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ÁLEX
Jorge Martínez, el torero introspectivo

Jorge Martínez, el torero introspectivo

Su talento, propio de los elegidos, su extraordinaria personalidad, su concepto, clásico y puro, y su valor le han colocado en la cima del escalafón de novilleros

FRANCISCO OJADOS

Domingo, 11 de septiembre 2022, 08:21

Estamos viviendo en la Región de Murcia un dulce estallido de jóvenes talentos proveniente del efecto 2000. En la música, las artes y el deporte. Efecto al que no es ajena la tauromaquia.

Un muchacho de Totana está dejando su impronta en los principales escenarios del planeta taurino. Jorge Martínez Giménez nació el 18 de abril de 2000 y, desde bien pequeño, tiene el recuerdo de querer ser torero. Su padre, José Luis, hizo sus pinitos como novillero. Los capotes y muletas siempre estuvieron presentes en casa y el ambiente taurino fue impregnando a Jorge, que supo aprovechar el momento, cuando cursaba segundo de la ESO y llegó con unas excelentes notas a casa, para plantear su intención de ser torero. Momento propicio en el que el padre no se pudo negar. La única condición que le puso fue la de tomárselo en serio. De esa manera, llegó a la Escuela Taurina de Murcia con 14 años.

También demostró ese don para aprovechar la oportunidad la pasada temporada, sorprendiendo a profesionales y aficionados en el circuito de novilladas de Andalucía, con la televisión sirviendo de amplificador para lanzar la carrera de un novillero al que la pandemia había parado en seco, tras debutar en 2019 con los del castoreño. Ganó el concurso. El toreo se puso a mirar dónde estaba Totana. Jorge cogió entonces su primer tren, el primero a los que tendrá que subirse en una carrera que se vislumbra de próxima figura del toreo. Su talento, propio de los elegidos, su extraordinaria personalidad, su concepto, clásico y puro, y su valor le han colocado en la cima del escalafón de novilleros.

Como los jóvenes de su generación, ha crecido con las redes sociales, pero su ocio no incluye discotecas ni alcohol

Este 2022 ha debutado en las plazas más importantes de la tauromaquia: Madrid, Sevilla y la Monumental de México ya conocen a Jorge Martínez y sus públicos y la prensa especializada han ensalzado su enorme personalidad.

Quien no lo haya visto podrá pensar que es exagerado. Pero sirva su triunfo en la pasada feria de Almería para focalizar su potencial. En una decisión absolutamente extraordinaria, compitiendo con Roca Rey y Emilio de Justo, el jurado decidió dar el premio del capote de paseo de la Virgen del Mar al triunfador de la feria a un novillero. Con esos empieza a codearse camino de una alternativa que ya se otea en el horizonte.

Precisamente fue en Almería donde Jorge Martínez encontró refugio después de una abrupta salida de la Escuela de Tauromaquia de la Región de Murcia. Con 16 años tuvo que emigrar y encontró las puertas abiertas de la Escuela Taurina de Almería. Allí se ha hecho torero. Si sus primeros pases se los enseñó su padre, el tutelaje del maestro Ruiz Manuel ha sido esencial en su formación. Ahora es su apoderado y persona de total confianza.

Lo conocemos en la plaza, pero ¿cómo es en la intimidad Jorge Martínez? Desde fuera parece un chico introvertido, a veces demasiado serio para su edad. Sin embargo, cuando tratas con él más a fondo, demuestra pureza. Reconoce que es tímido y hasta que no conoce a la gente le puede costar expresarse. Esa timidez puede dar la apariencia de marcar distancia. Se dice que se torea como se es y, en la plaza, torea muy desde el interior, buscando convencerse primero él antes que al público y, cuando se entrega, lo hace con verdad y pureza. Eso lo traslada a la vida. Jorge cayó de pie en Almería. Allí vive en un piso con varios amigos, tiene sus amistades más íntimas y se ha adaptado a la ciudad como un almeriense más. A Totana va a visitar a la familia, especialmente a su madre y su abuela, a la que considera una 'fenómena'. Allí están también sus dos hermanos. A ninguno le ha dado por los toros. Lo único que le falta en Almería para que la felicidad sea completa es tener a la familia.

Hablando de Irene, su madre, siempre le apoyó y el valor de Jorge debe venir de sus genes, porque no se pierde corrida en la que toree su hijo, muchas de ellas acompañada por la abuela. Si hay que pasar miedo, se pasa en la plaza.

Día a día ordenado

El día a día del joven diestro es muy ordenado. Le gusta la libertad y, desde los 18 años, tiene el carnet de conducir, lo que le permite no depender de nadie para hacer el trayecto de casa a la plaza de toros de Roquetas, donde entrena todos los días. Se levanta sobre las seis y media de la mañana para correr y prepararse físicamente. Después, llegan las horas de entrenamiento de toreo de salón en el ruedo de Roquetas. Nadie regala nada.

Como los jóvenes de su generación, ha crecido con las redes sociales, pero su ocio no incluye discotecas ni alcohol. Se cuida, le gusta ver deporte, el tenis y, especialmente, el fútbol. Madridista hasta la médula, le encanta juntarse con los amigos y la cuadrilla para ver los partidos por televisión, y disfruta con el cachondeo, especialmente con los miembros de su cuadrilla, que son del Barcelona. Quizás es como más disfruta fuera del ruedo, con un refresco, unas pizzas y en casa, echando unas risas con gente con la que se siente a gusto. Un torero introspectivo.

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