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Una mujer lava la ropa a orillas del Ganges, en la ciudad de Benarés. LUIS SÁEZ
Exposición en el MAM: La ruta a orillas del río sagrado

La ruta a orillas del río sagrado

Exposición. El fotógrafo murciano Luis Sáez propone, en el Museo Arqueológico de Murcia, un viaje de color y contrastes desde Calcuta al Himalaya siguiendo el Ganges

Sábado, 20 de febrero 2021, 02:26

El viaje discurre a orillas del Ganges. Es el río el que guía el camino, una senda de casi 1.700 kilómetros con parada en algunas de las ciudades más visitadas y densamente pobladas de la India. A sus márgenes todo está inundado de color, trasiego, «vida y muerte». Centenares de personas se agolpan en las calles. El día parece un caos. Y, sin embargo, todo está en orden.

Luis Sáez (Murcia, 1968) es uno más en ese bullicio urbano lleno de contrastes. Está en Calcuta, a pocos kilómetros de la desembocadura del Ganges. Es la ciudad de la que parte su viaje, una aventura –gráfica para el espectador– que remonta las caudalosas aguas de la principal línea fluvial de la región hasta el glaciar de Gangotri, en el Himalaya. Desde allí, la vida parece transcurrir de un modo distinto. El ruido ha dejado paso al silencio de las montañas, interrumpido solo por «las campanas y los cánticos de los peregrinos».

Grupos de turistas visitan los aledaños del Taj Mahal, en Agra. LUIS SÁEZ

'Ganges, el río sagrado' es la muestra fotográfica que, hasta el próximo 18 de abril, acoge el Museo Arqueológico de Murcia (MAM) en su sala de exposiciones temporales. Da cuenta del proyecto documental realizado por Sáez en torno a este lugar, caracterizado, describe el fotógrafo murciano, también pintor, «por su alta concentración de espiritualidad», algo que a él le «chocó» y «apasionó» a partes iguales.

Sáez viajó por primera vez a la India en 1997. Entonces se prometió no volver, pero regresó en 2013. Dos años después repitió experiencia, esta vez con la intención de capturar con su cámara todas las estampas y escenarios que le ofrecerían las tierras bañadas por el Ganges, propósito que le llevó de nuevo al país asiático en 2016 y 2017 para completar el peregrinaje.

Numerosas personas guardan cola en las inmediaciones del templo de Kali, en Calcuta. LUIS SÁEZ

Con inicio en Calcuta la muestra avanza por Benarés, Boadhgaya, Agra, Fatehpur Sikri, Delhi, Haridwar y Rishikesh, ciudades todas plagadas de «color, aromas y ruido», y al mismo tiempo de gran «religiosidad», aunque no solo hindú. En torno al Ganges, conviven, explica Sáez, hindúes, musulmanes, budistas, cristianos y «un montón de religiones». Sus fotografías son testimonio de esa mezcolanza visible a cada paso: «En cualquier lugar puedes encontrar un altar o una ofrenda floral», apunta el artista de una región «hipersensorial» y con «una superestimulación que te machaca las percepciones».

Lo comprobó en Delhi, una ciudad, confiesa, que «puedo amar y odiar al mismo tiempo». «Tiene –dice– la atracción un poco loca de las grandes urbes y a la vez es una capital muy dura donde viven más de veinte millones de personas. Imagina a toda esa población pitando por las calles o deambulando por la ciudad...».

Un hombre sumerge pies y manos en las aguas del Ganges. Un sadhu o monje hindú descansa sobre unas escalinatas. LUIS SÁEZ

En el lado opuesto, el Himalaya, donde «aunque todavía encuentras peregrinos, la concentración de personas es mucho menor. Allí el viaje es más íntimo, y también la aventura; es más difícil encontrar un medio de transporte para moverse y la experiencia marca más».

De su periplo por este gran valle, la exposición en el Arqueológico recoge diversos objetos, prendas textiles, fotografías personales y tres bocetos a color realizados por el propio Sáez frente al glaciar Gangotri. «En la última parte del viaje se me rompió la cámara y no pude fotografiar los tramos finales del río», dice.

En Madrid

Murcia es la segunda ciudad que exhibe el trabajo de Sáez, ya mostrado en Madrid, en el Museo Nacional de Antropología, donde se pudo disfrutar entre octubre de 2019 y febrero de 2020, acompañado de un variado programa de actividades. «Cuando viajas –observa el autor– te das cuenta de que la cultura es como una piel; el occidental tiene una, el hindú otra, y el chino otra, pero el ser humano es el mismo, y todos tenemos las mismas necesidades y emociones en cualquier lugar del planeta».

La India es solo uno de los países que Sáez ha recorrido con su cámara. En 2016, presentó en el Museo del Teatro Romano de Cartagena 'Kashgar', una exposición sobre esta región china que también llevó al Museo Siyâsa de Cieza. «Mi pretensión –cuenta– es mostrar la variedad del mundo».

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