El prometedor punto y seguido de Mikel Izal
Crítica musical ·
El artista navarro demuestra en Murcia el tremendo potencial de su nueva etapa con un concierto donde brillaron con especial fuerza los temas de su disco en solitarioCrítica musical ·
El artista navarro demuestra en Murcia el tremendo potencial de su nueva etapa con un concierto donde brillaron con especial fuerza los temas de su disco en solitarioAhora que no nos escucha nadie, debo admitir que nunca logré conectar demasiado con ninguno de los trabajos discográficos publicados por Izal a lo largo de su trayectoria. Ya está, ya lo he dicho. ¿Los he escuchado con detenimiento? Por supuesto, la curiosidad y los ... compromisos profesionales son dos conceptos sagrados que, además, se ven recompensados con inesperadas alegrías en multitud de ocasiones. ¿Suelo volver a ellos de vez en cuando? Entre poco y nada. ¿Vi al grupo en directo? Muchísimas veces. ¿Disfruté de aquellos conciertos? A ratos, pero, desde luego, alejado en todo momento del fervor colectivo de un público que coreaba sin cesar una serie de canciones que, en cualquier caso, resultaba evidente que contaban con buenas estructuras melódicas, estribillos efectivos y una épica, tanto emocional como musical, que no dejaba lugar para la duda. En resumen, respetaba sin reservas el camino de esfuerzo, honestidad y entrega que el grupo había recorrido hasta llegar a la cima del panorama musical patrio, pero, sencillamente, el entusiasmo no hacia acto de presencia cuando me acercaba hasta la obra que lo había impulsado.
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Dónde: Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas. Murcia.
Calificación: Notable.
Teniendo en cuenta estos precedentes, y ya que estamos en un ambiente de confesiones voluntarias, os podéis imaginar las expectativas más bien bajas con las que me dirigí hasta el Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas para asistir al concierto de presentación de 'El miedo y el paraíso', el ambicioso estreno en solitario de Mikel Izal tras la disolución la formación en 2022. Pues bien, aquí llega el gran giro de esta historia: el disfrute fue considerable. Y de inicio a fin.
Contando a su favor con una minimalista puesta en escena que buscaba potenciar la introspección, la devoción constante de un público que abarrotó el ilustre recinto y la precisión milimétrica de una banda que entiende a la perfección lo que requiere cada uno de los temas, ya sea aumentar las dosis de grandilocuencia, envolverse en la tradición o apostar por el menos es más, el cantante y compositor navarro protagonizó un notable espectáculo donde destacaron con firmeza las canciones de su citado debut solista, el cual sonó al completo durante la velada.
Así que, más allá del previsible éxito y múltiples afonías generadas por el inevitable arsenal de clásicos de su ya ex grupo, conviene subrayar el alto nivel que exhiben composiciones como 'Lo bueno'; 'El miedo', acertada opción para abrir la noche; la sentida 'La verdad'; 'La huida', aventura sonora que convence en su acercamiento a la cumbia; o, sobre todo, 'El grito' y 'La rabia', los puntos más fuertes de un trabajo que su autor interpretó, cuidó, explicó y defendió con el corazón en la garganta, la convicción a flor de piel y una emotiva combinación de autenticidad, sudor, complicidad y lágrimas.
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Teniendo en cuenta que estamos frente al inicio de una carrera, el repertorio, aunque solamente sea por una cuestión de duración, exige visitas al pasado, situación que generó un éxtasis continuo en el patio de butacas. Da igual el número de ocasiones en las que lo hayas visto y escuchado, siempre resulta imponente la forma en la que son recibidas y compartidas a pleno pulmón canciones de Izal como 'Pánico práctico', 'El baile', 'Pequeña gran revolución', 'Fotografías' o 'Pausa'. Todas ellas sonaron más grandes y fuertes, incluso mejores, empapadas por nuevos arreglos que potenciaban la cohesión sonora del espectáculo y el frenesí colectivo generado en el auditorio.
Un ímpetu que se transformó directamente en rugido cuando llegaron los bises con 'Qué bien', 'Copacabana' y 'La mujer de verde', tridente infalible que hizo temblar los cimientos del Víctor Villegas, y el epílogo con 'El paraíso', estupenda pieza de pop que se ha convertido, con justicia, en el primer gran éxito en solitario del artista.
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Un sensacional cierre enmarcado en el presente de un Mikel Izal que convenció en Murcia, por encima de todo, al lograr contagiar esa admirable ilusión reservada a quienes han encontrado en un nuevo comienzo el punto y seguido soñado para su mapa. Y así, claro, se logra convencer hasta al más descreído.
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