PILAR MARTÍNEZ MAÑOGIL Y CARLOS BENITO
Martes, 4 de mayo 2021, 02:52
Juan Sánchez Porta (Purias, Lorca, 1989) –conocido como Oro Jondo– fue uno de esos niños que se crió en los 90 con la 'música de gasolinera' y la cultura popular por bandera. Ahora, le rinde homenaje en 'Dame más gasolina. Un recorrido por la música ... de gasolinera' (Libros Cúpula, Grupo Planeta, 2021), un viaje a través de todos esos artistas cuyos casetes y cedés adornaban las torres giratorias de las estaciones de servicio. «Este libro surge por mi interés en analizar y ahondar en la cultura popular española porque me crié en los 90 rodeado de costumbrismo», describe a LA VERDAD. Una cultura que siempre le ha acompañado y que, a su parecer, la crítica nunca ha hablado de ella al considerarla «baja cultura». «La crítica siempre ha hablado de la cultura alta», matiza. Oro Jondo –su nombre artístico– desea que desaparezca esa separación y con 'Dame más gasolina' reivindica que «nadie es más o menos por escuchar una música u otra». Todo es cultura, incluida la música de gasolinera a la que describe como «superventas consumida por la clase popular que triunfa sin la aceptación de la crítica ni el apoyo de los medios».
Publicidad
¿Qué entra, entonces, dentro de esta etiqueta? La tecno-rumba, que es «el estilo rey de este concepto» para el lorquino, la canción popular española, la copla, la rumba vallecana pero también la catalana, la balada gitana, la canción del verano con «esa música de máquina que tuvo su explosión con la Ruta del Bakalao», el reguetón de los 2000 pero también la mezcla de música cañí como Haze o el flamenquito de Andy y Lucas. Sin embargo, también formaría parte de ese concepto, «la música de hoy día que se hace al margen de la industria en ambientes alternativos».
Camela o Juanito Valderrama son algunos de los artistas a redescubrir en este libro que aúna escritura, diseño y tecnología. 'Dame más gasolina' pone sobre la mesa a los músicos superventas de antes y lo hace con diseños digitales y originales que van acompañados de unos códigos QR que enlazan a carpetas ocultas de Youtube donde hay más contenido de los artistas como entrevistas, canciones o conciertos. Un formato visual y documental aderezado con humor y un toque reivindicativo para cuya creación, el autor necesitó un año de trabajo. «Necesité un año para organizar el libro, documentarme, escribir, diseñar y preparar cada código QR aunque lo más difícil fue escribir porque nunca lo había hecho», dice Sánchez Porta, que estudió Bellas Artes. Como primera aventura editorial no está mal aunque le costó «sudor y lágrimas» rematarlo.
Por fin se siente «recién parido». Era un reto y, además, fue una propuesta prácticamente inesperada. «Comenté la idea con Pablo, mi agente editorial, y una semana después de enviar el dossier, ya tenía que escribir el libro», comenta entre risas. Fue un auténtico «¡tengo que hacer un libro!», exclama recordando el momento. De repente, se encontró con que Libros Cúpula, perteneciente a Planeta, quería publicar su libro y un año después, ya se encuentra en las estanterías analógicas y digitales del país.
Publicidad
Manolo Escobar: Viva el vino, las mujeres y España Es el patriarca siempre sonriente del «patriotismo verbenero» a través de hits coreables como 'Viva el vino y las mujeres', 'Y viva España' (compuesta, en realidad, por un belga), 'Mi carro' o 'Porompompero'. Había padres que no parecían escuchar otra cosa. «Lo petó descaradamente en los años 60, aunque en esa época irrumpía en España la música pop y yeyé», recuerda Juan Sánchez Porta.
El Príncipe Gitano: Gueto y brillibrilli Era el gran camaleón de la canción española, que lo mismo se adaptaba a la rumba o la música disco que osaba versionar el 'In The Ghetto' de Elvis en un desinhibido simulacro de inglés. «Tenía un carisma y una personalidad que hacían que el escenario se le quedase pequeño. Si a esto añadimos los trajes de chaqueta acampanados con detallitos de brillibrilli, ya tenemos la combinación perfecta».
El Fary: En el taxi y en el retrovisor Triunfó tarde, pasados los 30, y eso le permitió dejar el taxi y los demás oficios con los que se financiaba las casetes que vendía en el Rastro. Su repertorio abarcaba desde 'El torito guapo' hasta 'La mandanga', la de «dame chocolate que me ponga bien», o el 'Apatrullando la ciudad' de 'Torrente'. Sánchez Porta recuerda que se llegó a comercializar el Carrofary, una figura para colgar del retrovisor.
Rocío Jurado: La artista todoterreno Mereció el sobrenombre de 'La más grande' y es verdad que arrasaba tanto en la televisión nacional (la única que había) como en los expositores de gasolinera. Podía bordar la copla y el flamenco, pero también supo apostar por una modernidad a veces rompedora, que la acabó convirtiendo en «una figura muy representativa del feminismo, la libertad de la mujer y los derechos LGTB».
Nino Bravo: El vozarrón mediterráneo Su vozarrón portentoso y mediterráneo amenizó millones de viajes en coche antes de ser imitado millones de veces en los karaokes. Su muerte en accidente de tráfico en 1973, en una carretera de Cuenca, consternó al país, pero las casetes de sus canciones siguieron sonando sin descanso a lo largo de esa década y dejaron como herencia una generación llena de chicas llamadas Noelia.
Juan Sánchez Porta, oriundo de la pedanía de Purias, creció yendo los fines de semana a la casa de su abuela donde veía 'Los vigilantes de la playa' rodeado de tapetes, fotos de la comunión de sus primos y de la boda de sus tíos, de la flamenca que coronaba la televisión y del típico cuadro de ciervos que más de uno recordará. Fue allí donde se originó un interés que lo conduciría a Bellas Artes para –más tarde– transmitir su mensaje. «Con mis creaciones hablo de la sociedad en la que vivimos a través de sus iconos, e intento ofrecer al espectador una reflexión sobre la saturación de información visual a la que estamos sometidos día a día», describe el artista afincado en Madrid. Pero en su discurso también entran esos «iconos nacionales e internacionales que modelan e interfieren en nuestra conducta». Estéticamente, considera que su obra –sus calendarios son carne de fetichistas– bebe de la Lorca barroca en la que creció. «Mi madre tenía una floristería y yo la acompañaba a poner las flores en las iglesias con sus retablos barrocos», rememora.
'Dame más gasolina. Un recorrido por la música de gasolinera' es una travesía a través de los tiempos, los recuerdos y la música de una generación que no usaba Youtube o Spotify. Una propuesta documental y visual para exculpar una parte importante de la historia musical de España.
Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.