La pasión

MESA PARA CINCO ·

Domingo, 31 de octubre 2021, 08:15

Sin pasión no. Sin pasión no juego. Si pasión no me echéis la pelota que no va conmigo. Entiendo que uno quiera tranquilidad vital. Entiendo que uno quiera vivir en un estado de reposo y contención. Yo lo quiero en mi vida. Quiero ver crecer ... el jardín y que mis niños del futuro chafen las azaleas con la pelota que le han traído los Reyes. Yo quiero eso. Yo quiero la seguridad de que no me va a faltar. De que no voy a estar al borde. De que vamos a salir adelante. Quiero abrazar y ser abrazado y esperado y llegar. Y estar de vuelta y poco tiempo lejos. Pero en el arte no. En las canciones no, por favor. Sisplau. Plis. No. Que me bajo del barco. Me tiro del tren. Me cuelgo del árbol. Si en la canción no mueres, si no te rizas, si no te erizas, si no te desangras y te armas hasta los dientes, si el verso no te desvela, si el giro melódico no es a vida o muerte, no lo hagas. Entrega las armas, rinde los bolis, cierra los pianos, apaga los motores y reinicia el Mac. Ya está. No sigas. Si no quieres morirte conmigo en un escenario, si no quieres volcarte en la arena y recibir a ciegas, si nunca tienes miedo, si no te tiembla el pulso antes de apretar la tecla, tu camino no vale. Valdrá en la vida, pero no en el arte. «Uy Aarón te vas a meter en el tremendo berenjenal de decir lo que es arte y lo que no». Sí, ¿qué pasa, algún problema? El arte es lo que hace que te pongas tú mismo los pelos de punta y no sepas si gritar o llorar cuando un verso te molesta, te pincha, te hurga en la cabeza y te hace dudar de ti, de lo que haces, de lo que cantas o de lo que pintas o de lo que demonio quiera que hagas para sentirte real.

Publicidad

Harto

Lo otro es vivir y está bien, es pagar la contribución, quejarte de los recibos, visitar a la familia, estar en la sociedad, prosperar, muy bien, fantástico, ahí estamos todos. Pero en la música no. En el cine no. En la pintura no. ¿Era esa de verdad la mejor palabra, el mejor plano, el mejor color, era eso lo que necesitabas sacar de dentro? No, ya está bien. Estoy harto de ver a músicos montar empresas, a pintores montar agencias, a poetas escribir discursos. Nos dicen que tenemos que ser emprendedores, gestores culturales, firmantes de contratos, asesores de nuestra propia imagen, consultores autocorrompidos, y así, solo entonces, podremos decir que nuestra empresa cultural funciona. ¡Matadme si me veis ahí! Con pistolas, con palos con clavos oxidados.

Antes de seguir adelante, piensa si le estás poniendo la vida y la muerte, y si lo estás haciendo, aunque solo sea por un segundo, con auténtica pasión

Porque si no te rompes en una hoja en blanco, si no te lanzas desde una torre a un lienzo vacío para jugarte la vida, para romperte los huesos y contar cómo hacen 'crack', deberías hacer otra cosa. Otra cosa. Otra. No pasa nada. Hay mil y son maravillosas. Pero arte no. No canciones vacías. No películas sin alma. No versos con calculadora. Si tu misión no es hacer bailar a millones como si fuera una danza diabólica de conexión cósmica, si tu pasión no te hace escribir una palabra exacta que te retuerza por dentro, para. Stop. Para, en serio. Para. Ahora mismo. No juegues al arte como si te hubieran dado un juguete, un Quiminova o un modelo de negocio. Qué asco. De verdad qué asco. Qué pena. Admito la falta de pasión en la vida. La entiendo. Comparto, como dije antes, la búsqueda de la estabilidad y el sosiego. Pero en el arte no. Mátame. Miénteme. Hazme llorar. Llévame a dónde no esperaba estar. Convénceme. Sé exagerado. Sé excesivo. Rompe. Rasga. Reacciona, ¡maldita sea!

Ya no tengo edad

Ya no tengo edad para la farsa. Para la falta de pasión. Para quien no ponga el alma en cada segundo de su arte y de su creación. Para quien no se bata en duelo por defender la sílaba correcta que cierra la imagen y colorea la mirada exactamente de la forma que tú querías contar. No hagas más canciones en las que no te vayas a matar. Ya no me creo esa historia. Ya no pienso jugar a esas cosas, nunca más. Mírate dentro, un segundo, antes de untar el próximo pincel, revisa un instante tu afán antes de coger esa caja de ritmos, toma aire frente a tu teclado, y antes de seguir adelante, piensa si le estás poniendo la vida y la muerte, y si lo estás haciendo, aunque solo sea por un segundo, con auténtica pasión. Si alguna vez la sentiste, por dios, sabes de lo que hablo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€

Publicidad