Ultra
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Mandaremos 'Zorra' a Eurovisión. Lo de Chanel era de derechas y denigrante, esto es progre y empoderanteMesa para cinco ·
Mandaremos 'Zorra' a Eurovisión. Lo de Chanel era de derechas y denigrante, esto es progre y empoderanteAndamos a vueltas con insultos, apropiaciones, resignificaciones semánticas y neologismos. Para no perderme demasiado, estaba elaborando mi propio glosario cuando he dado con una palabra ... que se ha hecho omnipresente: 'ultra'. Como prefijo, nombre o adjetivo, lo 'ultra' se ha revelado como el lugar común de esa invasiva 'comunicación tentacular' a la que se refiere Juan Martín Prada en 'El ver y las imágenes en el tiempo de internet'. Les comparto algunos apuntes sobre eventos recientes.
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Non plus ultra. RTVE ha comenzado a emitir en Ultra Alta Definición (UHD). Marina D'or anuncia el lanzamiento del 'ultra todo incluido'. China presenta el nuevo tren de 'ultra alta velocidad' que viajará a 1.000 km/h. NVIDIA lanza 'Ultra Low Motion Blur', que reduce el desenfoque de movimiento de la pantalla. Las Apple Vision Pro vienen con un sistema de 'ultra alta definición'. Las connotaciones positivas de lo 'ultra' acaban aquí.
Ultra-víctimas. Que 'el miedo debe cambiar de bando' está más cerca del afán de venganza que de la búsqueda de la igualdad. A este lema del feminismo ultra, Irene Montero ha añadido que a la mujer se la define por sus opresiones, no por su biología: somos ultravíctimas.
Ultraje. Mandaremos 'Zorra' a Eurovisión. Lo de Chanel era de derechas y denigrante, esto es progre y empoderante. Qué lío. Aunque las feministas 'clásicas' no están de acuerdo y han pedido la retirada de la canción. La delegada de Igualdad de RTVE renuncia. También hay periodistas que han entendido la letra justo al revés y periódicos tan de izquierdas que las han censurado. 'Zorra' puede ser una canción mala, pero no subversiva ni ofensiva. No después de Las Vulpess, no en el tiempo de la 'puta' de la Zowi, la 'perra' de Rigoberta, la 'reputa' de Zahara o la 'bitch' de Britney. No después del 'Ultraceñidas' de McNamara. A estos dragones hace tiempo que los matamos –al menos los de 'Polònia' la han mejorado–.
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Ultraderecha. El presidente del «más indigno y sectario gobierno de las democracias occidentales», en decir de Savater, ha declarado que a la 'fachosfera' le hubiera gustado llevar a Eurovisión el 'Cara al sol'. Ahí tenemos otro de esos neologismos que, a pesar de su juventud, ya se ha resignificado. En su origen, en Francia, la 'fachosfera' era la nebulosa –con una sola 's'– de activistas digitales de derechas, pero se expande a más velocidad que los límites del universo y ahora es todo lo que se salga mínimamente de las consignas oficiales. Para Óscar Puente el término no es un insulto ni es despectivo –como tampoco lo es 'zorra', que sí que se usa como apelativo cariñoso–.
Ultraconservadores. El cartel de la Semana Santa de Sevilla de Salustiano es motivo de excomunión para ciertos ultracatólicos. Le acusan de ser una representación demasiado erotizada y feminizada. Yo creo que el problema es que es demasiado realista: ultramundano, pero me han parecido muy acertadas las aportaciones, en diferentes sentidos, de Manuel Ruiz Zamora y de Paloma Hernández. Leanlos. Y escuchen 'Ultrabelleza', de Llergo.
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Ultramar. Manuel Burón escribe que «esta legislatura será la de la descolonización» y un par de días más tarde, Manuel Segade, director del Reina Sofía, presenta a la mexicana Amanda de la Garza, responsable de la descolonización del Museo –y de futuras 'colonizaciones' culturales–. La ultra-ideologización llega a los museos y tendrá los mismos resultados que en la política: enfrentar, romper la historia común de una España que nunca tuvo colonias en América, sino provincias de ultramar. Plus ultra.
Identidades ultras. Justo cuando pienso que en 'El País' ya solo queda Ana Iris Simón, leo algo de Amanda Mauri sobre la «identidad ultra» que no hace una caricatura del adversario. Las manifestaciones de los agricultores, las tractoradas, son desactivadas también desde ciertos sectores por ser consideradas obra de 'ultras'. No se puede simpatizar con el que piensa diferente.
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A ultranza. En la última interpelación de Cayetana Álvarez de Toledo a Félix Bolaños en el Congreso se ha dado un 'ad hominem' precioso. No merece respuesta quien forma parte de una 'alineación ultra'. Esta es nuestra realidad, la ultra-polarización en el arte, la sociedad y la política. El sino de lo ultra-contemporáneo. Lo 'ultra', que es lo que se da intensamente, en grado extremo, pero también lo que va 'más allá' o está 'al otro lado de'. Así, los verdaderos ultras, los extremistas, los separatistas, son los que tenemos actualmente en el gobierno y la mayor parte de las instituciones. Escribiendo esto he sentido 'saciedad semántica', ese fenómeno psicológico que hace que las palabras pierdan significado a fuerza de repetición, e intuyo que la resignificación definitiva es la de un 'ultra' vacío de significado.
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