Grandes éxitos de la música a la tenue luz de las velas

Ponen de moda el piano, el violín, la viola y el violonchelo con sus interpretaciones actualizadas. El pasado domingo, como si de magos se tratase, el Cuarteto Salzillo alzó sus arcos, para encarnar a Agnetha Fältskog, Björn Ulvaeus, Benny Andersson y Anni-Frid 'Frida' Lyngstad. Es decir, los magníficos e insuperables miembros de la banda sueca ABBA reinterpretando sus canciones. Arrancaron con la mítica 'Dancing Queen' y continuaron con hits como 'SOS', 'Money, money, money' o 'One of us'. Finalizaron su intervención con la grandiosa 'Mamma Mia', haciendo que el público se levantase para aplaudir al cuarteto de cuerda. Uno de los componentes, Juan Mellado, dedicó unas palabras a los presentes: «Ojalá hayan sentido nuestra música. Agradecemos de corazón su presencia. Atravesar la puerta y ver que la sala está prácticamente llena un domingo por la noche es magnífico. Además, me dice mucho de vosotros, tenéis una inquietud fuera de la media, y desde el cuarteto os pedimos que la guardéis y que le sigáis dando cabida. Hoy en día es difícil encontrar a unos valientes como vosotros que le den su lugar a la música clásica». Palabras del profesor de Violonchelo en el Conservatorio de Música de Murcia.

Blanca Escobar es la coordinadora de sala, se encarga de que esté listo para el concierto. «Empecé en Madrid con Fever, y cuando se expandieron a Murcia contaron conmigo. Al ser murciana les ayudé a encontrar un lugar único para los conciertos, porque 'Candlelight' se caracteriza por su puesta en escena, pero también por los lugares en donde se realizan los conciertos. Hacemos una combinación entre la música clásica y el patrimonio de la ciudad donde se lleva a cabo. En nuestro caso es el Real Casino de Murcia», indica la gestora cultural. Aunque Fever tiene varias propuestas culturales, con las que inspira a los usuarios a disfrutar de experiencias y eventos únicos, como exposiciones inmersivas, experiencias teatrales interactivas o festivales hasta pop-ups de coctelería molecular, lo cierto es que 'Candlelight' es la más expandida a nivel mundial.

«Tal vez porque es más fácil llevar a cabo su formato, ya que es más sencillo reproducir música con instrumentos, que meter texto e idiomas», piensa esta murciana, que aunque ya ha visto muchos conciertos a la luz de las velas, «cada uno de ellos se convierte en una experiencia única, muy sensitiva; la música te envuelve, la escuchas de otra manera que en un auditorio convencional. Además, no es algo solamente sonoro, sino también visual», afirma.

Dentro de este contexto tan especial suelen producirse momentos mágicos para el recuerdo. Más de un enamorado, desvela la organización, ha aprovechado la ocasión para pedirle matrimonio a su amada. «Normalmente, el futuro novio nos contacta y nos ponemos manos a la obra. Al final del concierto, los novios se quedan y les traemos flores y los músicos tocan una pieza especial, es muy emocionante», señala Escobar, que confiesa que mucha gente sale del Casino emocionada y dando las gracias «por esa catarsis».

No obstante, el público de 'Candlelight' no está marcado por la edad, en su mayoría son jóvenes inquietos que desean escuchar a su artista favorito en otra tesitura. «Murcia es una ciudad con mucha cultura musical. No sólo clásica sino de otros géneros también. De hecho, es un lugar especial para el indie. Hay una forma de escuchar a aquellos artistas que te gustan pero de otra forma diferente, desde lo más clásico, y eso es algo que creo que le hace a la gente volver o conocer más el mundo académico», dice la coordinadora.

El próximo fin de semana estará dedicado a San Valentín, aunque con entradas ya agotadas. El público podrá disfrutar de las bandas sonoras clásicas más románticas como 'Desayuno con diamantes', 'Romeo y Julieta' y 'Casablanca', entre otras. Este año, el Real Casino de Murcia será el escenario de esta íntima serie de conciertos, ofreciendo una forma perfecta de expresar el amor a través de la música.

'Candlelight' crea una atmósfera inmersiva e íntima que atrae incluso a miembros de la 'Generación Z'. La música tiene poderes.