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Ha recorrido media España entre salas y festivales, ha escrito letras que han versionado artistas como Carolina Durante y Amaia, ha colaborado con otros como Soleá Morente y Nacho Vegas e incluso ha actuado en el programa 'First Dates', pero Marcelo Criminal (1997) sigue ... siendo el mismo. En el buen sentido. Un chaval de Murcia que escribe canciones pop sobre temas cotidianos y «personas a las que les cuesta entenderse» con la única ambición de que «sean valiosas para quien las escuche».
'Miedo a salir de noche', 'Himno de la avenida Juan Carlos I' y 'Qué hacemos luego' son algunos de los 22 temas de 'La última casa de apuestas', su recién estrenado cuarto álbum (Sonido Muchacho). Producido por su amigo Álex López y masterizado por Bernardo Calvo. Con portada de la ilustradora Anabel Colazo y vídeos de Pablo Amores y María Becerra. Un trabajo completísimo que le tiene «bastante contento» e incluye un rasca y gana con un concierto privado del cantautor como premio.
- Es un disco más largo de lo normal.
- Como mis canciones son cortas, mis discos se quedaban en menos de media hora, así que me hacía ilusión aprovechar el formato vinilo. Ha sido un proceso largo, pero el objetivo desde el principio era intentar no parar hasta que tuviésemos unos 40 minutos. Ha habido alguna que se ha tenido que quedar fuera.
- Aun así, sigues siendo un artista que hace música pop.
- Siento que hay algo de evolución. No de cambio, pero sí de cómo me relaciono con la música y las canciones que escribo. En este disco creo que cojo más cosas de mi historia personal que en otros anteriores. Siempre intento darles una vuelta, que sean graciosas, para alejarme de la idea de expresar mis demonios y para comunicar cosas que sean valiosas para quien las escuche. Es decir, para una persona que aunque no le interese mi vida, quiera pasárselo bien escuchando una canción. Para mí la música es una carrera de fondo, voy aprendiendo cosas por el camino, pero tampoco creo que vaya a haber grandes quiebros con mi trayectoria hasta ahora.
- Algo que captas muy bien son las relaciones personales: sobre amigos, salir de fiesta o enamorarse en la universidad.
-El eje vertebrador son canciones sobre gente a la que le cuesta mucho entenderse a sí misma y comunicar, sobre todo lo que le pasa. Es un eje un poco oscuro, porque el disco está compuesto y grabado en esta lenta reapertura tras la pandemia.
- Pero siempre tiras de ironía.
- Para mí es importante que haya sentido el humor en el disco, pero es como una visión personal. Casi todas las canciones, libros, películas, casi todo el arte que a mí me gusta o que más me interesa tiene por lo menos un punto de sentido del humor. Y la ironía también la utilizo porque me gusta que las canciones no sean súper literales, sino que se puedan interpretar.
- La política también aparece en el disco con referencias al capitalismo o las casas de apuestas, pero la canción que más ha trascendido es 'El día que murió Pedro Sánchez'.
- Ha trascendido más porque hay nombres propios y por la participación de Nacho Vegas, que ha llevado la canción a un público más amplio. Pero no se ha hecho ni siquiera una interpretación literal de la canción, sino del título, porque creo que si la escuchas no es un mensaje agresivo, sino al contrario. Es un caso de gente molesta con el título de una canción.
- En los últimos años has hecho muchas colaboraciones con artistas variados como Ghouljaboy, Soléa Morente y Cabiria.
- Salvo quizás la colaboración con Soleá Morente, en la que tuve una participación más activa, ninguna ha sido muy cercana en el sentido de haber estado creando la canción, pero es muy interesante saber cómo trabaja otra gente porque mi producción es en muchos sentidos muy poco profesional, no es la estándar. También como forma de conexión y de entendimiento con músicos que me gustan mucho.
- ¿Cómo es esa forma de trabajar? ¿Ha cambiado con el paso de los años?
- A nivel de logística sigo el mismo método. Según compongo las canciones, me acerco a casa de mis amigos Álex [López] y Juana [García] y las grabamos juntos, decidimos qué arreglos poner, qué decisiones tomar. En los ratos que podemos, porque ellos trabajan y yo también tengo mis cosas.
- Como quien queda con amigos una tarde.
- Claro, cuando nos viene bien. Hay días que nos cansamos enseguida, o vemos que no está funcionando, pues jugamos a la consola o nos echamos un parchís y hasta la semana que viene.
- ¿Autogestionarse es una forma de sentirse más independiente o con más control del trabajo?
- Es una sensación de comodidad, de estar a gusto y tranquilo. Un estudio profesional no sé muy bien cómo funcionaría y me gusta más ir poco a poco. Si tuviese que aguantar las canciones un año desde que las compongo hasta que las grabo, creo que hay cosas, como la espontaneidad, que se perderían por el proceso. El boceto tiene algo que el gran cuadro pierde. Y para mí eso es interesante.
- Eso sí, el disco es muy completo, con videoclips para cada vídeo y una portada muy llamativa.
- Anabel Colazo es una dibujante de cómics, un género al que yo soy muy aficionado, incluso hay alguna referencia en el disco. Y bueno, me gustaba mucho su estilo y quería como una portada de ambiente fantástico. Me parecía que era perfecta. La verdad que sentí que me estaba tirando un triple cuando le escribí proponiéndoselo, ya que solo había un vínculo de admiración unidireccional por mi parte, pero se animó.
- ¿Hay mucha prisa hoy en día por alcanzar la fama en la música?
-Bueno, cada uno tiene sus motivos. Sí que siento que hay una diferencia conceptual: cuando empecé a hacer música era absolutamente impensable para una persona cuyos gustos fuesen, digamos, el 'indie' en un sentido amplio, tocar en el Wizink Center, y ahora cada vez lo están haciendo más grupos. Entonces creo que hay cierto, no sé si idealismo, pero a mí jamás se me pasa por la cabeza la idea de sacar un poco de dinero de verdad de la música. No que te paguen un conciertillo, sino que sea un oficio. Yo me considero muy afortunado de que se interese por mí mucha más gente que por la mayoría de grupos que a mí me gustan, por lo menos a nivel español. Tener sueños más grandes me parece casi de mal gusto.
- ¿Es un buen momento para la música murciana más allá de los grupos más 'mainstream'?
- Claro, yo creo que hay buena música a patadas. Yo soy muy optimista con el futuro porque creo que se están haciendo muchísimas cosas. Por ejemplo, un grupo murciano llamado Perdón me parece absolutamente increíble, me encanta. Y creo que hay decenas de 'Perdones' en España, o incluso en Murcia, que simplemente no conocemos porque no han llegado a nosotros, todavía no se han atrevido a sacar música o lo que sea. Pero creo que hay mucha gente, no sé si la palabra es talento, pero haciendo canciones muy buenas y eso creo que es muy positivo y a mí me parece ilusionante. De las pocas cosas claramente ilusionantes de la música del futuro es que no para de salir gente nueva.
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