El pintor y escultor ceheginero Nicolás de Maya, junto a una de las obras de su muestra en el Palacio Almudí de Murcia, ayer. Alfonso Durán / AGM

Nicolás de Maya: «No somos nada en el universo»

El artista ceheginero pinta y esculpe la fragilidad humana en 'Edén', exposición que acoge el Almudí en Murcia hasta el 28 de octubre

Miércoles, 5 de septiembre 2018, 14:50

Un cuerpo suspendido, el de un hombre pintado en blanco y negro que parece caer al vacío sin que en ese descenso, quizá repentino, se haya instalado la prisa, y sí la armonía y el sosiego. Así da inicio la propuesta expositiva que desde ayer ocupa la Sala de Columnas del Palacio Almudí de Murcia. 'Edén' es el título de la muestra de pintura, escultura e instalación que Nicolás de Maya (Cehegín, 1968) firma, por primera vez, en este atractivo y monumental espacio. El artista plástico se adentra con ella en un jardín plagado de cuerpos, manos y pies que encarnan la fragilidad de la vida. El tiempo, su paso inexorable y la no permanencia son, dice el creador, «una constante en mi obra». También en este último trabajo, que se podrá contemplar hasta el domingo 28 de octubre.

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«No somos nada en el universo», recuerda De Maya al explicar su proyecto -esta exposición es solo una muestra de una serie sobre la que desea seguir indagando-, e insiste en la idea de delicadeza y endeblez que envuelve toda su propuesta. Esculturas en papel, lienzos pintados con óleo, carbón, grafito o acuarela, piezas de madera tallada directamente del tronco de un árbol, dibujo y tinta se distribuyen por todo el espacio y convierten el proyecto de De Maya en un conglomerado de técnicas cuyo objeto es enfrentar al público con su yo más íntimo.

  • Qué Exposición 'Edén', de Nicolás de Maya.

  • Dónde y cuándo En la Sala de Columnas del Palacio Almudí de Murcia. Hasta el 28 de octubre.

«El ser humano -precisa el pintor y escultor ceheginero- es el resultado de sus encuentros con otros seres. Hay veces que te cruzas con una persona y la vida te cambia», y de la misma forma, la palabra, advierte De Maya, «nos modula». Sus obras están impregnadas de letras. Representan, dice el artista, el conocimiento, y cómo este «nos construye». «Somos conocimiento».

«Todo lo que nos rodea, incluso los objetos, está lleno de vida si lo visualizamos»

«El arte ya no interesa a nadie; es un alimento espiritual en una sociedad capitalista»

Solo tres colores

En 'Edén' expone más de 70 piezas de distinto formato y técnica. Ha vuelto, cuenta, a utilizar papel encolado, en lo que ha sido un reto personal al emplear esta forma de trabajo en obras de grandes dimensiones. Todas ellas, pictóricas y escultóricas, «están muy estudiadas y pensadas», afirma. Persiguen la sencillez, la sobriedad, la lectura guiada a través de luces y sombras, y la transmisión de emociones. En ellas, De Maya juega únicamente con tres colores, al margen de los tonos oscuros y grisáceos que construye a partir de blancos y negros. Son los tres colores primarios: amarillo, rojo y azul, a los que da preferencia en varias de sus obras.

Y con ellos, el movimiento. Torsos que se retuercen en un baile de curvas, manos que se encuentran y se abrazan, pies que parecen dispuestos a iniciar el paso. «El desarrollo del ser humano -recuerda De Maya- comienza en el momento en el que el hombre es capaz de agarrar cosas con el dedo pulgar, y empieza a crear herramientas». De ahí, cuenta De Maya, «la importancia de las extremidades», protagonistas en su muestra de un diálogo corporal en el que la mirada ocupa también un espacio destacado: «Pasamos muy rápido por la vida, sin observar. La sociedad no sabe detenerse a contemplar, cuando esto es una de las características que nos engrandecen como seres humanos», defiende el ceheginero, quien pinta, en una de sus piezas, los ojos de amigos, compañeros y vecinos que han pasado por su casa. Y los suyos propios.

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«Todo lo que nos rodea, incluso los objetos, está lleno de vida si lo visualizamos», defiende el creador a quien el crítico de arte Javier Ubieta define como «artista fuera del orden dentro del caos». Ubieta escribe uno de los textos que acompañan el catálogo de la muestra. En él atribuye a De Maya el descubrimiento de «una ingente riqueza de sentidos y elevados valores» que son frontera, continúa, «entre lo terrenal y lo incorpóreo». Para Ubieta, en la obra del pintor ceheginero «el cuerpo humano es la máxima representación del equilibrio y la belleza», y es, precisamente, belleza, lo que De Maya persigue en su obra: «La belleza salva el mundo», asegura el artista, convencido, sin embargo, de que «el arte ya no interesa a nadie» porque es «un alimento espiritual en una sociedad capitalista y consumista que lo que necesita es dinero».

En 'Edén', De Maya -«no soy un artista al uso», remarca- ha descubierto un camino que desea seguir recorriendo, en el que pretende adentrarse más y en el que ha encontrado «muchas posibilidades plásticas». Volverá a las salas a finales de este año o principios del próximo -todavía no hay fecha-, aunque lo hará con una retrospectiva -la primera- sobre su trayectoria, a la que dará cobijo el Museo Regional de Arte Moderno de Cartagena.

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