Óscar Seco expone en T20 la muestra '#vamosamorirtodos'

«La ironía puede ser una cómplice transgresora del arte. En muchos aspectos, es la que despierta una chispa de gracia dentro del mundo canónico de la pintura y la densa visualidad a la que estamos sometidos», indica el comisario independiente, crítico e historiador del arte especializado en estudios visuales Óscar Manrique a propósito de '#vamosamorirtodos', que exhibe una serie de obras en las que el humor y la reapropiación se convierten en elementos fundamentales de un juego al que todos estamos invitados a participar.

«Su ya conocida defensa de lo trivial y la consideración de lo 'no importante' como una postura política frente a la tematización del arte», explica Manrique, «crean un espacio ambiguo y desconcertante en sus lienzos, un mosaico de ficciones sin jerarquías, que refleja una cultura sin límites creativos». «En este espacio», precisa, «coexisten cuadros barrocos, fotografías de guerra, superhéroes del cómic, monstruos del cine y numerosas criaturas que ya forman parte de una iconografía personal y poderosa». «De este modo», prosigue, «con la sutil gracia de un demiurgo acostumbrado al juego, Seco se apropia de estas imágenes y las combina con otros signos para generar una gran variedad de sentidos, creando nuevas metáforas y anulando en cierta medida la referencia prestada.

Y así, «estos 'préstamos' pierden su carácter hermético al convertirse en elementos lúdicos, abandonando cualquier ilusión de realidad ficticia o nostalgia social». Simplemente, «formarán parte de una superficie pintada que amalgama diversas experiencias, tanto cotidianas como simbólicas o artísticas».

La energía que fluye en todas las composiciones de Óscar Seco es «el fruto de un lenguaje eléctrico que abraza todas estas influencias y nos evoca las estrategias más prominentes del arte pop de la década de los 60, similares a las de figuras como Richard Hamilton o Roy Lichtenstein, quienes continuamente mantuvieron un lenguaje fresco y actualizado».

Seco aborda así el universo contemporáneo desde una perspectiva subversiva; un enfoque analítico de los sistemas artísticos que busca examinar la representación del creador en la sociedad actual, visualizándolo como un agente impulsor de estrategias promocionales, integrado plenamente en los mecanismos de nuestra cultura visual.

«Su pintura nunca aburre, a pesar de la inminente catástrofe del 'ya nada nos queda por ver'», sostiene Óscar Manrique.