La historia de Raimundo González y Ramón Gaya es la historia de una sólida amistad, donde hubo respeto y admiración mutua. Fruto de esa amistad es la actual exposición del Museo Ramón Gaya, inaugurada por el propio Raimundo. Un día muy especial donde pudo ver ... reunida toda la obra que le regaló el pintor murciano. Fue su última aparición pública, pues nos dejaba un 2 de abril con 98 años.
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El Museo muestra al público por primera vez las 21 pinturas de Ramón Gaya de la colección de Raimundo González Frutos (9 de ellas inéditas). Unas obras regaladas por el pintor al cocinero y que dan testimonio de esta preciosa historia de amistad que merecía ser contada y no caer en el olvido.
Raimundo González Frutos (1925-2024) fue fundador y jefe de cocina del mítico restaurante y hotel ‘Rincón de Pepe’, un local que situó a Murcia en el mapa de la gastronomía internacional, llegando a tener una estrella Michelin (y rechazando la segunda al no querer reducir la carta como le pidieron). Raimundo recorrió la Región de Murcia buscando por cada pueblo o aldea a «esa mujer de cada sitio que lo mismo atiende a un parto que te hace una tarta o un guiso, desde gallina en pepitoria a perdices con habichuelas. Luego yo adaptaba esa receta y la hacía a mi gusto. Mi mujer, cuando al acostarme se quedaba mirando al infinito, decía ‘mañana plato nuevo’». Su mujer, Encarna Molina, es otra pieza decisiva en esta historia.
Dieron de comer a personalidades tan conocidas como Orson Welles «que siempre pedía paletilla de cordero lechal asado a la murciana, se comía dos y de postre decía que le pusiese otra», en palabras del propio Raimundo. Entre otros destacados habituales estaba Ramón Gaya. Primero como cliente del restaurante y más tarde como huésped de la suite 501.
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Ramón Gaya, a su vuelta a Murcia en los años setenta, solía alojarse en el Hotel 7 Coronas, en la habitación 101, desde donde veía todo el 'skyline' de la huerta y la sierra. Un día Raimundo le invita a ver la habitación 501 del renovado Rincón de Pepe desde donde se ve la torre de la catedral. A partir de entonces se alojará allí el pintor.
Manuel Fernández-Delgado (amigo del pintor, fundador y director del Museo Ramón Gaya hasta 2018) recuerda la suite 501: «Tenía un saloncito. Al lado de la cama una pila de libros. Ramón hizo suya la habitación. Al poner unas rosas -a Ramón le gustaba cuando la rosa empezaba a marchitarse-, poner unas copas, tener unos libros puestos... todo eso hacía que aquella habitación impersonal de un hotel se convirtiera en el Rincón de Ramón Gaya».
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En esa misma habitación el matrimonio Gaya pasaba semanas enteras, recibían a muchos amigos. Allí grabó el fotógrafo Juan Ballester el audio del ‘Diario veneciano’ recitado por el pintor y que más adelante sería central para el cortometraje del cineasta Gonzalo Ballester nominado a una Goya, ‘La Serenissima’.
Isabel Verdejo y Ramón Gaya comían y cenaban en el restaurante (los camareros se peleaban por servirles, pues dejaban unas propinas muy generosas). Encarna o Raimundo solían sentarse en la mesa con ellos y con los amigos que los acompañaban ocasionalmente: Pepe Rubio, Eloy Sánchez Rosillo, los Pre-textos de Valencia (editores de todas la obra escrita de Gaya), Andrés Trapiello y Miriam Moreno, Juan Manuel Bonet, Soledad Martínez, Manuel Fernández-Delgado y su mujer, Carlos Egea... Ramón lo hacía como si estuviera en su casa.
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La intención de pagar por parte de Ramón siempre caía en saco roto. Raimundo no aceptaba. El pintor halló en su pintura una forma de agradecer tanta generosidad. Así, con el paso del tiempo, fue regalando obras muy buenas y significativas; óleos grandes, fuera del tamaño habitual del pintor. Era una especie de trueque. Un acuerdo no firmado entre amigos.
Años más tarde el Rincón de Pepe cambiará de dueños. Ramón se trasladará al hotel NH, a la suite Granada, donde vuelve a tener el ‘cuadro dentro del cuadro’ desde su ventana: primero fue el 'skyline' de la huerta, luego la torre de la catedral y por último el jardín de la pólvora (jardín cuyo nombre sirvió de título para uno de los diarios de Andrés Trapiello).
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El 23 de noviembre de 2023 se cumplía un año de la muerte de Encarna Molina; ese mismo día se inauguraba esta exposición que arrastra tras de sí esta preciosa historia y que el Museo ha decidido prorrogar en homenaje a ellos.
Raimundo González Frutos posaba esa mañana tan especial junto al que decía ser su cuadro favorito de Gaya: ‘Alegoría al río Segura’, que servía de cabecero en la cama de matrimonio.
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