Secciones
Servicios
Destacamos
Joaquín Gómez Gómez
Catedrático de Patología y Clínica Médica-Infecciosas y melómano
Lunes, 7 de octubre 2024, 00:41
Placido Domingo vino por primera vez a Murcia en una Antología de la Zarzuela que se puso en escena bajo la dirección de José Tamayo, con Benito Laurel al frente de la Orquesta y que tuvo lugar en la Plaza de Toros de Murcia el ... 1 de septiembre de 1991. Su actuación y participación despertó tanto entusiasmo que nos dejó boquiabiertos, por su intensidad interpretativa, potencia y expresión vocal, con un gusto exquisito y destacando, como sus rosas más apasionadas; el dúo de la 'Leyenda del beso' con la ilustre Josefina Meneses, que puso los pelos de punta por su gran naturalidad y realismo; el 'Adiós Granada' de la zarzuela 'Los emigrantes', dicho con intensidad y dominio; y la más grandiosa interpretación cantada a la máxima perfección del famoso 'racconto' del tenor de 'La tabernera del puerto', «no puede ser» como quizás nadie ha cantado, ni volverá a cantar en términos copiados al gran Giacomo Lauri Volpi.
El pasado viernes, como homenaje a la memoria del presidente y creador de la UCAM, el inolvidable José Luis Mendoza, tuvo lugar su reencuentro con el público entusiasta y admirador de Murcia, que abarrotó el Auditorio Víctor Villegas. Al Gran Maestro lo quieren como algo suyo y lo agasajan con «bravo, maestro», «eres el más grande», «¡viva Plácido!», etc. y con grandes ovaciones y aplausos de cariño y reconocimiento a su antológica trayectoria histórica, desde su entrada en escena hasta su final. Plácido es el alma de España, embajador de la zarzuela española por todo el mundo, que ha dado lo mejor de su vida para el engrandecimiento del verdadero arte y canto lírico, pues hay que recordar que durante muchos años ha figurado el primero en las principales listas mundiales sobre el mejor tenor-intérprete lírico, y ha sido el que más aperturas de temporada ha realizado en el Metropolitan (21), más que Caruso (17). El gran maestro, actualmente barítono, después de 33 años y en su 54 aniversario como artista, ha deseado venir a su Murcia querida, donde en 1984 cantó su gran adalid, Enrico Caruso, en el Teatro Romea, para así poderlo proclamar 'Rey del Universo Artístico de la Lírica Mundial'.
Su sola presencia escénica lo llena todo y como el gran Curro Romero o Morante, no necesita ni cantar. En sus intervenciones, 'Salida de Juan de los Gavilanes' (Guerrero); 'Canción del sembrador', de 'La rosa del azafrán' (Guerrero); 'Hace tiempo que vengo al taller', de 'La del manojo de rosas' (Sorozábal); 'Dúo de Marina' (Arrieta), con el tenor Juan Noval-Moro; y 'Dúo del gato montés' (Santos), con el tenor y la soprano Serena Sáenz; dejó perlas de su gran cofre artístico lleno de grandes momentos líricos. Destapó, a través de su maravilloso timbre tenoril, el tarro de sus esencias, dibujando unas frases llenas de emoción y mucho sentimiento, tanto que en ocasiones casi se me saltaron las lágrimas. Su momento glorioso fue cuando cantó como bis la 'Romanza de tenor' de 'La tabernera del puerto' –«no puede ser»– ajustada a tono de barítono, donde emergió con tanta pasión que creía que estaba en las Termas de Caracalla en su mejor concierto de Los Tres Tenores. La soprano Serena Sáenz, es una lírica-ligera de gran coloratura, con una alta pirotecnia vocal, mostrando gran dominio especialmente en 'Me llaman la Primorosa' (de Giménez). Su presentación en escena causó gran impacto por los bellísimos trajes con que nos deleitó. El tenor Juan Noval-Moro, tenor lírico-ligero de brillantes y finos agudos, aunque la voz algo entreabierta, expresión algo plana y portamentos no bien ajustados, participó mucho con romanzas de 'Doña Francisquita', 'Luisa Fernanda', 'Dúo de Marina' con Plácido y 'La niña del boticario' (Santos) con Serena y 'El gato montés' los tres. Serena cantó un bis de una zarzuela cubana muy bien ajustada a sus primorosas coloraturas con un agudo final impresionante, aunque de expresión limitada, tiene que recrearse en las frases sin ir rápida. Noval-Moro cantó 'El último romántico' de forma correcta pero sin 'molta expressione'. Me hizo recordar aquella noche de 1991 cuando nuestro querido Plácido, en un alarde de facultades y apasionamiento de enamorado total, lo cantó en el famoso concierto de la Plaza de Toros de Murcia, recreándose y poniéndonos los pelos de gallina.
La Orquesta Sinfónica de la UCAM, tras algunos desequilibrios en los instrumentos del aire, realizó una buena interpretación, con una dirección de gran dominio (Borja Quintas) muy pendiente de mantener el equilibrio entre la música y los cantantes, teniendo la colaboración estelar de la Coral Discantus. La Orquesta fue especialmente muy expresiva en el intermedio de 'La leyenda del beso' y gran agilidad como marcha militar en 'Las bodas de Luis Alonso'. En su acompañamiento a los cantantes, siendo correcto, su potencia en ocasiones fue alta, limitando el canto, que sigue siendo el protagonista principal de estos conciertos. Plácido, el más querido y el mejor artista de toda la historia del canto lírico, ha vuelto a Murcia y nos ha dejado su sentimiento lírico-humanista para la eternidad.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.