

Secciones
Servicios
Destacamos
Su padre le decía: «Nene, tú tienes pájaros en la cabeza». Y él le respondía: «No, papá. ¡Yo tengo peces en la cabeza!». Blas Miras (Mazarrón, 1957) tenía cinco años, estaba en la orilla de la playa con su hermano y otros críos, «y un atardecer, casi era ya la hora de la cena, un banco de peces voladores me pasó por encima de la cabeza. Fue algo tan increíble que nunca lo he olvidado». Una escena que no ha vuelto a repetirse, y de la que quizás parta su idolatría por los peces.
Cada serie de Miras, durante más de 40 años dedicado a la docencia (en Primaria y Secundaria) y escultor, artista plástico [con más de 60 exposiciones] y escritor de literatura infantil [los dos primeros títulos, 'Por favor' y 'Gracias', fueron galardonados en Estados Unidos con el primer y segundo premio del certamen internacional Latino Book Awards 2015 como mejor álbum ilustrado con fines educativos], tiene como origen su Mazarrón natal. «Me siento muy acogido por mi pueblo, muy querido. Ojalá que algún día haya un museo dedicado a tantos artistas y escritores que encontraron allí la inspiración...».
En el Centro de Cultura Contemporánea Cárcel Vieja de Murcia expone hasta el sábado 6 de abril [gracias a la prórroga puede verse también esta semana de las Fiestas de Primavera] obras de tres series de la misma temática: el pez pato. «Un nombre que se lo puso un niño de cuatro años».
1957 Año de nacimiento de Blas Miras en Mazarrón
El lugar donde «el escultor que se iba a vivir a las nubes», según Aurora Gil Bohórquez, idea sus proyectos para contribuir a un mundo mejor. Su trabajo se encuadra dentro de un arte comprometido con la sociedad y el medio ambiente, y a su vez está dentro del arte sostenible, con la utilización de materiales reciclados, «para hacernos reflexionar sobre los modelos de consumo», dicen los comisarios, Olga R. Pomares y Juan García Sandoval.
2023 Año en que publicó 'El abeto' (Valnera)
ilustrado por Carmen Herrero un canto a los valores de la naturaleza. Y presentará este 2024 en la Feria del Libro de Madrid 'La selva que habita en mí' sobre el 'bullying' escolar. «A veces hay que dar un rugido para que dejen de molestarte».
'Peces de ciudad' es el título de esta propuesta comisariada por Juan García Sandoval y Olga Rodríguez Pomares, al cuidado de Mamen Navarrete y Mercedes Hidalgo. Hacia todos ellos, incluido el concejal de Cultura, Diego Avilés, solo tiene palabras de «muy sincero agradecimiento».
Parte de estas obras se podrán ver a partir de junio en la sala Juana Francés de Alicante, pero esta semana es la última en Murcia y Blas Miras no puede estar más contento. Hasta el sábado pasado habían pasado 5.835 personas a verla. En este tiempo ha realizado siete visitas guiadas abiertas, cuatro talleres familiares para niños y siete visitas escolares.
Este jueves, a las 19:00 horas, se ha organizado un concierto de piano a cargo del joven compositor y concertista internacional Pablo Vivancos Belmonte, y Blas Miras tiene previsto realizar las dos últimas visitas guiadas este jueves (4 de abril), a las 18 horas, y el sábado (6 de abril), a las 12 horas, como acto de clausura.
Aquí encontramos algunos hallazgos en estos últimos diez años de trabajo. Los peces fuera del agua son para Blas Miras aquellos que piensan diferente, «desde los colectivos minoritarios a los creadores de todo tipo: investigadores, músicos... los que construyen el mundo con su pensamiento y no se conforman con la realidad circundante y van más allá, y yo creo que son los que construyen un mundo más justo y solidario, un mundo mejor».
