Pilar, que fue noble, en una faena que el de Lorca comenzó con toreros doblones y siguió con tandas diestras, la segunda abriendo el compás. Por encima estuvo el diestro de la condición del animal, tragó mucho por el pitón izquierdo para arrancar naturales que arrancaron el pasodoble. Mató por arriba y parte del público pidió la oreja. Saludó una ovación.

Tuvo caja el quinto, al que Ureña toreó muy entregado a la verónica en los medios, rematando con la media. Salió el toro del caballo descoordinado y doblando las manos por lo que fue protestado. Lo mantuvo en el ruedo el presidente y ya el público no echó cuentas a la labor de Ureña, a media altura, intentando mantener en pie al flojo animal. Mató de pinchazo hondo y descabello. El palco se llevó la bronca por no haber devuelto al bovino.

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Toreó con lujo David Galván a la verónica al tercero de la tarde. Brindó al respetable Galván que firmó una obra de arte ante un gran toro de El Pilar. Primero fue ahormando la embestida entre las dos rayas para después, en los medios, realizar dos pases cambiados por la espalda que tuvieron ritmo. La ligación y elegancia de las series, con un toreo al natural caro, dieron paso a un final de faena de bellos detalles, como una serie rematada con el farol cosido al pase del desdén o el broche de las poncinas, con un cambio de mano soberbio. Mató de casi entera que le valió para pasear la primera oreja de la tarde, con fuerte petición de la segunda.

El sexto le dio un susto de salida, teniendo que tomar el olivo el de San Fernando. Fue un toro con peligro evidente que sembró el pánico en banderillas, cambiando el tercio el presidente con solo tres palos después de múltiples pasadas en falso de los banderilleros. Se la jugó David Galván en el registro de torero valiente y salió revolcado al entrar a matar. Cobró un estoconazo y se le pidió la oreja. Dio una merecida vuelta al ruedo .

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