La 'reina' de La Almoloya vuelve a revolucionar la Prehistoria

La primavera pasada, un estudio publicado en la revista científica 'Antiquity' revolucionaba todos los rincones del mundo científico al revelar que la tumba doble 38 del yacimiento argárico de La Almoloya (Pliego) era la más rica y relevante de la Edad de Bronce Antiguo (2200-1500 a.C.) hallada hasta la fecha. Encontrada bajo lo que los investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) consideran la Sala de Audiencias de un palacio en el poblado de La Almoloya, contenía más de 30 objetos de metales y piedras preciosas, como una daga con remaches de plata, un punzón de cobre con un mango de plata, un collar de cuentas de piedras semipreciosas y de ámbar del Báltico, un vaso cerámico chapado en plata y un rico conjunto de alhajas de oro y plata, entre el que se hallaban varios dilatadores de oreja, anillos, pendientes y, sobre todo, una diadema de plata pertenecientes a una mujer de unos 25 años. Casi la totalidad de estos objetos estaban asociados a la mujer, lo que apuntaba, según explica el codirector de la excavación Vicente Lull, a que la citada 'reina' ostentaba un gran poder político y simbólico hace ya 4.000 años.

Precisamente esta circunstancia fue la que convirtió el hallazgo del yacimiento argárico murciano en centro de atención de medios de todo el mundo, como 'New York Times', 'The Guardian', 'Le Figaro', 'Der Spiegel' y 'National Geographic', que se lanzaron a proclamar que en la Edad del Bronce Antiguo, en el sureste peninsular, las mujeres llegaron a ostentar el máximo poder, como también contó LA VERDAD, en una de las civilizaciones más destacadas de la Edad de Bronce en Europa. Este descubrimiento científico «generó un enconado debate que enfrentó la figura de una mujer empoderada, probablemente la mandataria de una sociedad tan importante como la argárica, a los tópicos patriarcales y a sus defensores a ultranza», describe Lull, coordinador de la investigación, ahora que se aproxima el 8M.

Durante sucesivas campañas de excavaciones, los arqueólogos también dieron en las inmediaciones de la tumba 38 con un enterramiento de dos niñas. La menor de ellas resultó ser hija de la 'reina' y de su acompañante funerario, pero la mayor lo era solo del hombre, lo que despertó la curiosidad de los científicos por descubrir cómo se organizaba la sociedad argárica y cuáles eran sus relaciones de parentesco. Precisamente un estudio genético, realizado en colaboración con el instituto Max Planck de Alemania y otras instituciones, publicado recientemente en la revista 'Science', desvela datos de 136 habitantes prehistóricos de la Península Ibérica, que vivieron entre la Edad del Cobre y la Edad del Bronce –«un momento de importantes cambios sociales y económicos, especialmente en el sur peninsular», apunta Eva Celdrán Beltrán, codirectora del proyecto–: 68 de ellos pertenecientes a La Almoloya: «El conjunto de resultados de ADN antiguo más numeroso de un mismo yacimiento en todo el mundo», presume Eva.

Los datos publicados vienen a confirmar que la sociedad argárica es patrilineal y patrilocal, «que significa que la transmisión de linajes se produce entre hombres, de padres a hijos, y, de hecho, se encuentran relaciones genéticas entre distintos hombres enterrados en La Almoloya. Lo divertido y lo bonito es que, pese a ser una sociedad patriarcal, algunas mujeres ostentaban el máximo poder», señala Lull y explica que, ya a finales del pasado siglo XIX, se encontraron diademas de plata, acompañadas de abundantes ajuares, en cuatro mujeres del poblado de El Argar, a un centenar de kilómetros al sur.

Además, el estudio comparado de las diademas de plata de El Argar y La Almoloya ha demostrado que son muy similares, algo que sugiere su fabricación en un único taller de orfebrería. Este tipo de objeto constituye «un claro emblema de poder», siendo la diadema de La Almoloya la única que se encuentra en España, concretamente en el Museo Ciudad de Mula. «Las demás están repartidas por distintos museos europeos», apunta Eva Celdrán.

El análisis genético de los restos de La Almoloya ha permitido sugerir que la sociedad argárica practicaba probablemente la exogamia femenina o, lo que es lo mismo, que, dada una cierta edad, las mujeres se trasladaban a otros poblados cuando se 'casaban'. Algo que los científicos deducen del hecho de que no se haya encontrado, por ahora, ninguna relación familiar biológica entre las mujeres adultas del mismo poblado analizadas en el estudio, va aclarando Eva Celdrán. Y cita que uno de los cuerpos masculinos es, según los primeros resultados, el padre de una de las mujeres enterradas en el yacimiento argárico de las laderas del Castillo de Lorca, «aunque esta circunstancia está en proceso de corroboración».

¿A qué edad se iban las mujeres de sus poblados para contraer alianza con un hombre de otro poblado? Esa es una de las cuestiones que los investigadores de la UAB tratarán de dilucidar en la siguiente campaña de excavaciones, que comienza el próximo 2 de mayo y que se prolongará hasta finales de junio en La Almoloya. Igualmente, apunta Lull, intentarán buscar ascendientes de la 'reina', para averiguar si esta llegó desde El Argar procedente de una dinastía poderosa que conquistó el norte o, en cambio, su poder se concentraba en la actual Región de Murcia.

Otra de las incógnitas que se plantean los arqueólogos es el tipo de relación que establecían hombres o mujeres, dado el hallazgo de las hijas de la 'reina'. La mayor de ellas podría ser hija de una primera mujer de su pareja, sin su rango real y fallecida con anterioridad, o podría ser un indicativo de que los argáricos practicaban la poliginia –relación de un hombre con varias mujeres–, apuntan los científicos.

Así, durante la próxima campaña y con la colaboración del Ayuntamiento de Pliego, el equipo de la UAB espera poder sacar a la luz nuevos enterramientos que les permitan extraer conclusiones sobre las relaciones de parentesco y el origen de la élite de sus habitantes.

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