Ramón Avilés: «Algunos se pasan alimentando el ego en las redes sociales»

«Lo leí estando malo en la cama cuando tenía catorce años. Nunca superé que en su adaptación al cine Atreyu tuviese sombra de bigotillo. También me aficioné a la lectura con la colección de 'Alfred Hitchcock y los tres investigadores', que recuerdo se llamaban Jupe, Pete y Bob».

«La vi de crío en pantalla grande y me encantó. Estuve días soñando que era aventurero y encontraba el diamante dentro de una tarta. No puedo elegir una sola película, igual que no se puede elegir entre papá o mamá. Por géneros, soy muy fan del terror. Hace poco revisé 'El exorcista' por décima vez».

«Me reconforta subir al faro de Mazarrón en invierno o pasear por el barrio medieval de Caravaca de la Cruz hasta el santuario bajo el frío del Noroeste. Recomiendo conocer bien nuestra región; muchos murcianos no lo hacen. En cuanto al exterior, Oporto y Florencia tienen algo mágico. Me quedan tantos viajes por hacer que no sé si me dará la vida, pero espero visitar la cancha de los Lakers antes de la llamada del Altísimo».

«Ahora dedico tiempo sobre todo a Instagram y LinkedIn. Bien utilizadas son una gran herramienta de comunicación personal y profesional, aunque algunos se pasan alimentando el ego y resultan muy cansinos. Las redes ayudan a proyectar cualquier cosa, sea cierta o no, con facilidad y rapidez. Y en eso radican su virtud y su defecto».

«Hay bastantes sitios de Murcia donde hacen las marineras y el pulpo al horno muy bien. El tapeo me sabe mejor con los amigos y la familia, en especial con mis hijas, Blanca y Carolina. Me gusta ir a Nukka, una gastro-cervecería que queda cerca del trabajo, donde me tratan como en casa».

«Fue muy atrevida en su tiempo. Afrodita A lanzaba sus pechos como misiles. La última serie que me encantó fue 'Vivir sin permiso', y guardo buen recuerdo de 'Hannibal'. Me gustan las series cortas. Las plataformas han provocado que se multiplique tanto la oferta que lo normal es que me quede dormido eligiendo qué ver».