María Grant y Fernando Cobos. VINYROUTE

Un refugio musical llamado Cabo Cope

Madrileño con fuertes vínculos aguileños, Fernando Cobos lidera este proyecto «diferente» que cuenta con la voz de María Grant y que busca «emocionar»; su disco acaba de lograr siete nominaciones a los Premios de la Academia de la Música

Lunes, 17 de marzo 2025, 01:27

Cabo Cope es un maravilloso refugio. Un paraíso terrenal. Un lugar muy cercano donde poder escapar muy lejos. Una de las joyas de la corona ... del patrimonio natural de la Región de Murcia y uno de los destinos favoritos de muchos amantes de la naturaleza y del paisaje, incluso del reencuentro con uno mismo y con los demás. Pero esto ya se sabía desde hace miles de años, tampoco venimos aquí a descubrir América. El caso es que Cabo Cope también era (y sigue siendo) el refugio, el paraíso y la vía de escape del mundanal ruido de Fernando Cobos, madrileño con «fuertes vínculos» en Águilas y antiguo compositor y bajista de Las Ardillas de Dakota, «el grupo que formamos los amigos en el instituto». Después de 30 años de peripecias musicales coon los colegas, Fernando Cobos parece haber encontrado su auténtica estrella polar musical en ese refugio natural que tanta paz le proporcionaba cuando bajaba a la costa murciana, a la casa familiar que aún conserva. «Mi familia paterna es de Águilas», explica. Es más, «mis padres se conocieron en Águilas y me concibieron en Águilas». No hay más que hablar. «Mi vinculación con el pueblo es absoluta».

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El nuevo proyecto de este melómano empedernido se llama precisamente Cabo Cope, y es «diferente» al concepto que Cobos y sus amigos desarrollaban en Las Ardillas de Dakota, que era «más pop-rock», define. Ya venía Fernando Cobos barruntando otras melodías y letras en la cabeza desde hacía un tiempo. Pero todo se desencadenó en el año 2023, en el pueblo madrileño de Villaviciosa, en una función de final del curso de Bachillerato de Artes Escénicas en el que estudiaba María Grant a la que, por casualidad, asistió el propio Fernando. «Era un musical que preparaban como acto final de los dos cursos. Una adaptación de 'Alicia en el país de las maravillas' en la que María actuaba como reina de corazones. Se comió el escenario», relata. «Le propuse escuchar los temas que estaba preparando, accedió y en la primera prueba que hizo con su voz se me pusieron los pelos de punta. Me emocioné mucho», recuerda. Fue tan buena aquella primera prueba –de la canción 'Vanidad', que ahora forma parte de este primer disco– que las siguientes grabaciones en el estudio no la superaron.

Para María Grant, «Cabo Cope juega con lo tradicional incorporando toques distintos, y de la mano del indie navega por diversos estilos, aportando algo diferente. Siento que Cabo Cope se centra en experimentar ofreciendo sonidos distintivos».

«Me has visto volando sobre el nido / Pero sientes que hoy va a ser distinto / Sabes que antes siempre me acercaba / Crees que me he posado en otra rama» canta en 'Vanidad' María Grant, hija de Miriam Díaz Aroca, que a sus 19 años tiene una de las voces más prometedoras de este país. «Cuando la escuché, sentí algo que no he sentido nunca con un tema mío. Y fíjese que he compuesto yo temas en más de 30 años», apunta Fernando Cobos. Y, al final, lo que el compositor buscaba con Cabo Cope era exactamente esto: «Emocionar, transmitir emociones con las canciones que yo escribo».

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El padre de Fernando Cobos fue pionero del sonido en España y fundó Musigrama: «Fue mi gurú, mi referente»

–¿Qué emociones?

–Las que te abrazan el alma. Esas con las que te sientes identificado. Emociones que duelen, también. Soy muy de canciones tristes, canciones de ausencia, de pérdida. Esas canciones me emocionan y me llegan. Y es lo que intento transmitir con Cabo Cope.

–La música no tiene por qué ser siempre baile y alegría, ¿no?

–Exacto. Yo no me escondo. Con 'Ardillas' hacíamos otro tipo de música. Más bailable. Más de mover el culo. Esto es música para escuchar y emocionarte. Yo no buscaba hacer algo comercial, buscaba hacer algo con lo que me sintiera satisfecho. Algo de calidad, de emoción.

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«Curar las penas de soledad»

El grupo, en el que han participado antiguos componentes de Las Ardillas de Dakota, además de la batería de Toni Mateos y la guitarra de Santi Colmillos, tiene un nombre que ya de por sí es toda una declaración de intenciones. «Cabo Cope para mí siempre ha sido un refugio. Un refugio donde siempre he ido a curar mis penas de soledad. Y lo que yo he sentido en Cabo Cope siempre me ha emocionado. Es muy difícil encontrar un lugar en la costa donde te sientas solo con el mar, con la naturaleza. Y eso es Cabo Cope».

Y eso es Cabo Cope también en el plano musical que ha creado Fernando Cobos: «Un refugio donde vas a encontrarte contigo mismo». Al final se trata de una música recomendada para «escuchar en soledad». Nada de fiestas ni cuchipandas ruidosas. Esto es para otra cosa. Es Cabo Cope.

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La (re)creación de ese lugar mágico que iniciaron Fernando y María y el resto del equipo en 2023 se vio interrumpida a principios del año pasado por la muerte del padre de Fernando, «mi gurú y mi referente musical», define. Un referente no solo para él, sino para muchos artistas nacionales e internacionales. Porque su padre, Joaquín Cobos, fue «uno de los pioneros del sonido en España», y Fernando mamó la pasión desde bien pequeño. Como para no hacerlo. Director de los estudios Gema en Barcelona, Joaquín Cobos fue ingeniero de sonido en los míticos estudios Kirios, dirigió los no menos célebres estudios RCA y fundó Musigrama, que acabó convirtiéndose en uno de los centros de grabación más prestigiosos del país. Por allí pisaron desde Stevie Wonder a Take That. Si repasamos la lista de artistas nacionales que pasaron por las manos de Cobos, acabamos antes si mencionamos los que no grabaron en Musigrama. Así que, lógicamente, este disco también es un «homenaje» del padre al hijo. Del discípulo al maestro. «Me habría encantado que mi padre hubiera escuchado el disco, pero no pudo ser», lamenta Fernando.

–¿Imagina qué le habría dicho su padre de este disco?

–No lo sé, mi padre era muy perfeccionista... Aunque siempre con una crítica positiva.

Pese a la ausencia (física) paterna, Cabo Cope está impregnado del 'sello' de Joaquín Cobos por todos los costados. No solo por el propio ADN de Fernando, lo que ha representado el padre en la vida musical del hijo y el profundo sentimiento que ha acompañado el proyecto. Es que Cabo Cope también cuenta con la colaboración de un antiguo compañero de Joaquín Cobos en Musigrama, por si a este trabajo «artesano y autoproducido» le faltaba algo de nostalgia, que de emoción y calidad ya va sobrado.

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De momento, Cabo Cope ha entrado con fuerza al mercado y también a la crítica, con siete nominaciones a los Premios de la Academia de la Música. Un refugio que también brilla en lo musical. Don Joaquín estaría orgulloso.

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