Inauguración de la exposición en Las Claras. ANDRÉS MOLINA / AGM

Los 'Reflejos del inconsciente' del pintor Tomás Mendoza

El Centro Cultural Las Claras acogerá hasta el 6 de abril la exposición pictórica del cartagenero, marcada por los límites del sueño y la realidad

Nerea Adly García

Sábado, 8 de marzo 2025, 07:47

El pintor cartagenero Tomás Mendoza (1974) inauguró el jueves en la sala Pablo Puente del Centro Cultural las Claras 'Reflejos del inconsciente', una muestra de 41 obras sobre lienzo y tabla que versan sobre lo imaginario, la irracionalidad o el sueño. Es la primera muestra surgida de la 'Convocatoria de Proyectos de Creación Artística 2025' de la Fundación Cajamurcia, creada con el objetivo de difundir y poner en valor la obra de artistas murcianos o residentes en la Región. El universo pictórico del creador, marcado por su onirismo vibrante, podrá ser visitado hasta el 6 de abril. «La gran mayoría de los cuadros son de formato pequeño. En esta exposición reflejo los temas recurrentes que han cubierto mi obra en general, pensamientos del sueño mezclados con la vigilia, el sentido de la vida, de la muerte, el destino, el paso del tiempo... Todo eso junto a un estilo propio, marcado por los colores y una figuración que no es perfecta. Siempre he intentado buscar respuesta a mis preguntas, y después de 25 años en esto no he conseguido ninguna», reflexiona el cartagenero, que propone un viaje a través de su mundo imaginario mediante elementos que construyen narrativas paralelas y reflejan su percepción del mundo. «Entre ellos, los clavos, su primer emblema, evocan la fijación del tiempo y la memoria. La presencia del 'horror vacui', con composiciones densas y vibrantes, refleja la necesidad de abarcarlo todo, de registrar cada instante. Las ramas de árboles, inspiradas en el artista canario Óscar Domínguez, nos hablan de una dualidad: lo terrenal y lo celestial, lo tangible y lo etéreo», detallan las comisarias de la exposición, Eugenia Hernández y Ana Ruiz.

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Los relojes, omnipresentes en su obra, remiten a su historia familiar ligada a la relojería. Son testigos del tiempo que se escapa, de la prisa, de lo desaprovechado. En su universo, las escaleras recuerdan a las de Jacob, sirviendo de nexo entre mundos, conduciendo a nuevas dimensiones. Los peregrinos, a veces espectrales, simbolizan la búsqueda constante, la exploración de lo desconocido.

La muestra refleja el compromiso del artista con una pintura que trasciende la representación para convertirse en una experiencia sensorial y conceptual. Su paleta de colores vibrantes y la amplia gama cromática que utiliza otorgan a cada obra una energía singular, así como gran expresividad y dinamismo. A través de un trazo minucioso y composiciones llenas de detalles, se plantea una reflexión profunda sobre «la relación con el tiempo, los recuerdos y aquello que se escapa a nuestra comprensión».

«25 años más»

Aunque el pintor solo espera que «cada uno interprete lo que el cuadro le sugiere, no me gusta mucho explicar el arte», dice el artista, que da gracias a la vida por haber podido dedicarse durante 25 años a la pintura, «con lo difícil que es, solo espero poder seguir 25 años más», desea el cartagenero que confiesa que se siente un «privilegiado» por poder exponer su obra, un universo pictórico donde los limites entre realidad y sueño se diluyen.

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