Maldita Nerea, junto a la Orquesta Sinfónica de la Región, el sábado. Vicente Vicéns / AGM

Maldita cinematográfica

Incontestable triunfo del tridente Jorge Ruiz, Virginia Martínez y Alicia Morote en el Víctor Villegas

JAM ALBARRACÍN

Lunes, 3 de diciembre 2018, 08:45

Había advertido en la víspera Jorge Ruiz, el cantante y compositor de Maldita Nerea, que el del sábado junto a la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia (OSRM) era «el concierto más difícil» de su vida. Tiene sentido. Pese a llevar década y media demostrando con solvencia sus cualidades escénicas, él sigue siendo más comunicador que intérprete, más autor que 'performer'. Por otra parte, estaba por ver cómo sus canciones sencillas, nítidas, en las que el silencio a menudo juega como un elemento más, maridaban con toda una orquesta, por más que la OSRM se esté convirtiendo en toda una experta (Vetusta Morla, Second o Juan Perro han pasado por sus manos) a la hora de manejar itinerarios en la frontera entre lo sinfónico y lo popular.

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Hay que decirlo claro: el concierto fue un éxito. Desde luego de público, que abarrotó la sala grande del Víctor Villegas y al que le costó contenerse con las palmas y vítores, pero también en el aspecto sonoro y artístico. Superado algún pequeño escollo de salida, cabe calificar de incontestable el triunfo del tridente Jorge Ruiz, Virginia Martínez -titular de la OSRM, a la que dirigió con gestos de luna llena y a quien se apreció muy natural e implicada con las canciones, casi diría muy pop- y Alicia Morote -autora de los arreglos, a quien Jorge considera la principal artífice de esta obra y a quien invitó a subir a escena para tocar el piano en el último bis, 'Tu mirada me hace grande'-. También la coral Hims Mola, de Molina de Segura, lució a buen nivel, tanto el infantil, que entró en la navideña 'Hecho con tus sueños', como el adulto, presente en la recta final del espectáculo.

Pero seguramente la clave mayor del buen devenir del concierto, que se filmó y grabó para su posterior edición en CD y DVD, radicó en los estupendos arreglos escritos por Alicia Morote. Más contenidos a veces ('No podíamos ser agua', sostenida por la calidez de las cuerdas), exuberantes y épicos otras (impresionantes 'Cuando todas las historias se acaban' y 'La canción que no termina'), pero (casi) siempre con un marcado aroma cinematográfico. 'Bailarina', al final, y 'El secreto de las tortugas', en el inicio del bis, aceptan de peor grado la compañía sinfónica, pero tratándose de dos de sus mayores hitos, supongo que no podían faltar. Buenos momentos para las palmas y los cánticos compartidos, que a fin de cuentas no deja de ser música pop.

A Jorge Ruiz no le arredran los retos y este, que no resultaba menor, lo superó con creces junto a sus músicos. Un 'Maldita Sinfónica' que bien hubiera podido llamarse 'Maldita Cinematográfica'. Una banda sonora más bien bendita.

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