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El artista murciano Joaquín Ganga tatúa a un cliente en su estudio, situado en El Palmar. Nacho García / AGM

Tinta murciana en la piel de Drake

El artista de El Palmar Ganga ha trabajado con iconos del hip hop como Chris Brown después de convertirse en el tatuador de cabecera de varios futbolistas

Sergio Navarro

Murcia

Lunes, 29 de octubre 2018, 08:06

Mientras se acomoda en su taburete, termina de envolver con cinta la aguja para amortiguar su frío tacto. Con un chasquido, su herramienta de trabajo comienza a emitir un ruido nervioso que solo cesa brevemente al sumergirse en la tinta negra. Frente a él, tumbado en una camilla, Aubrey Drake Graham, conocido en todo el mundo como Drake, le ofrece su brazo izquierdo para terminar el trabajo que comenzaron un par de días antes. El gélido metal se clava en la piel y la tinta emprende un viaje de difícil retorno sobre el tríceps de la estrella del hip hop. A pesar de la responsabilidad que recae sobre sus hombros, Joaquín Ganga apenas siente la presión. No es la primera celebridad que le elige para marcar su cuerpo de por vida.

Conocido en el mundo del tatuaje por su apellido, Ganga pasaba las horas muertas durante su infancia en El Palmar dibujando por todos lados a Goku, el popular personaje de 'manga' ideado por Akira Toriyama. Con los años, estos garabatos se convirtieron en grafitis que moldearon el espíritu artístico de este joven y su pasión por el realismo: «Me encanta la capacidad de poder plasmar una fotografía en la piel», asegura mientras se acomoda en la sala de reuniones de su estudio, situado en la pedanía murciana que le vio crecer.

A los 17 años, con un sencillo equipo que compró gracias al dinero que ganó pintando la persiana de una frutería, el futuro tatuador de estrellas de la Premier League aprendió el arte de la tinta y la aguja gracias a sus amigos del barrio de Los Rosales, una de las zonas más deprimidas de la Región. «Era otro tiempo. Todo el mundo se animaba a que le tatuara porque sabían que pintaba grafitis», explica junto a su mánager, David, con el que trabaja desde 2015.

La relación entre ambos, que nace de una amistad entablada cuando Ganga le empezó a tatuar, es fundamental para explicar cómo el artista murciano pasó de trabajar en las casas de sus amigos a visitar las mansiones de los jugadores de la NFL en Beverly Hills. «David es un genio. Yo le digo 'consígueme a este famoso' y él, en una semana, me dice 'vámonos que lo tatuamos'. Es su secreto».

Arriba, Chris Brown junto a Joaquín Ganga. Abajo, diseños de la serie 'Peaky Blinders' (izquierda) y la película Scarface (derecha). Cedidas
Imagen principal - Arriba, Chris Brown junto a Joaquín Ganga. Abajo, diseños de la serie 'Peaky Blinders' (izquierda) y la película Scarface (derecha).
Imagen secundaria 1 - Arriba, Chris Brown junto a Joaquín Ganga. Abajo, diseños de la serie 'Peaky Blinders' (izquierda) y la película Scarface (derecha).
Imagen secundaria 2 - Arriba, Chris Brown junto a Joaquín Ganga. Abajo, diseños de la serie 'Peaky Blinders' (izquierda) y la película Scarface (derecha).

Rodeado de este misterio, Ganga tatuó a su primera estrella con 25 años. El interesado por su trabajo fue Nicolás Otamendi, futbolista del Manchester City, y la experiencia fue inmejorable: «Teníamos la sensación de empezar a conseguir lo que queríamos -explica el murciano con la ambición que le caracteriza-. Fue increíble viajar a Manchester y conocer a una estrella del fútbol en la intimidad de su casa».

Su trabajo con el central argentino no pasó desapercibido y, gracias al efecto boca a boca, a Ganga se le abrieron las puertas de Maine Road y colaboró con otros futbolistas del equipo 'citizen' como John Stones o Raheem Sterling, quien le encargó un emotivo y polémico diseño. Y es que el extremo inglés decidió tatuarse un fusil en homenaje a su padre, muerto a tiros cuando él era un niño.

Después de ocho años perfeccionando su técnica, basada en «emplear pocas líneas y jugar mucho con las sombras y los contrastes», el artista murciano, hijo de un albañil reconvertido a cerrajero, comenzó a ver reconocido su trabajo y a engordar su lista de exclusivos clientes con nombres como Dillon Danis, ayudante del excéntrico Connor McGregor, aunque lo mejor de su trayectoria todavía estaba por venir.