También tienen protagonismo la luna, «que representa a dónde queremos llegar, los sueños y el mundo más justo; es lo femenino, la luz, la oscuridad...», y las escaleras que ha de subir el pececito: una metáfora de las dificultades a sortear en la vida. «Hay algo del cuento del escritor danés Hans Christian Andersen 'El patito feo', solo que no se convierte en majestuoso cisne, que es algo que a mí siempre me chirrió de pequeño. A mí me gustaba ese patito gris, aventurero y trotamundos, y esa era para mí la gracia del personaje. Mi pescaíto feo se ha hecho grande, muy grande, además». De hecho, su escultura 'El pez grande ayuda al chico' tiene tres metros. 'Peces de ciudad', un grupo de piezas de aluminio, estaba inicialmente pensado hacerlo también en este tamaño, pero por razones de presupuesto se redujeron a la mitad.
«No todo el mundo tiene que ser un majestuoso cisne», reflexiona Miras. «Cuando cuento la historia, muchos niños me replican diciendo 'no pasa nada' si te quedas en un patito gris. Sería aburridísimo que fuéramos todos como majestuosos cisnes».
Miras recuerda los veraneos en Mazarrón en una barraca en los años 60. «Le llaman 'El Gachero', en la zona de la Isla, porque hay unas piedras negras, que no son piedras, sino los estériles de las minas. Ahí dejaban construir como se podía, y había unas barracas de esas típicas pintadas con rayas horizontales, y tenían lo básico: una cocina, un dormitorio y un porche. Estábamos los críos todo el día en calle. Esta es otra imagen para toda la vida».
También la chatarrería de su padre, la de Miguel Miras, «una institución allí». «Mi padre empezó en una nave pequeñita, donde yo tengo ahora mi estudio en Mazarrón, mis hermanos han tenido a bien que sea para mí. Cuando entro me vuela la cabeza. Está lleno de recuerdos». En esta chatarrería trabajaba también su tío Juan y otro operario, José Antonio, «que tenían una paciencia increíble con los críos, y yo recuerdo que salía de la escuela y me iba para allá a clasificar tornillos, metales... y me fabricaba cosas, como patines, y montaba objetos raros». Hay un cuadro de Blas Miras que contiene la esencia de Mazarrón, con arena de Bolnuevo, piedras de 'El Gachero' y una caja de tomates. «¡No le cabe ahí más Mazarrón!».
Además de su estudio en Mazarrón, tiene otro en Las Torres de Cotillas, con un pequeño jardín que ha montado con plantas que tiraron los vecinos. «Muchos veían cuatro hojas y flores marchitas y las tiraban pensando que iban a morir. En un cuento que saqué esta Navidad, 'El abeto', hablo de la recuperación de plantas. Casi todas mis temáticas giran en torno a lo mismo: salvar el planeta y ser más solidarios».
Cuando le premiaron en 2015 en Estados Unidos como mejor libro educativo habló también de la conveniencia de ser amables, de utilizar palabras mágicas con los niños del futuro, «que son los que tienen que salvar este mundo». La palabra amable abre puertas y hace amigos. ¿Cómo ve el futuro para esos niños? «Me preocupa lo que ocurre con Putin en Rusia y con Milei en Argentina. Me preocupan los extremos, porque acaban rozándose», dice Blas Miras. «Pero yo espero que los conflictos se solucionen». Cuando Miras se jubiló de la docencia lo primero que hizo fue apuntarse a la Escuela de Arte de Murcia y sacarse el título de Técnico Superior de Artes Plásticas y Diseño en Procedimientos Escultóricos, «y ahora estoy estudiando joyería. Aprender es un lujo que no deberíamos echar a un lado». Antes había hecho el Máster de Postgrado en Orientación y Mediación familiar (Universidad de Murcia). Es licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación (Universidad de Murcia), y diplomado en Profesorado de Educación General Básica (Escuela Universitaria del Profesorado de Murcia).
«Tengo muchos proyectos, muchas ganas de vivir. Me encanta la gente, ir al mercado de los jueves en Murcia. Recibir a los niños en la exposición de la Cárcel Vieja ha sido un 'lifting' para el alma, me ha rejuvenecido 20 o 30 años. Yo trabajé hace mucho tiempo con ellos. Mis amigos dicen que soy un optimista patológico, y la vida hay que afrontarla con esperanza siempre», señala pensando en Bruno, uno de tantos niños a los que 'Peces de ciudad' ha entusiasmado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Doménico Chiappe | Madrid
Javier Bienzobas (Gráficos) y Bruno Parcero
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.