Las Wonder. SERGIO LEGAZ / SARA V. MOLINA

Las Wonder: «Somos una generación muy creativa que se reinventa continuamente»

Su último single, basado en el amor líquido de Bauman, ha convertido a este grupo en el secreto mejor guardado del indie rock hecho en Murcia

Martes, 1 de diciembre 2020, 01:36

Marta García (voz, guitarra), Sefi Meseguer (guitarra), Yanira Carrillo (teclados), Bet Sánchez (bajo) y Fátima García (batería) son Las Wonder. Solo tienen tres canciones editadas en formato digital, pero ya se han convertido en el secreto mejor guardado de la (nueva) escena musical murciana, sobre ... todo a raíz del lanzamiento de 'Úsame', todo un hit en potencia, que parte de la idea del 'amor líquido' de Zygmunt Bauman para derivar en un alarido contra el consumismo y el 'fast love'. Hoy actúan en el centro cultural de Santiago y Zaraíche (20 horas, entrada libre), así que me cito con su cantante y le pido explicaciones.

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–Las Wonder es un grupo íntegramente formado por mujeres. ¿Esto les puede favorecer o más bien suponer un hándicap?

–Ahora mismo puede ser un punto a favor, la gente está más concienciada con el hecho de que falta visibilidad de la mujer en la música y llevamos ya unos años donde se fomenta más la participación femenina. Pero también puede ser un hándicap, en el sentido de que no te tomen en serio o que tengan más en cuenta el hecho de ser mujer en sí mismo, o que te valoren más por tu edad o tu cuerpo, que por tu talento.

«Solo la falta de cultura o autoestima puede explicar que haya gente que no se sienta feminista»

–Tras dos muy interesantes canciones como 'La mosca voyeur' e 'Iceberg', ¿'Úsame' es el definitivo puñetazo encima de la mesa de Las Wonder?

–Después de un año con la formación cerrada, 'Úsame' es nuestra carta de presentación oficial porque ha sido el giro que queríamos dar al grupo, lo que necesitábamos para amalgamarnos, para darnos coherencia a nosotras mismas como banda y empezar a ver más claro el camino hacia dónde queremos ir.

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–La canción parte del concepto del 'amor líquido' de Bauman, del materialismo en las relaciones, del amor como objeto de consumo. Algo nada extraño hoy.

–Sí, la verdad es que es una de las cosas negativas que ha traído el capitalismo a nuestras vidas, la instauración del consumismo, no solo en los bienes materiales, sino también en el terreno sentimental. Eso es algo que nos puede beneficiar a la hora de no decidir comprometernos con la primera persona que nos diga 'ojos verdes tienes'. Sin embargo, esa misma libertad de opción puede llegar a ser un arma de doble filo, pues a veces envenena nuestra manera de relacionarnos y nos anula la capacidad de crear lazos afectivos reales y profundos.

–¿El precio de los sentimientos?

–Eso es. Parece que hemos olvidado que los sentimientos son algo pura y exclusivamente humano y que no son un objeto del que se puede hacer acopio en el mercado, sino que las cosas que ocurren en nuestra vida sentimental siguen su propio proceso y no tienen por qué seguir un patrón fijo. El amor líquido incita a tratar a las personas como a cosas, a usarlas y tirarlas como a un móvil viejo. Y eso puede llevar a una insatisfacción vital permanente o a tener una visión irreal y distorsionada del amor.

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–El videoclip de la canción, de Twin Freaks, es contundente y explícito. Supongo que a veces hay que decir las cosas claras.

–El single es muy crítico y directo y queríamos que el videoclip también lo fuera, es importante saber decir las cosas claramente y sin tapujos. En el vídeo, el plástico que interactúa entre nuestras pieles es ese amor líquido, esa barrera que nos recuerda la insignificancia de la relación, incluso habiendo un contacto íntimo y directo, como es el caso.

«Si no arriesgas por miedo, te pierdes la oportunidad de tener una experiencia más 'premium'»

–Si aceptamos la definición de la RAE («igualdad de derechos de la mujer y el hombre»), ¿entiende que haya gente que no sea feminista?

–La verdad es que no se entiende de ninguna manera que aún haya gente que no se sienta feminista como tal, salvo excepciones de ciertos individuos retrógrados y machistas por falta de cultura, autoestima o ambas.

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Críticas e inconformistas

–En sus canciones hay un claro componente de reivindicación de la mujer, pero también del colectivo LGTBI. Supongo que es un objetivo claro de Las Wonder.

–Las mujeres somos universos muy diversos y variados y nuestra sexualidad también lo es. No hay nada de raro en amar o en tener sexo con quien tú quieras, ya sea un hombre o una mujer. No se trata de una cuestión de reivindicación en sí, sino más bien de visibilización y de normalización. Me gustaría pensar que cualquiera, ya sea hetero, trans, intersexual, gay, lesbiana o bisexual, puede sentirse identificado con nuestras historias.

–También son críticas con el 'status quo'. ¿Cómo se vive desde dentro eso de ser «la generación más preparada», que sin embargo no puede vivir de su trabajo?

–Nos gusta ser críticas con todo. Por supuesto, la inmovilidad no lleva al cambio y si quieres que algo cambie tienes que moverte o atreverte a pensar y actuar diferente al resto. Desconozco si somos la generación más preparada, pero que no todos podemos vivir de nuestro trabajo es una realidad y es bastante triste. Lo que sí sé con certeza es que somos una generación muy creativa que se reinventa constantemente. Somos unos supervivientes natos, gente que ha vivido un cambio de siglo y de milenio, una crisis económica mundial y ahora una pandemia global, ¿alguien da más? [ríe].

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–Hay un frase en 'Úsame' que me gusta mucho: «Y no es mejor quien por no herir ya no se arriesga». ¿En esta vida hay que mojarse, tomar partido?

–Exacto. Para tener una vida plena tienes que poner toda la carne en el asador y así obtener una experiencia más completa y mejor. Nada de medias tintas. Además, el ser humano es muy intuitivo, sabemos cuando algo merece la pena, cuando alguien te gusta de verdad y es muy triste no darse la oportunidad de entregarse por pensar que algo puede salir mal. ¡En la vida siempre hay algo que puede salir mal!

–Pero ese riesgo nos convierte en vulnerables.

–Sí, al abandonar ese escudo que limita tus emociones, te vuelves más vulnerable. Pero aunque eso suponga que, ante la posibilidad de dolor, este sea más profundo, si te conformas y no arriesgas te pierdes la oportunidad de tener una experiencia más 'premium' [vuelve a reír, risa de presente y de futuro].

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