La cantaora sevillana Remedios Amaya. Nacho García/ AGM
Cantaora

Remedios Amaya: «Me han mirado mal por ser gitana, pero a mí eso me ha importado tres pepinos»

La artista sevillana, una de las figuras más respetadas por los aficionados, llega este viernes a la 31 Cumbre Flamenca de Murcia

Jueves, 22 de febrero 2024, 01:11

Queda ya tan lejos como Neptuno su pasó por Eurovisión, descalza e inocente. Así son las cosas: 'Quién maneja mi barca' no consiguió ni un solo voto, pero ella remontó el naufragio, se reinventó, maduró, se tornó poderosa. Durante esta entrevista está exultante, derrocha buen ... humor, habla por los codos y da gracias a Dios por la felicidad de que disfruta. No ha hecho más que agrandar su arte desde que publicó 'Remedios Amaya' (1978). La cantaora, sevillana nacida en 1962, participa este viernes –en el Teatro Circo Murcia (TCM), a las 20.00 horas–, en la 31 Cumbre Flamenca de Murcia, cuya dirección artística está al cuidado de Antonio Parra, que cuenta con Antonio Montoya en la producción. Amaya, que comparte cartel con Reyes Carrasco, llevará a las palmas a tres mujeres de su total confianza, y estará acompañada a la guitarra por El Perla, «al que cuando lo escuchas tocar, te lo juro que te crees que están sonando cuatro guitarras». Javier Limón, compositor y uno de los productores musicales históricos de este país, con once Latin Grammy y más de veinte discos de oro y platino a lo largo de una trayectoria plena de éxitos, es uno de los incondicionales de su cante, que puede ser dinamita pura o un festín de campanas. Prepárense: soleá, tango, bulería.

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–¿Qué refrán le gusta?

–¡Uy, cariño! Ese que dice que nunca es tarde si la dicha es buena. Ea, pues eso mismo digo yo. Yo hace muchos años que estoy ya de vuelta de los desengaños y de los palos que también te da la vida.

–¿Hoy qué tiene claro?

–Sé perfectamente lo que quiero y lo que no quiero, y estoy dedicada en cuerpo y alma a mi cante y a mi gente.

–¿Qué no hace como artista?

–No canto lo que no quiero y se ha terminado, bastantes cosas tuve que hacer al principio que no me apetecían. Pero me planté, sólo canto lo que me sale del alma.

–¿Su gran certeza?

–Yo nací para cantar y me moriré, cuando Dios quiera, cantando. Mi madre me dice: 'Tú saliste de mí, mi 'arma', moviendo ya los brazos como una artista'. El cante lo llevo en mi sangre, porque el cante no se aprende, con el cante se nace, aunque luego vas aprendiendo, vas sabiendo más, teniendo experiencias, ¿tú me entiendes? Pero artista se nace o no hay nada que hacer.

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–Sus padres.

–Mi padre fue bailaor y trabajó con las mejores artistas de España, con Lola [Flores], con Carmen Sevilla, con La Contrahecha...; y mi madre, que ha sido siempre una mujer de su casa, ha cantado toda su vida maravillosamente, pero en su casa, en las Nochebuenas, en las bodas y los bautizos gitanos; una maravilla cantando, como también cantaba su madre, mi abuela Antonia, que tampoco era ni artista ni nada, pero se ponía a cantar y eso era una fiesta. Yo he nacido con esa genética, ¿tú me entiendes?, y desde chiquitita estaba siempre cantando, desde que me levantaba hasta que me acostaba.

DESTINO

«Lo llevo en mi sangre, porque se nace con él; si a mí me quitan el cante yo me muero de pena»

–El paso del tiempo.

–Escúchame una cosa, Antonio, yo estoy muy contenta de estos 61 años que tengo, con once nietos de mis tres hijos. Soy una abuela maravillosa [ríe]. Pero hay algunos momentos, compañero, cuando ves los vídeos y las fotos de tu juventud, que dices, 'mecachi en los moros', hay que ver, pero sí es que hace muy poquito tiempo que yo tenía 20 años, 30 años, 40 años, pero si es que parece que fue ayer cuando fui a Eurovisión, mi 'arma', pero hace una eternidad [risas]. Los años vuelan, pero yo he tenido una juventud preciosa, y luego fueron llegando mis niños y haciéndome muy feliz. Y tengo a mis padres vivos, y me siento muy orgullosa de la familia de la que vengo, muy humilde y muy trabajadora, y ante todo buenas personas, gitanos buenos, porque yo estoy muy orgullosa de ser gitana, de mi raza, de nuestros valores, ¿tú me entiendes?

