No te quiero transparente
Mesa para cinco ·
Columna dedicada a Javier Moreno y su libro 'El hombre transparente'Mesa para cinco ·
Columna dedicada a Javier Moreno y su libro 'El hombre transparente'No te quiero transparente. Quiero tu misterio. Quiero tus secretos. No te quiero transparente. Quiero algo turbio. Tierno. Complicado. Contradictorio. Bello. Vivimos en la sociedad de la transparencia. Llena de seres humanos transparentes. Lo contamos todo. Lo exteriorizamos todo. Todo lo nuestro es fotografiado y ... expuesto. Todo extimidad. Nada íntimo queda. Nada oculto queda. Todo a la luz. Los seres opacos son/somos sospechosos de defraudadores, de ocultar maldad. Si te vas de la red ocultas algo, malvado. Si te vas de la sociedad transparente ocultas algo, ladino. Pero yo te quiero adivinar en la oscuridad. Donde somos duda y deseos que van y vienen. Ponga aquí sus cuentas transparentes. Otra gran mentira. Ponga aquí sus diez discos favoritos. ¡Ya! Monitorice sus respiraciones. Sea claro. Suba el dibujo del itinerario de los cinco kilómetros que ha corrido hoy por la ciudad. Que vea bien por qué calles ha pasado. A qué hora. A qué velocidad. Sus pulsaciones. ¡Transparencia señores!, se gritan los políticos. Claridad. Decisión. No te quiero, amor, sociedad, transparente. Quiero tus costuras. Donde te doblas. Donde quién sabe qué pensarás. Yo me dudo de continuo. Inquebrantable en mi duda y mi contradicción. Y me quiero así. Te quiero así. Sin certezas. La gente te dice que tienes que poner el google maps porque vas a llegar antes. Mejor. Más barato. Más directo. Más claro. Más fácil. Y si no quieres verlo estás loco. Y así vamos. Directos hacia la claridad. A la luz, Caroline. Pero esta idea de Poltergeist y la cita de Caroline hacia la luz tal vez sea muy boomer. No es clara. No vale. Y entonces llegamos al tema del arte. A la escritura. A la pintura, al cine. No hay tiempo de metáforas ni dobles lecturas. Me dicen mis editores de Warner cuando les mando canciones para otros que esa frase no es clara. Que puede tener muchas lecturas. Que hay que ser más conciso. Más concreto. Más sencillo. Sencillez. Claridad. Transparencia. Lo otro es inconsumible. No lo dicen pero lo piensan. Transparencia es consumición. Si escribes fácil se consume fácil. Si compones fácil, fácil te escucharán. El misterio, la metáfora, el doble sentido, la duda, todo eso es el mal. Es lo otro. Es el enemigo. En la transparencia todo somos amigos. No tenemos nada que ocultar. Si ocultas algo eres nuestro enemigo. Si dudas. Si no estás en nuestro lado. En nuestra app. En nuestra web. En nuestra plataforma. Hay una plataforma. De salvamento. Transparente. Y puedes estar aquí, a la luz del helicóptero que nos ilumina y nos va a salvar. O abducir. O puedes estar en el mar oscuro y embravecido de la duda y la ocultación. Tú eliges. Pero amor, yo te quiero mirar a través del cristal empañado de la ducha. Podríamos ser cualquiera. No veo tus manos. Tus manos son tuyas. Haz con ellas lo que quieras. Déjame soñar. Tampoco es tiempo de sueños. No se pueden vender los sueños, computar, contabilizar, exponer. Se olvidan al poco tiempo de despertar. Son humo. No hemos creado esta fantástica sociedad transparente y comercial para que vengas a vender humo. Pero amor, yo quiero que seamos humo, y uno y trino, ya sabes, los misterios. Un elogio del biombo. No saber qué llevas, ni donde compras, ni qué te ha costado, ni que tu ropa mida el nivel de glucosa de tu sangre. Invocan la salud. ¡Yo invoco la vida! ¿Quién gana? Ellos. Pero mientras yo seguiré recordando que hubo un tiempo donde lo atractivo, lo bello, lo sugerente, lo absolutamente irresistible, era el misterio. El erotismo. La incertidumbre. Todas esas palabras que hemos desterrado en pos de la transparencia, los datos, la medida exacta de nosotros mismos, continua, de nuestros humores, de nuestros deseos cuantificados y ponderados de manera perenne. Hubo un tiempo en que las cartas tardaban días en llegar. Existía un limbo de horas, tal vez semanas, en el que mi mensaje de amor, o de odio, o de esperanza viajaba. Tenía un tiempo. Una vida. No era inmediato. Y ese tiempo, tal vez fuera la vida real. Decía Lennon, si es que lo dijo alguna vez, que la vida es lo que pasa mientras vivimos, pero tal vez la vida es lo que pasa mientras las cartas llegan. Ahora todo es información inmediata. Todo es transparente. Todo está claro. Y permíteme amor, que te diga, que todo es mucho más aburrido. Que te quiero libre, oculta, contradictoria, persona, sociedad, extraña, secreta, perdida, real. Algo real. Algo turbio. Algo que no sea transparente. Una sonrisa, una duda. Una puerta sobre la que poner la oreja, y escucharte al otro lado murmurar.
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