De gira con Drake

«Hay un antes y un después tras tatuar a Drake», asegura de manera rotunda David. «Antes éramos nosotros lo que nos movíamos para buscar a las estrellas; ahora son ellas las que se adaptan. Fue un punto de inflexión», termina de explicar Ganga. Lo que empezó con un viaje a Barcelona y un sencillo «cómo molaría tatuar a Drake», se convirtió a las pocas semanas en una oportuniad única. Una apuesta a todo o nada en la que el joven mánager volvió a rebuscar en su chistera para ofrecerle al artista de El Palmar un viaje a la capital de Inglaterra y la posibilidad de trabajar con uno de los mejores amigos del cantante y productor, que acumula más de 6.000 millones de reproducciones en su canal de YouTube.

A las puertas de la primavera de 2017, Londres abrió sus puertas para recibir uno de los últimos espectáculos del 'Boy Meets World Tour', con el mito del hip hop acompañado por el dúo DVSN, el jamaicano Popcaan y un ambicioso veinteañero que sorprendió a todos con su talento cuando plasmó el retrato del sobrino de Drake en el hombro de su padre, uno de los hombres de confianza del canadiense. «Le encantó el trabajo que hice y, aunque íbamos solo para tres días, nos quedamos con ellos tres semanas y viajamos a Glasgow y Ámsterdan para terminar la gira con él». Además, la relación entre ambos también quedó marcada en sus cuerpos: Ganga le tatuó en el tríceps el rostro de Lil Wayne, otro prodigio de la música urbana, mientras que el rapero plasmó su firma con aguja en el tobillo del murciano. «Drake solo ha tatuado una vez y fue a mí», reconoce con una mezcla de orgullo e incredulidad, a pesar del tiempo que ha pasado.

Las piernas de Odell Beckham Jr., jugador de los New York Giants, tatuadas por Ganga. Cedida

Después de trabajar en sesiones de hasta cuatro horas a solas con el de Toronto, disfrutar de sus fiestas privadas y hasta 'colarse' en los camerinos para rezar antes de los conciertos, Ganga reconoce que el trato con Drake fue «inmejorable» y procesa todas estas experiencias con una naturalidad que manifiesta cuando asegura que vivió esta aventura europea como «algo que esperaba». «Con mi personalidad, sé que las cosas que me propongo las consigo. Siempre pienso en ir más allá», asevera.

Amistad sobre tinta

Además de un gran reconocimiento mundial, su trabajo durante esas tres semanas con Drake le permitió ampliar sus horizontes, perder la cuenta de los países que comenzó a recorrer y, sobre todo, conocer a otra figura fundamental en su ascenso artístico: el jugador de los New York Giants Odell Beckham Jr.

«Hubo una conexión directa cuando nos conocimos durante la gira -comienza a recordar Ganga-. Enseguida nos invitó a sus fiestas y me pidió que le tatuara a Michael Jackson». Un trabajo plasmando al rey del pop que germinó las primeras semillas de una prolífica amistad y motivó el colosal encargo de tatuarle las dos piernas al completo. «Tiene un corazón enorme. Nos invitaba cinco días a su mansión en Beverly Hills para que le tatuara y acabábamos viviendo con él diez o doce días», reconoce el de Los Rosales, que siempre emplea el plural para ensalzar el papel de David en su reciente éxito.

Acostumbrado ya a seguir el ritmo de vida de una estrella del hip hop, a Ganga le llegó el turno de vivir el día a día de un icono de la NFL y formar parte de los momentos más íntimos de su vida. «El año pasado compartimos el Día de Acción de Gracias con Odell y su madre. Estuvimos dos semanas con él y nos llevó a Miami y a Nueva Orleans para que comiéramos en los mejores restaurantes, disfrutáramos de las mejores fiestas y viviéramos la vida que él lleva -explica el tatuador de 27 años-. Sé que puedo pedirle ayuda para lo que sea porque, si está en su mano, la voy a obtener. Es como si fuera parte de su familia».

Chris Brown, Ezequiel Elliot, Johnny Manziel o Von Miller son algunas de las estrellas del firmamento estadounidense que han seguido la estela de Odell Beckham Jr. y han confiado en la técnica del murciano para ensalzarlo como uno de los mejores del mundo en este arte.

Con la vista puesta en Los Ángeles

Con los pies de nuevo en la tierra después de dos años que han puesto del revés su anterior vida, Ganga lleva «de una forma muy humilde» su nuevo estatus dentro del gremio, tal y como asegura su mánager. Instalado todavía en el barrio de El Palmar, el murciano disfruta cada día en su estudio, inaugurado en septiembre de 2017, con su nuevo papel como jefe. «Es muy fácil llevar esto si tienes confianza con las personas con las que trabajas. El trabajo se hace muy sencillo porque todos queremos hacer crecer este proyecto».

Acompañado por su segunda familia, ha vivido en primera persona el crecimiento de la cultura del tatuaje en España, donde «el nivel de los artistas y el material con el que se trabaja es increíble». Aunque, acostumbrado a trabajar con los más grandes, su capacidad para seguir creciendo no tiene techo y ya se plantea, «en un año y medio o dos», mudarse a Los Ángeles para brillar junto a todo su equipo en la ciudad de las estrellas.

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