El inolvidable penúltimo vals de Second

Una filosofía vital y profesional que se convirtió en deslumbrante práctica en un concierto con el que Sean Frutos, Jorge Guirao, Nando Robles y Fran Guirao cumplieron a rajatabla con su citado título, equilibrando a la perfección la intensidad del adiós y el gozo que explota cuando una canción se erige como punto de encuentro. Tocaba celebrar. Y se celebró. Tocaba compartir. Y se compartió. Tocaba poner patas arriba el TCM. Y se logró desde el primer segundo con un tridente de auténtico vértigo: '2502', 'Mira a la gente' e 'Invisible'.

No es que el tren iniciara el viaje de manera agradable, sino que lo hizo arrasando. Una electricidad que se mantuvo al máximo nivel con una 'Horas de humo' donde participó Carlos Santos, gran actor murciano que abrió con bastante solvencia la veda de invitados. Así, tras la deslumbrante 'Nivel inexperto', César Verdú, magnífico batería de León Benavente, enfatizó con sus salvajes baquetas 'Nos miran mal', uno de los mejores temas del reivindicable 'Viaje iniciático'. Y hablando de discos enormes, 'Fracciones de un segundo', cima total, entró en escena de la mano de Javi Vox, ex miembro de la banda que regresó a casa a lo grande con 'Nuevos secretos' y, sobre todo, una espectacular 'Psicopático' a la que también se sumaron Antonio García y Dani Sánchez, vocalista y guitarrista de Arde Bogotá

Uno de los momentos más trepidantes de la velada que sirvió, además, como pequeño punto de inflexión al que siguió un estupendo viaje al pasado protagonizado por 'Behind the pose' y 'Whisper it', sensacionales representantes de 'Private life' y 'Pose', los dos primeros trabajos del grupo, en feliz compañía, respectivamente, de Pedro Marco Palao y Jesús Cobarro (Noise Box) Roberto López (Clara Plath).

Un tramo de concierto de nostalgia resplandeciente al que siguió una 'Conocerte' que, junto a Paco Guirao, sonó con toneladas de encanto. Posteriormente, después de la soberbia 'Watching the moon', la cita elevó sus niveles de rock psicodélico con la ayuda del maestro Juan Antonio Ross y el genial Víctor Cabezuelo (Rufus T. Firefly) antes de que 'Muérdeme' nos elevara al infinito con el apoyo de Belter Souls y 'N.A.D.A.' se convirtiera en catedral de la emoción gracias a la conmovedora participación de Maryan Frutos (KUVE) y Ángel Frutos, hermana y padre de un Sean que se mostró pletórico durante todo el concierto.

Conviene recordar que, además de nuevas canciones, con la despedida de Second perdemos, no sabemos hasta cuando, a uno de los 'frontman' más completos de nuestra música. Algo que quedó claro, una vez más, con 'Primera vez' y 'Rodamos', gloriosos actos de comunión entre la formación y el público que estuvieron ubicados entre otros dos momentos inolvidables. El primero de ellos, 'Más suerte', nos mantuvo entre el silencio y la congoja gracias a su preciosa melodía e incontestable estribillo, virtudes que se vieron redondeadas con la delicada percusión de Fernando Campillo, la siempre elegante guitarra de Alberto Cantúa y la hipnótica voz de Rafa Val. Otra excelente unión entre Second y Viva Suecia.

Por último, 'Rincón exquisito', clásico con mayúsculas, fue maremoto instrumental y vendaval de gargantas, éxtasis colectivo y postal de impacto imborrable. Junto a todos los invitados, Sean, Jorge, Francisco y Nando se despidieron con uno de esos instantes que sabes que te acompañarán para siempre en el corazón y la memoria. Los mismos lugares en los que varias generaciones guardarán el legado artístico de Second, banda que, en este fantástico penúltimo vals, demostró su grandeza musical y esa generosidad única de los gigantes.