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Fiel a sus orígenes.La artista Sonia Navarro dio sus primeros pasos en la galería T20. Guillermo Carrión / AGM
Sonia Navarro, artista de vanguardia cosida a su herencia
La semana de

Sonia Navarro, artista de vanguardia cosida a su herencia

Creadora plástica multidisciplinar y fiel a su legado familiar artístico y artesanal, la lumbrerense, que acaba de ganar el prestigioso Premio BMW de Pintura, lleva más de dos décadas dando voz a la lucha de las mujeres contra las convenciones sociales establecidas

Domingo, 19 de noviembre 2023, 07:49

Con una risa que se adivina sincera y un acento que la mantiene cosida a sus raíces, a pesar de vivir en Madrid desde hace más de veinte años, el día a día de Sonia Navarro transcurre entre la observación y el compromiso, en un firme patrón que empezó a bocetarse en su niñez, en la fronteriza y luminosa Puerto Lumbreras. De sus abuelas aprendió no solo costura y sastrería, sino algo que la acompaña en sus recorridos diarios en el metro y en sus incontables horas de estudio: cómo ser una mujer independiente. Positiva, soñadora y ajena a las pesadillas, con esa sonrisa burbujeante de quien guarda un secreto a duras penas, recogió este lunes un nuevo premio a su trabajo, el galardón BMW de Pintura, que recibió de manos de la Reina Sofía en el Teatro Real. Repetiría una y mil veces el camino elegido, su familia, los amigos de toda la vida, su compañero de viaje –el artista FOD–, con el que comparte vida y pasiones, aunque pesa en su biografía la ausencia de su hermano. Encuentra inspiración en cada viaje, en cada ciudad, en el bullicio de los mercados, en los trayectos al estudio. Apuesta por visibilizar y apoyar a las nuevas hornadas de artistas contemporáneos y se niega a mirar para otro lado frente a la desigualdad, reivindicando con cada dibujo, fotografía, lienzo o instalación el agradecimiento a las generaciones de mujeres que vivieron –algunas lo siguen haciendo– relegadas a sus labores en el ámbito doméstico, calladas, inmóviles. Siempre soñó con ser artista y, ya con una proyección internacional imparable, anhela exponer en los sitios más relevantes del mundo, aunque se guarda de señalar, ilusionada y humilde, espacios concretos. De sus logros recuerda con especial cariño el Murcia Joven de Artes Plásticas del año 2000, gracias al cual pudo ir a Madrid a seguir haciendo camino, el Premio de Artes Visuales y Fotografía concedido por el Ministerio de Cultura y la Beca de Roma de la Academia de España, institución que este año cumple su 150 aniversario. Asegura que su mayor virtud es no olvidar de dónde viene y seguir siendo la misma niña que fue. Su mayor aspiración, ser buena gente.

Lunes

18.30 horas. Nos convocaron en el Teatro Real a los finalistas de Pintura y de Arte Digital para ensayar el protocolo, cómo darle la mano a la Reina. No me esperaba ganar, y cuando a las ocho y media de la tarde oí «Redes 1, Sonia Navarro», no puedo explicar la emoción que sentí. Pasaron por mi cabeza todas las personas que me apoyan desde el principio, los galeristas de T20, toda la gente que me dijo «adelante, tú puedes».

Martes

9.15 horas. No madrugo, aunque no trasnocho tampoco. Me levanto sobre las nueve, y en Madrid la gente se levanta a las seis. Hago un desayuno tranquilo en casa, largo, pensando en el día, voy contestando a los 'mails' y luego voy al estudio en metro. Si salgo de casa sin el móvil, doy la media vuelta. Es un ordenador, una cámara, una agenda... Todo lo apunto en el móvil. El arte contemporáneo está a veces un poco lejos de la sociedad. Gracias a las redes sociales, cada vez se está acercando más al gran público, para que no se piense que los artistas son algo inaccesible o elitista. Durante la pandemia nos dimos cuenta de que no podemos pasar un día sin un texto que te lleve a otro lugar, sin una canción que te emocione y te haga reír o llorar, una película que te transporte a una fantasía, un cuadro, una fotografía... Y eso lo hace gente que friega los platos, que va al mercado, que paga la luz y que come.

12.00 horas. Trabajo en un estudio compartido, somos nueve artistas. Ahí se pone la olla de lo que sea para que se vaya haciendo sola la comida mientras trabajamos. A la hora de comer, comemos todos juntos. Por la tarde, continúo normalmente hasta las ocho y media o nueve. He preparado exposiciones enteras oyendo Radio 3, otras con el mismo disco de Miguel Ríos, vuelta y vuelta... Normalmente, en el estudio cada uno se pone sus cascos, pero a mí no me gusta aislarme.

Miércoles

21.00 horas. Hay días que estás deseando llegar a casa para leer o ver una película. Otras pones música mientras preparas la cena, y ya te quedas con esa música hasta el momento del libro. Me encanta cocinar, se me da bien, sobre todo el arroz con conejo y caracoles, y FOD también es un cocinillas. Todo compartido es mucho mejor, desde un buen vino y una cena hasta el arte.

Jueves

11.00 horas. Algunas mañanas vamos a ver alguna exposición. Esta semana hemos ido a la Galería de las Colecciones Reales, y he vuelto a ver un cuadro de Velázquez que descubrí en el Grand Palais de París, un caballo sin jinete. Es una de las obras que más me ha impresionado, aunque quizá lo que más me ha marcado fue una exposición de Louise Bourgeois en el Reina Sofía. Nos vamos de viaje y seguimos viendo arte, no entendemos lo de irnos a desconectar a un 'resort'. Entre los compañeros del estudio nos apoyamos mucho, acabamos de estar en Palermo en la inauguración de una exposición de Miki Leal en el Instituto Cervantes, y pronto iremos a Oviedo, porque expone Irma Álvarez-Laviada en el Museo de Bellas Artes.

Viernes

19.00 horas. La familia lo es todo para mí. Pasé mucho tiempo con las abuelas, que me enseñaron cosas tan importantes como ser independiente, que es la mejor herencia. A veces, vamos a mi refugio murciano de playa, que me chifla, en Isla Plana. Y en verano no faltamos a La Mar de Músicas.

Sábado

12.00 horas. Vivimos en Chamberí y nos encanta comprar rico en el mercado de Vallehermoso. Llevas los zapatos al zapatero para que les ponga las tapas, compras el pan y el pescado en los puestos. Tomas una caña y te vas a casa, o te encuentras con tres amigos y te quedas. En los países que visito, lo primero que hago es ir al mercado. Es muy inspirador.

Domingo

14.00 horas. El clásico de los domingos es comer con amigos. Soy muy afortunada, tengo mucha gente para compartir mi vida. De aquí a diez años, me imagino con la vida que tengo, entre Madrid y Puerto Lumbreras, con los veranos en Isla Plana y con mi pareja, mi estudio y mis compañeros. No cambiaría nada.

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