Sin trampantojos

La experiencia es un grado y la trayectoria del dúo Ansa-Bacovich es sinónimo de éxito avalado por un estilo de imprescindible conocimiento para estudiantes, profesionales y aficionados. Comenzando por un 'paso a dos', respiración intencionadamente sonora que acompaña cada línea y movimiento, la inicial y aparentemente sencilla puesta en escena, telón negro y cenitales con la música de Philip Glas, trabajo de cuerpo, mente, improvisación, se transforma en otra historia. Cambio de música, Johan Wieslander, cambio de intenciones. Ahora son un trío en el que la iluminación baila, marca las pautas. Poco a poco se van añadiendo elementos con vida propia que despiertan la curiosidad, estéticamente interesantes y complementos necesarios para que la propuesta creativa inicial de una hora de 'paso a dos' de danza contemporánea no fuera francamente difícil.

Las sensaciones van cambiando cuando acertadamente la coreografía añade o quita detalles. Como apoyo audiovisual, imagen de rostros y texto con la voz en off de Aia Kruse. Es una forma de bailar las frases, pero la lectura de las mismas proyectadas en pantalla distrae del baile. Sin embargo, el recurso de 'streamimg', o difusión en directo, no desvía la atención a una Iratxe que baila en el suelo o en la pantalla con un cuerpo que admite todas las posibilidades, además de la preciosa curva de un empeine envidiable. La duración de una hora de este desnudo compartido es la adecuada para no agotar la receptividad, tiempo, espacio, incluyendo elementos suministrados por la experiencia del público, con un resultado tan positivo como meditado que recibió el merecido aplauso al lograr el efecto deseado.