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–¿Ha vivido usted algún episodio racista?

–La verdad, Antonio, mi 'arma', es que a lo largo de mi vida claro que me he encontrado a gente que me ha mirado mal por ser gitana, por el simple hecho de ser gitana y no paya; pero a mí eso me ha dado exactamente igual, a mí eso me ha importando tres pepinos. ¿Y sabes por qué?, porque yo me he criado tan feliz, en un barrio de Sevilla, rodeada de gitanos y también de payos buenísimas personas, ¿tú me entiendes? A mí, mi madre me mandaba a la casa de la señora Rosa a pedirle un tomate, que me llamaba 'la cantaora' y me decía que yo era la alegría del barrio [ríe], y al día siguiente la señora Rosa se presentaba en nuestra casa a pedirle a mi madre otra cosa que le faltaba para el puchero. Payos y gitanos en armonía, respetándonos todos, Antonio de mi corazón, que eso es lo más bonito del mundo: la armonía, ser una persona buena y hacer el bien todo lo que esté en tu mano. Porque otra cosa que tengo yo muy clara es que nadie es más que nadie y que todo el mundo tiene su corazoncito. Yo ahí muero, con las personas nobles y buenas. ¡Fuera las personas feas por dentro, fuera las malas vibraciones que dejan por donde pasan! Yo quiero personas positivas, personas alegres, ¿tú me entiendes?

FAMILIA

«Estoy muy contenta de estos 61 años que tengo, con once nietos. Soy una abuela maravillosa»

–¿Cómo ve Remedios Amaya el panorama actual del flamenco?

–[Piensa la respuesta] Hombre, Antonio, mi 'arma'...: a ver, por desgracia, el flamenco puro que ha asistido, el que yo he vivido, ¿vale?, pues hoy por hoy ya no existe. Toda aquella pureza ya no existe, porque se han muerto todos los mejores y todas las mejores, ¿vale? Yo no puedo decir, ¡Dios me libre!, que no hay ahora artistas buenos. A mí me encanta que las personas evolucionen, pero sin perder sus raíces, ¿vale, cariño? Y hoy cuesta un poco, ¿sabes lo que te digo?, escuchar a un flamenco y decirle '¡Ole la madre que te ha parido!'. Ahora, por supuesto que sí que hay artistas muy buenos: yo muero, Antonio, con los 'farruquitos', con el baile del Juanito, con el cante del Duquende, me gusta mucho la Niña Pastori, me encanta El Cigala, y hay una nieta de Fernando Terremoto, María Terremoto, que promete muchísimo; esa niña va a ser como una Paquera de Jerez.

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Camaronera

«Y otro niño que me gusta también mucho como canta es Alonso Rancapino, mi Aloncito, y también Antonio Rey, e Israel Fernández [abrió la Cumbre de Murcia, en el Auditorio Víctor Villegas, el pasado 2 de febrero], que canta muy bien y como persona es para comértelo. Y me gusta mucho Tomate, y muero con Vicente Amigo, y hay que darle gracias a Dios porque tenemos a esa gran bailaora que es Manuela Carrasco. Pero ya no están vivos los que eran la fuente maravillosa de la que yo he bebido: la Fernanda y la Bernarda [de Utrera], la Perla de Cádiz, Chocolate, Terremoto, el Tío Borrico, Camarón de la Isla, ¡porque yo soy camaronera, Antonio querido!».

–Su voz.

–Está perfecta, cariño. Y he pasado por cositas, alguna muy malas, pero con la ayuda de Dios y con la de los médicos, que me cogieron a tiempo, ahora estoy estupendamente. Pero ya me veía yo, ya me veía... ¿tú me entiendes? Soy una mujer de mucha fe, yo amo a Dios sobre todas las cosas. Y llevo una vida muy sana, muy tranquilita, hago mi deporte, me gusta levantarme tempranito y llevar a mis nietas al colegio, ¡y mi cante! Si me quitan el cante yo me muerto de pena.

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–¿Ha escuchado 'Zorra', la canción que representará a España en el próximo Eurovisión?

–No.

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